C’s asume que será el enemigo del PP

EL MUNDO – 03/05/16

· Rivera cree que Rajoy lo atacará ante la posibilidad de que pida su salida para poder negociar.

· Manotazo al tablero para volver a comenzar la partida. Es el momento de colocar las fichas y repensar los movimientos, aunque aún queda rastro del trazo de estrategias pasadas.

Durante esta semana los partidos eligen las fichas. Mariano Rajoy reúne hoy a su Comité Ejecutivo para comenzar a diseñar su estrategia electoral. La Comisión Permanente del PSOE aprueba la creación del comité de campaña. Albert Rivera confía su estrategia a José Manuel Villegas, Fernando de Páramo y Fran Hervías, los mismos que pilotaron la del 20-D. Y Podemos e IU negocian una posible alianza para determinar cómo estructuran la campaña.

Son las primeras piedras del camino que debe llevar al 26-J. En Ciudadanos, de momento, lo construyen con la idea de que serán blanco de las críticas del PP. Los estrategas de la formación emergente aún lamentan que Rajoy y su equipo centraran el 20-D sus ataques en ellos, ignorando, por ejemplo, a Podemos. En la quinta planta de Alcalá 253 –sede de Ciudadanos– aún escuece el «vais muy bien» con que el presidente del Gobierno en funciones elogió a Pablo Iglesias el Día de la Constitución, en vísperas de las elecciones de diciembre. Consideran en el partido naranja que el PP dejó crecer a Podemos el 20-D sin calibrar el coste electoral de la decisión y confiaban con que ahora los populares rectificarían de cara al 26-J. Sin embargo, ya han asumido que no será así.

Los últimos actos de Rajoy han despejado las dudas: crítica sin contemplaciones a C’s, cuestionamiento abierto a Rivera y asimilación con el PSOE son las directrices del PP, pese a que algunos líderes, como Pablo Casado, traten de mantener la mano tendida.

En Ciudadanos asumen por tanto que volverán a ser el foco de las críticas del PP y lo achacan al miedo de Rajoy a que, en caso de que ambos partidos puedan sumar tras el 26-J, la formación naranja pida la marcha del candidato del PP para sellar un acuerdo. Fuentes de la Ejecutiva de Ciudadanos señalan que esa decisión no está tomada, que no es el momento. Sin embargo, durante la sesión de investidura fallida de Pedro Sánchez el propio Rivera ya pidió de manera velada la salida de Rajoy e, incluso, llegó a alentar la sublevación entre los populares que no estuvieran de acuerdo con su candidato.

Ayer, durante los actos con motivo del 2 de Mayo, festividad de la Comunidad de Madrid, Rivera manifestó que su partido va a hacer «una campaña humilde en busca de soluciones y huyendo del y tú más del que tan harto está la gente». «Si seguimos enrocados, como han hecho Rajoy e Iglesias estos cuatro meses, lo tendremos muy complicado. Debemos dialogar y llegar a acuerdos, que es la única manera de entender esta nueva etapa política», explicó.

En su equipo apuestan por mantener el tono correcto y la moderación, aunque consideran también que no responder a los ataques durante el 20-D fue un error. Por tanto, ahora se espera que haya réplicas y contestaciones al PP y a Rajoy, lo que no excluye que luego puedan abrir una mesa de negociación.

Ayer, al mismo tiempo que Rivera apostaba por una campaña moderada, insistía en que tiene que haber regeneración «sí o sí», porque no habrá estabilidad política si España «no se regenera» y «no cambia nada». Nuevamente un mensaje que podría sugerir la exclusión de Rajoy. Rivera argumentó que no quería entrar a «poner vetos» a nadie ni ver «con quién sí o con quién no» pactaría después del 26-J, pero sí recalcó que considera «fundamental» que los españoles perciban que hay un nuevo Gobierno y una nueva etapa de regeneración.

C’s no se cierra a un acuerdo con el PP –de hecho, su acuerdo de gobierno con el PSOE ya no es válido–, pero siempre se ha esforzado en poner el foco en Rajoy. Sí al PP, pero no con Rajoy. Hace tan sólo unos días, en varias entrevistas que concedió, Rivera repitió un claro mensaje sobre futuros pactos con el PP: «Si hay regeneración, sí; si no, no. Ni Rajoy, ni el equipo, ni el gobierno». Pero en caso de que el presidente en funciones vuelva a ser el 26 de junio el candidato más votado, no será fácil para Ciudadanos convencer de la necesidad de su salida.

EL MUNDO – 03/05/16