Brexit: España también se la juega

ABC 20/06/16
EDITORIAL

· La salida del Reino Unido de la UE dañaría la economía británica, perjudicaría a toda la Unión y afectaría negativamente a España

EL referéndum del próximo jueves no solo determinará la permanencia o no del Reino Unido en la UE, afectando con ello al conjunto del proyecto comunitario, sino que tendrá importantes consecuencias económicas, tanto para los británicos como para el resto de europeos, en caso de que, finalmente, la opción del Brexit se imponga en las urnas. En este sentido, España sería uno de los principales países afectados, ya que mantiene estrechos lazos empresariales, comerciales y financieros con las islas. De hecho, la exposición de la economía nacional a la salida británica es incluso superior a la de Francia, Alemania o Italia, según la agencia de calificación S&P, debido al mayor peso que ostentan las compañías españolas en territorio anglosajón. No en vano, Reino Unido es el principal destino de la inversión española en el extranjero, con una cuantía próxima a 48.000 millones de euros, sobre todo en sectores como la banca, la energía y las telecomunicaciones.

La incertidumbre normativa que se produciría tras el Brexit amenaza con dañar los intereses de grandes firmas españolas. Santander y Sabadell, por ejemplo, tienen una fuerte presencia en el sector financiero británico, donde obtuvieron el 30 y el 17 por ciento de su beneficio neto en 2015, respectivamente. Iberdrola, con 5,7 millones de usuarios y líder en producción eólica, prevé que el 25 por ciento de su beneficio bruto provenga del Reino Unido en 2020, mientras que empresas de la talla de Telefónica, Ferrovial o AENA también han realizado grandes inversiones en las islas. La salida de la UE implicaría mayores costes regulatorios para las empresas españolas, que tendrían que adaptarse al nuevo marco institucional. Y ello, sin contar que el crecimiento potencial de la economía británica se vería gravemente dañado tras renunciar a las ventajas y los beneficios del mercado único.

Además, Reino Unido es uno de los principales destinos de las exportaciones españolas, generando un superávit comercial de más de 11.000 millones de euros al año. Las trabas administrativas y arancelarias que supondría el Brexit se traducirían en menores ventas al exterior y en menor crecimiento y creación de empleo. Sin embargo, el mayor impacto se produciría en el sector turístico. Los británicos, con casi 16 millones de visitantes el pasado año, lideran el ranking de turistas internacionales que escogen España como destino. A corto plazo, la depreciación de la libra se reflejaría en una menor llegada de turistas procedente de las islas y el menor crecimiento que experimentaría Reino Unido tras la salida de la UE reduciría el gasto turístico de los británicos. El Brexit no beneficia a nadie, salvo a los espurios intereses políticos de sus impulsores. Dañaría la economía británica, perjudicaría a la UE y afectaría negativamente a España.