Decisión responsable

EL PAÍS 10/08/16
EDITORIAL

· Rivera pone toda la presión sobre Rajoy con medidas razonables de regeneración

El secretario general de Ciudadanos, Albert Rivera, demostró ayer una responsabilidad superior a la del resto de los principales líderes políticos. Un día antes de reunirse con el presidente del Gobierno en funciones, Rivera convocó a su Ejecutiva para, en palabras suyas, “debatir si podemos hacer algo más para desbloquear la situación”. Y el resultado fue que los dirigentes del partido naranja aprobaron el inicio de negociaciones con el PP a cambio de una condición previa y seis medidas de regeneración.

En caso de que Mariano Rajoy acepte hoy esas propuestas, Ciudadanos estaría dispuesto a convertir su abstención en un voto positivo a su investidura como presidente del Gobierno, con lo que el saldo se situaría en 169 escaños. Una cifra insuficiente todavía, pero que abre puertas a abstenciones de otros grupos.

La primera condición para que se inicien las negociaciones formales entre ambos partidos es que la presidenta del Congreso fije ya fecha y hora para la sesión de investidura. Algo no solo razonable, sino absolutamente imprescindible desde el punto de vista legal e institucional. Desde estas páginas, EL PAÍS ha instado a Rajoy a que deje de utilizar vaguedades políticas, cuando han pasado ya más de 40 días desde las elecciones del 26-J, y cumpla el mandato recibido por el Rey, sin intentar retorcer la ley. No es posible que renuncie, no hay justificación.

Además de fijar fecha para la investidura, Rivera enumeró seis medidas para la regeneración política y la lucha contra la corrupción, medidas que han estado en todos sus programas electorales y que obedecen a la filosofía central de Ciudadanos desde su fundación. Estas seis condiciones son: separación inmediata de todos los cargos públicos imputados por corrupción, eliminación de los aforamientos de los políticos, aprobación de una nueva ley electoral, fin de los indultos por corrupción política, limitar los mandatos presidenciales a ocho años y creación de una comisión parlamentaria para investigar el caso Bárcenas.

Las peticiones de Rivera son más que razonables y no deberían suponer un problema insalvable para Rajoy si realmente quiere luchar contra la corrupción que ha emponzoñado al PP durante muchos años. La corrupción es, sin duda, la principal razón para la desafección de los españoles hacia la clase política, y supone el segundo problema en España, después del paro, según confirmó el pasado lunes la última encuesta del CIS. En palabras del líder de Ciudadanos, “es el talón de Aquiles del PP”, lo que cuestiona que sea un partido confiable.

Tras el paso, importante y responsable, dado por Albert Rivera, la presión se traslada al presidente en funciones. Si Mariano Rajoy de verdad quiere pasar de ser el problema a formar parte de la solución, debería aceptar las condiciones de Ciudadanos —por mucho que tenga serios reparos a la forma y el fondo de la intervención de Rivera— e iniciar la negociación sobre un programa de Gobierno que acabe con 247 días de interinidad.

Los españoles no se merecen ni un día más de bloqueo político, y Rivera ha abierto la puerta a un consenso que permita la gobernabilidad en nuestro país.