Carmena sacará sólo un rato el cartel de Blanco

EL MUNDO 12/07/17

· Tras las críticas habrá una pancarta en la concentración de Madrid pero sólo en el acto

El aluvión de críticas recibidas y la presión pública han obligado a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, a cambiar su plan inicial de dar portazo a la colocación de una pancarta en el Ayuntamiento de Madrid en recuerdo de Miguel Ángel Blanco. En lugar de desplegarla en la fachada, para que luzca en estos días con motivo del 20º aniversario de su secuestro y asesinato a manos de ETA, la regidora de la capital planteó ayer mostrar un cartel alternativo durante el rato que dure la concentración de homenaje que tendrá lugar este mediodía a las puertas del consistorio.

La propuesta de la Alcaldía hace un requiebro para intentar no desdecirse de su negativa inicial, argumentada bajo la excusa de que no hay que dar más visibilidad a unas víctimas sobre otras, sino que hay que tratarlas a todas por igual. Así, el texto de la pancarta que se desplegará en la concentración tiene el siguiente lema: «En el 20º aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco, Madrid con todas las víctimas del terrorismo». Una mención al malogrado concejal del PP con la que el Gobierno local, patrocinado por Podemos, intenta conciliar su postura con las críticas recibidas.

La pancarta presidirá la concentración, pero no será colgada en ningún caso en el edificio, como había solicitado Movimiento contra la Intolerancia. Su presidente, Esteban Ibarra, considera que es insuficiente desplegar una pancarta en la concentración. «Nosotros estamos reclamando visibilidad, no un gesto momentáneo de cinco minutos», explicaba a este diario.

«Queremos que la pancarta esté hasta el domingo de manera visible en el edificio de Cibeles igual que ha estado la del Orgullo o está siempre la de los refugiados. ¿Qué problema hay en hacer visible ese mensaje de unidad contra el terrorismo de manera permanente, durante esta semana en que recordamos a Miguel Ángel Blanco?», reflexionaba Ibarra.

Por su parte, un portavoz de la Alcaldía de Madrid sostenía ayer «que no se ha producido ninguna rectificación» en la posición inicial. Y reivindicaba que, «como no podía ser de otro manera», el Ayuntamiento había decidido sumarse a la convocatoria de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para hacer a lo largo del día de hoy concentraciones en las puertas de todos los consistorios.

La polémica del Ayuntamiento de Madrid con el homenaje al edil asesinado provocó un torrente de críticas a Podemos por parte del PP, PSOE y Ciudadanos, clamando contra su «bajeza moral» y su comportamiento «reprochable» desde «el punto de vista humano».

Además de a Podemos, el coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maíllo, elevó el tiro de estas críticas señalando al PSOE por su posición en algunos ayuntamientos de la provincia de Cádiz en los que no ha apoyado dedicar una calle a la memoria de Blanco. A ambos les acusó de «insensibilidad» y criticó que sus direcciones nacionales no hayan «desautorizado» sus actos, informa Marisol Hernández.

Entre los más contundentes en sus críticas estuvo Albert Rivera, que cargó las tintas contra Pablo Iglesias y Manuela Carmena. «Los que pactan con Bildu o los batasunos y aplauden a Otegi son los mismos que no quieren colgar una pancarta en el Ayuntamiento de Madrid», denunció, para apostillar al final: «No hay casualidades».

En una intervención ante su grupo parlamentario, Rivera anunció que Ciudadanos va a tomar la iniciativa en los ayuntamientos para rendir homenajes a víctimas del terrorismo como Miguel Ángel Blanco por ser, enfatizó, uno de «nuestros héroes y lo mejor de nuestra historia». «No tenemos que taparlas como pretende hacer Carmena o Iglesias», insistió. Rivera también advirtió de que quien no entienda eso «es porque no comprende cómo hemos llegado hasta aquí o porque prefiere apoyar a los verdugos que a las víctimas» o porque tienen «dudas» de «quiénes fueron los buenos y los malos».

Por su parte, Iglesias trató de zafarse de la polémica apoyando a Carmena –antes de su cambio– y defendiendo que lo «sensato» era trabajar para que «no haya víctimas de primera o de segunda clase». Además, achacó la responsabilidad de los homenajes en sus grupos municipales.