Batasunización de Cataluña: la CUP y la dictadura del miedo

LIBERTAD DIGITAL 28/03/17
EDITORIAL

· Los despreciables matones de la CUP no han hecho más que adelantar el futuro, dar muestras de lo que sería una Cataluña independiente en manos de semejante gentuza.

En la mañana de este lunes un grupo de militantes de la rama juvenil de la CUP trató de asaltar la sede del Partido Popular de Cataluña en Barcelona. Varias decenas de ultras se concentraron a las puertas des dependencias populares y a continuación intentaron arrasarlas. Mientras perpetraban su asedio liberticida, los vándalos ultraizquierdistas lanzaban consignas a favor del ilegal referéndum separatista que pretenden celebrar en septiembre las fuerzas antisistema del Principado, sangrantemente encabezadas por el propio Gobierno regional.

Los ultras de la CUP han puesto en marcha la estrategia del miedo, con la que pretenden tomar las calles de Cataluña como lo hizo en el País Vasco el mundo de ETA, con el que tantas cosas comparten, empezando por el odio violento a España y una ideología criminógena. A principios de mes, la propia CUP evacuó un documento en el que avanzaba cómo iba a ser su estrategia totalitaria para imponer la República catalana.

En el documento, titulado 2017. Referèndum i República, se alude a la creación de los llamados Grups de Defensa Territorial, bandas criminales que impondrían su ley durante y después de que se perpetrara el referido referéndum ilegal.

Como ha empezado a comprobarse, no se trata de las bravatas de un hatajo de niñatos mimados por unos gobernantes regionales criminosamente responsables de lo que está sucediendo en Cataluña. Muy por el contrario, lo consignado en ese texto no viene sino a coincidir con los planes elaborados por la igualmente golpista Asamblea Nacional Catalana para la fase final del proceso separatista ya en curso.

Los despreciables matones de la CUP no han hecho más que adelantar el futuro, empezar a dar muestras de lo que sería la vida de los catalanes españoles en una Cataluña sojuzgada por esa chusma y sus corruptos aliados estupefacientemente tenidos por moderados.

A esta ofensiva literalmente violenta para hacer saltar por los aires el orden constitucional y la convivencia en Cataluña, el Gobierno sólo opone los ruegos patéticos de un Mariano Rajoy que denuncia que la legalidad está siendo sometida a asedio en el Principado como si él no fuera el principal responsable de que los golpistas hayan llegado ya a estos extremos.

La situación es extremadamente grave. El Gobierno no puede seguir consintiendo este asalto al Estado de Derecho. No puede ni debe callar, apaciguar a, dialogar con los enemigos de las libertades, sino hacer caer sobre ellos todo el peso de la ley.