ABC-IGNACIO CAMACHO

Para articular una mayoría, el PP tiene que llegar o acercarse a los cien diputados sin que Cs y Vox se vengan abajo

Q «UIZÁ lo de Andalucía, en el fondo, haya resultado contraproducente en el sentido de que sucedió antes de tiempo. Ese vuelco eliminó el factor sorpresa y ha puesto sobre aviso al Gobierno, además de que la caída de Susana ha dejado a Sánchez sin contrapesos. La aparición tan potente de Vox ha permitido al presidente poner en marcha la estrategia del miedo para que los suyos no se vuelvan a descuidar y den el triunfo por hecho. En cualquier caso ya no tiene remedio. Aunque me cueste entender que haya gente que teme más a los de Abascal que a los nacionalistas o a Podemos…».

El interlocutor es un candidato del PP –«por favor, aclara que no he estado en el Foro ABC con Pablo»– que parece combatir contra su propio estado de ánimo. «Qué quieres que te diga: empujamos cuesta arriba y Ciudadanos, suponiendo que sea fiable, tampoco crece lo necesario. Para poder articular una mayoría, el PP tiene que acercarse a los cien diputados, que estamos más bien lejos, sin que los otros dos se vengan abajo. Imposible no es, pero sí bastante difícil si el PSOE se lleva la prima del sistema al partido más votado. Vamos a ganar en muy pocas provincias, y en cambio en muchas otras alguno de los tres quedará fuera del reparto. Vuelvo al espejismo andaluz: allí pudimos sumar porque el distrito más pequeño adjudicaba once escaños. Y así cabíamos todos, pero en las generales hay un montón de circunscripciones con un cuello de botella que criba a los más rezagados».

«Eso de que la clave será la abstención es verdad… siempre que no se abstengan los nuestros. En teoría, nos beneficiaría que no vote más del 68 por ciento, porque se supone que la derecha está movilizada por el problema catalán y el estado general de cabreo. Aun así, estar divididos entre tres fuerzas es como batirse con una mano atada en un duelo. ¿Qué si repunta el voto útil? Bueno, estamos en ello, pero hay que hacerlo con humildad y respeto. El mensaje es que esperen a darse el gustazo en las municipales y que ahora es muy importante lo que está en juego. Quizá esté funcionando en un cierto segmento, y de aquí al 28 lo notemos, pero tenemos que batirnos en cada familia, en cada grupo de whatsapp, en cada pueblo. Y con la propaganda oficial en contra: el CIS ha inflado las expectativas de Vox para mantener al electorado de izquierdas inquieto».

«Y sí, por debajo de ochenta, aunque quedemos por encima de Cs, sería un descalabro. No creo que tanto como para cuestionar a Casado, pero saldrían a flote muchos damnificados por el nuevo liderazgo, que ahora están replegados. En todo caso eso es secundario; lo que me preocupa es que haya un proyecto liberal y constitucionalista mayoritario en votos y no en escaños. Que nuestra división le entregue a Sánchez otro mandato con los peores aliados. Porque si perdemos, perdemos y ya está, pero… ¿imaginas lo frustrante que sería perder ganando?».