Consejos que son advertencias

EL MUNDO – 03/06/16 – VICTORIA PREGO

· José María Aznar le ha vuelto a dar un toque al presidente del Gobierno, aunque no lo haya formulado estrictamente en esos términos. Pero está fuera de toda duda que ha apuntado directamente a la cúpula dirigente del PP.

Ha sido al cierre de su discurso cuando se ha lanzado a dejar unos cuantos consejos sobre la mesa, rotundos, de hecho advertencias, que son muy difíciles de cumplir en estos momentos por su partido. Lo cierto es que esos párrafos finales eran la consecuencia lógica de lo que acababa de exponer minutos antes.

A saber, que la memoria viva de los desastres de la Segunda Guerra Mundial fue la que hizo posible que Europa levantara, como diques contra la repetición de tantos errores, un proyecto basado en la colaboración entre las naciones, en el respeto a las libertades y en el fomento de la concordia: «La frontera moral que determina nuestra vida cotidiana sigue estando […] en el universo de valores, instituciones y actitudes que supimos crear y sostener después [de aquello]. Y por lo que se refiere a España, fue la memoria de nuestra Guerra Civil lo que alentó el esfuerzo de entendimiento de la Transición».

Es el olvido y la ignorancia de lo que padecimos en el pasado los europeos y los españoles lo que, dice Aznar, nos está llevando a caer en manos de los populismos y los radicalismos y a la reaparición de las ideologías totalitarias. Y a partir de ahí ha entrado a clamar por un giro radical en las actitudes políticas que en su opinión se están dando en nuestro país. Si hubiera querido excluir de ese reproche al PP lo habría hecho con claridad meridiana, pero no ha sido así. Al contrario, pareció que su mensaje iba dirigido a todos, pero especialísimamente a su propia formación.

Pero lo que reclama Aznar es inalcanzable en las actuales circunstancias. No es posible que los partidos, que están sumergidos en una campaña electoral donde las posiciones están ya muy polarizadas, abandonen por convicción sus trincheras –se juegan mucho en esta contienda– y apuesten por recuperar el consenso, la concordia, la confianza y la colaboración.

Otra cosa es lo que deba suceder después de las elecciones y ahí es donde hay que incardinar la referencia hecha a la obligación de todos de contribuir a ese objetivo «con los sacrificios personales que sean necesarios en cada momento». No sabemos lo que pensará Mariano Rajoy de este mensaje dirigido directamente a su persona, pero no le podrá reprochar a su antecesor que no haya predicado con el ejemplo. Se suma así Aznar a la opinión expresada por muchos votantes relevantes de derechas de que la salida de Rajoy es necesaria para la supervivencia del PP. Lo que resulta muy dudoso es que este sea el momento que más le convenga a ese partido para plantear un cambio de esa envergadura.

EL MUNDO – 03/06/16 – VICTORIA PREGO