Clinton saca una ligera ventaja a Trump en el ‘sprint’ final

EL MUNDO 08/11/16

· Los estadounidenses acuden hoy a elegir a su presidente mientras los mercados apuestan por la victoria demócrata
· Maratón de los candidatos para arrancar los últimos votos a los indecisos

 
EEUU termina hoy su campaña electoral más dura en décadas con la candidata demócrata, Hillary Clinton, manteniendo una ventaja clara, pero dentro del margen de error de las encuestas, sobre su rival republicano, Donald Trump.

La ex primera dama, ex senadora y ex secretaria de Estado saca al promotor inmobiliario, empresario del juego y de los concursos de belleza y estrella de reality shows, 3,2 puntos, según la media aritmética de las encuestas elaborada por la web RealClearPolitics. Otros agregadores que tienen modelos más sofisticados, como FiveThirtyEight, PredictWise, The Upshot o el Consorcio Electoral de la Universidad de Princeton, también sitúan a Clinton por delante, con entre un 65% y un 99% de posibilidades.

Las cifras de posibilidades de alcanzar la Casa Blanca de ambos candidatos pueden dar la impresión de que las elecciones ya están decididas. Pero no es así. En primer lugar, Hillary no logró salir del margen de error, aunque en los últimos tres días volvió a recuperar algo de la distancia que había cedido frente a Trump.

En segundo término, las encuestas llevan encadenando un año y medio de fracasos, desde las elecciones británicas de mayo de 2015 hasta el referéndum de paz de Colombia del mes pasado. Y, finalmente, está la idiosincrasia del sistema electoral estadounidense, donde ya han votado al menos un tercio de los electores, que, en ocasiones –sobre todo en los barrios habitados por minorías, como hispanos, negros y asiáticos– tuvieron que hacer cola hasta siete horas para poder ejercer el derecho al voto. Por si eso no bastara, en ese país hay 10.000 jurisdicciones electorales diferentes, y cada uno de los 50 estados (más varios territorios) organiza los comicios por su cuenta, ya que no hay ninguna autoridad electoral nacional.

Así que las opciones siguen abiertas. Y tanto Clinton, que acaba de cumplir 69 años, como Trump, que apagó 70 velas en junio, están luchando hasta por el último votante. El candidato republicano celebró ayer cinco mítines, cubriendo en su avión privado una distancia de alrededor de 3.000 kilómetros, equivalente a la que separa Madrid de Kiev. El último evento de Trump estaba previsto a las once de la noche hora local –seis de la madrugada en la Península Ibérica– en la ciudad de Gran Rapids, en Michigan. El primero había empezado en Sarasota, en Florida, a las 11 de la mañana (cinco de la tarde en España).

En sus mítines, Trump va solo. Es un reflejo de la campaña. El candidato republicano no tiene el apoyo de su partido. Así que su precipitado mitin a medianoche en Grand Rapids, apenas anunciado con 24 horas de antelación y que con toda seguridad iba a empezar mucho más tarde de lo previsto, era una marca de la casa. Trump improvisa. Pero galvaniza mucho más sus seguidores.

Hillary, por el contrario, aparece siempre arropada de sus aliados y de personalidades del mundo del espectáculo, a los que necesita para movilizar algo de entusiasmo. Su plan era cerrar anoche su campaña con un masiva evento en la ciudad de Filadelfia en el que estaba prevista la presencia del presidente, Barack Obama, la primera dama, Michelle, y su esposo, el ex presidente Bill Clinton, además de una serie de estrellas del rock que iban desde Jon Bon Jovi hasta Bruce Springsteen.

Es como una guerra de guerrillas –Trump– contra una división acorazada –Clinton–, y eso es lo que complica cualquier pronóstico todavía más. Es una percepción que se ve claramente en los mercados financieros. Wall Street subía un 1% ayer, después de que el FBI diera marcha atrás y declarara el domingo no haber visto nada ilegal en los correos electrónicos de Clinton que descubrió el mes pasado. La noticia de la reapertura de la investigación a la candidata demócrata hizo que Wall Street cayera ocho días seguidos, algo que no sucedía desde hacía 36 años, y era muestra del temor del mercado ante Trump. También subía el dólar, al igual que el peso mexicano, que cotiza de forma inversamente proporcional a las posibilidades de Donald Trump de ganar las elecciones.


LAS BOLSAS
Pero estas operaciones tenían lugar en un mercado con muy poca contratación, en el que los operadores estaban en guardia ante una posible victoria de Trump, un candidato que no tiene el respaldo de ningún economista o empresario de peso, con la sola excepción de dos gestores de hedge funds, Carl Icahn y John Paulson.

De hecho, esa evolución de los mercados financieros era casi idéntica a la del 22 de junio, justo el día antes de que los británicos votaran, para sorpresa de todos –incluyendo a muchos expertos en encuestas– en favor de la salida de la Unión Europea.

Un operador de un gigante de Wall Street resumía a este periódico la situación en los siguientes términos: «Si gana Trump, tienes que agarrar la caída de la Bolsa de la semana pasada y multiplicarla. Lo que no sabemos es por cuánto. ¿Por tres? ¿Por siete? Y, después, cuando el mercado haya caído un 10% o un 15%, tampoco sabremos qué habrá que hacer: ¿Entrar de nuevo, aprovechando que todo está barato ¿O seguir fuera?».