Antiyihadismo desigual

HERMANN TERTSCH – ABC – 10/09/16

· Sería un inmenso error creer que los mayores peligros en la agresión del islamismo yihadista nos llegan por el terrorismo.

En París han sido detenidas tres mujeres jóvenes que tenían proyectado un atentado inminente. Fueron identificadas después de que se localizara un coche cargado con bombonas de gas muy cerca de la catedral de Notre Dame. Casi al mismo tiempo se supo de dos detenciones en Londres también por un atentado en fase de preparación. Aunque no han trascendido muchos datos, se ha reconocido que se trata de acciones directamente dirigidas por el Estado Islámico. Nadie pretende que sean acciones espontáneas ni aisladas.

Fuera o no cuestión de fortuna que se localizara el coche con las bombonas en el centro de París, cierto es que las policías europeas, la francesa y la británica, la alemana hace unas semanas, la española en varias ocasiones, desactivan cada vez más células antes de que lleguen a actuar. Lo que supone un elemento esperanzador como indicio de que la vigilancia dentro del complicado mundo de las comunidades musulmanas funciona mejor y goza por tanto de la imprescindible colaboración interna. Por supuesto que todo el mundo sabe que no se podrán evitar todos los que se planean. Los reveses de Daesh en Irak y Siria refuerzan su voluntad de atentar en los países europeos.

La buena nueva de la mayor labor de información confidencial contrasta con la penosa y peligrosa realidad de la falta de avances en el terreno mucho más amplio que es la cooperación abierta con las autoridades. Sobre todo respecto a una violencia que comparada con el terrorismo armado se califica aunque engañosamente de baja intensidad.

Se ha instalado ya como una especie de nueva conciencia en grupos de jóvenes musulmanes radicalizados tanto entre los nacidos en Europa occidental como entre los recién llegados como refugiados. Es parejo a un rechazo total y agresivo a cualquier paso de integración en las sociedades que las acogen. Evitar atentados es siempre un gran éxito, pero sería un inmenso error creer que los principales peligros en la agresión del islamismo yihadista contra nuestras sociedades nos llegan por el terrorismo.