Cs saca su músculo nacional en Andalucía para escenificar la orfandad de sus rivales

Paloma Esteban-El Confidencial

Independientemente de la fecha, Cs tiene claro que Rivera y Arrimadas coparán la campaña aprovechando las desavenencias del resto de partidos con sus respectivas direcciones

«Es el inicio del ciclo electoral y Andalucía es un bastión fundamental para nosotros. Al nivel de Madrid y Cataluña». Uno de los dirigentes de la cúpula naranja que rodea a Albert Rivera reconoce que el partido echará el resto en la primera convocatoria electoral que podría producirse a finales de este año si se confirma que Susana Díaz adelantará la cita, inicialmente prevista para marzo, y después de que su socio de investidura confirmara este viernes que rompe oficialmente el pacto firmado en 2015. Lo que Ciudadanos tiene decidido es que independientemente de la fecha, el líder de la formación e Inés Arrimadas protagonizarán gran parte de la campaña junto al candidato a la Junta, Juan Marín, y la formación planea que la presencia de los dos grandes líderes sea continua esas semanas.

El partido de Rivera ya adelantó el proceso de primarias al mes de julio dejando claro que quería prepararse con suficiente tiempo para dar la batalla. El día en que se confirmaba que Marín resultaba ganador y que se medirá una vez más con la actual presidenta, los ‘pesos pesados’ naranjas ya estuvieron en Sevilla. Justo un mes antes la formación elegía otra provincia andaluza, Málaga, para celebrar la segunda edición de ‘España Ciudadana’, la plataforma civil lanzada desde la formación para captar entre otras cosas posibles candidatos, en la que participó el exseleccionador nacional de baloncesto, Javier Imbroda, y que después anunció que concurrirá a las elecciones en el equipo de Marín. Y este fin de semana la ejecutiva nacional se ha reunido en la misma ciudad, otra vez Málaga, para confirmar la ruptura del pacto con el PSOE andaluz y dar el pistoletazo de salida a la precampaña.

Ciudadanos cree que tiene muchas opciones en Andalucía. Las cifras que manejan internamente los situarían ahora en un 25% del voto —el obtenido aproximadamente por los populares de Juanma Moreno en 2015 y muy por encima del 9% conseguido por Cs con 9 escaños en el Parlamento—. Ese porcentaje es al que aspira el núcleo del partido, entendiendo que alcanzarlo sería un éxito sin precedentes y podría determinar el porvenir del resto de citas electorales.

La estrategia está en marcha y no cambiará mucho con respecto a la anterior. Por un lado, visibilizar a Ciudadanos como el partido «útil» que trabaja por mejoras fiscales y sociales para la clase media —ley de autónomos, bajada del IRPF y supresión del impuesto de sucesiones, entre otros— y, por el otro, seguir apareciendo como el gran abanderado de la regeneración democrática —lucha contra la corrupción y fin de privilegios como los aforamientos, precisamente el que era ahora el gran escollo en la relación entre socios—. La comunicación será clave en esta campaña y de ahí que sea una de las áreas que más se va a volcar, reforzando el equipo en toda la comunidad y con gran presencia de su responsable, Fernando de Páramo.

En todo caso, en Ciudadanos consideran que su posición de socio de gobierno en estos tres años y medio no les pasará factura, como tampoco haber roto antes de tiempo el acuerdo. Insistirán en trasladar una imagen de responsabilidad política y pondrán en valor los logros conseguidos durante esta legislatura. En la otra cara de la moneda, la formación naranja considera que en el resto de España ha quedado muy clara su distancia con el PSOE y, en ese sentido, no temen las embestidas que podrían llegar por el lado del PP. La insistencia en que Rivera y Arrimadas deben protagonizar gran parte de la campaña andaluza tiene dos partes. La primera, los síntomas de que su presencia funciona muy bien entre el electorado de esta comunidad. Y, la segunda, diferenciarse de sus otros rivales políticos que, de alguna manera, están más huérfanos de liderazgo nacional.

Dirigentes de Ciudadanos señalan en ese sentido al propio partido del Gobierno y la relación entre Pedro Sánchez y Susana Díaz. «Si en otros casos nos puede hacer daño que el Ejecutivo se movilice a dar apoyo, en este entendemos que esto no se producirá». Algo similar ocurre con el PP. Aunque Pablo Casado apoye a Juanma Moreno en la campaña, la formación naranja considera que la escasa sintonía entre un candidato ‘sorayista’ y el nuevo líder terminará por aparecer. Y lo mismo sucede con Podemos y el continuo estado de ruptura entre Teresa Rodríguez y Pablo Iglesias, coincidiendo además con un momento particularmente malo para el partido morado en otras comunidades (la división en Madrid y la marcha de Domènech en Cataluña). Una baza que la formación naranja no está dispuesta a dejar escapar.

Objetivo: Sevilla, Málaga, Granada y Cádiz

Aunque en el partido todavía están perfilando los objetivos electorales por provincias, Ciudadanos se centrará en cuatro de ellas: Sevilla, Málaga, Granada y Cádiz. Las dos primeras son las plazas en las que el partido naranja es más fuerte y donde realmente aspira a conseguir los mejores resultados. Málaga es un caso particular. En la formación reconocen que, sociológicamente, esta ciudad encaja a la perfección con el votante y el ‘target’ de Ciudadanos y la equiparan a otras grandes urbes como Madrid o Barcelona en las que el partido está ya muy consolidado.

Algo que explicaría los resultados obtenidos no solo en las pasadas autonómicas, sino incluso en las generales de 2016 (más de un 16% del voto y dos diputados por esta provincia en el Congreso, superando a Sevilla) y el crecimiento vertiginoso en afiliados y simpatizantes. En el caso de Granada y Cádiz, constituyen las otras dos provincias en las que la presencia de la formación centrista ha aumentado en el último año. En estos momentos cuenta con 3.347 y 3.493 inscritos respectivamente, según los datos de cierre de verano del área de Organización y que suponen un récord interno.

El inicio del curso político en Andalucía se ha visto marcado por el teatro del adelanto electoral en el que Ciudadanos ha ido escenificando la ruptura del acuerdo al condicionar su apoyo a los próximos Presupuestos a la eliminación de los aforamientos. En el partido naranja recelan de los titulares que lo señalaban como hacedor de la ruptura con Susana Díaz e insisten en que no se puede tildar de adelanto unas elecciones previstas para dentro de cuatro meses. Aseguran que su decepción con los socialistas llegó la pasada semana en la reunión que mide los resultados del pacto de investidura y constataron que el PSOE-A no tiene intención de dar cumplimiento a algunas de sus exigencias prioritarias. «Susana Díaz ha defraudado a los andaluces«, insistía Marín este viernes tras la ejecutiva.

Pero, al mismo tiempo, reconocen que el grado de cumplimiento del pacto en otros aspectos, como el económico, es de los más altos en comparación con otros acuerdos autonómicos. Con todo, la decisión está tomada desde el pasado viernes. Se rompe el pacto de legislatura y Andalucía ya acaricia el adelanto electoral, aunque en Ciudadanos siguen diciendo «que no hay motivo para el anticipo».