Acción, inacción, moción

EL MUNDO 29/05/17
F. JIMÉNEZ LOSANTOS

HOY ha convocado el presidente golpista de la Generalidad catalana a los tres partidos golpistas (los dos de Godó –Pujolistas y ERC– y la CUP, no se sabe si El Colp sí que es pot) que han liquidado el Parlamento de Cataluña al privarle del poder de votar y vetar cualquier ley del Ejecutivo, y pueden proclamar en 48 horas la República Catalana. Por supuesto, sin la menor legitimidad parlamentaria y sin consulta popular, ya que sólo puede convocar legalmente –lo hace mucho– elecciones autonómicas. Pero eso no le da amparo legal del Estatuto ni de la Constitución, a los que ha abolido.

Añádasele al fervor antiparlamentario un plan –La Ley de Transitoriedad Definitiva (sic)– para imponer una dictadura que expropia juzgados y medios de comunicación hostiles al golpe, y declara fuera de la ley a los catalanes molestos y a todos los ciudadanos españoles, rebelándose contra el Estado de la UE del que forma parte, que es España. Otra cosa se le podrá negar al separatismo, pero no acción. Desde el cine mudo no se ve venir tan aceleradamente un trompazo.

Frente a la acción acelerada del golpismo, Rajoy acelera su inacción. En una vibrante comparecencia ante los héroes del empresariado catalán, cuya defensa de las libertades los hace dignos hijos del que vendió el tambor al Tambor del Bruch, y mientras éste le daba al parche llamando a la fiel defensa de España contra Napoleón, huyo a Perpiñán con la pasta. Se encontraron el hambre y las ganas de comer, digo la dieta y la anorexia. Va Mariano y dice que ya no cabe la equidistancia. Y van los héroes y le dicen que vale, que consulte con Soraya. Y van todos y se van, y adiós.

Curiosamente –coincido con Iván Redondo– la acción de unos y la inacción del otro le dan a la moción podemita –y a Rivera– una oportunidad de oro. En un régimen democrático normal, los golpistas estarían en la cárcel y un Gobierno de Unidad Nacional habría votado una serie de leyes para reforzar las garantías constitucionales contra toda discriminación lingüística, fiscal o legal, privaría de asiento parlamentario al terrorismo separatista y avisaría a los recogenueces. Pero la moción de Podemos no es contra Rajoy sino contra el PSOE y Snchz quiere refundirlo en icetismo oblongo y asimétrico, en 17 PSC’s. Pablenín dirá no es no a Rajoy, sí es sí al referéndum y los hundirá.