Crecen las sospechas

EL MUNDO – 07/04/16 – VICTORIA PREGO

· De ninguna manera. Lo de la cita secreta organizada por Pedro Sánchez con el independentista Oriol Junqueras no es en absoluto una cita más de las muchas que celebran los líderes políticos, como pretenden hacernos creer una vez que se ha conocido el encuentro. En este punto preciso, los dirigentes socialistas están intentando engañar a los españoles.

Esta cita es de la máxima importancia y de la máxima gravedad porque tiene lugar en plenos esfuerzos de Sánchez por concitar todos los apoyos que le puedan aupar a la Presidencia del Gobierno y porque se hace contraviniendo las órdenes recibidas de su Comité Federal, según las cuales el secretario general del PSOE no puede entablar conversaciones con quienes pretenden romper España. Por eso Sánchez ha querido mantener el encuentro en secreto.

A partir de esta información, tenemos derecho a sospechar muchas cosas. Por ejemplo, que las intenciones de Sánchez para acceder a la Presidencia como sea pueden incluir un pacto con los independentistas por el cual la cuestión catalana se aparta de momento –hasta superar la investidura– y, una vez en el poder, el presidente Sánchez se compromete a abordar el asunto con más fuerza y más perspectivas de éxito para los independentistas. Y aquí cobran todo su sentido y toda su gravedad las conversaciones con Xavier Domènech que el líder socialista ha encargado a Miquel Iceta para que vaya desbrozando el camino de algún tipo de acuerdo sobre el referéndum de autodeterminación. Conversaciones, por cierto, que también se realizaron en secreto hasta que se anunció la mesa de negociación de hoy.

No es de extrañar que dentro del propio Partido Socialista esté creciendo la alarma ante el temor de que estas sospechas sean ciertas. Es decir, ante la posibilidad de que Pedro Sánchez se pase el mandato del Comité Federal por el arco del triunfo y, en el último instante, cuando ya no haya tiempo para que su partido le pare los pies, anuncie un acuerdo con Podemos y la abstención de los independentistas y se alce con la Presidencia del Gobierno pagando un precio que sería inasumible para una parte importante del propio PSOE y, desde luego, para una mayoría de sus votantes. Pero no para él.

Puede que eso sea lo que esté en su cabeza porque, si no, no se hubiera ido a ver a Junqueras escondiéndose de las miradas públicas. El mayor obstáculo para sus propósitos sería entonces el acuerdo con Albert Rivera,porque con ese socio no le sería posible rematar la faena. Pero no podemos ignorar que en este momento Ciudadanos está a un paso de levantarse de la mesa de negociación a tres bandas. Si Rivera consumara ese abandono anunciado, Sánchez tendría las manos mucho más libres para ir a por todas en la búsqueda del pacto con la ultraizquierda y con los independentistas.

Nada de ello tendría posibilidades de salir adelante si la jugada se destapara con tiempo suficiente para que desde su partido fuera impedida. Por eso es de temer que todo se intente precipitar al filo del último minuto.

Estas son las consideraciones que nacen del descubrimiento del encuentro secreto de Sánchez con el independentista Junqueras. Para que vengan a contarnos que todo es de lo más natural.

EL MUNDO – 07/04/16 – VICTORIA PREGO