Dejen la Navidad en paz

ABC 26/08/16
EDITORIAL

· Harán bien populares y socialistas en ponerse de acuerdo para evitar esa fecha como cita a las urnas, pero harían mucho mejor si le facilitaran a España un gobierno tan necesario como urgente

LA posibilidad de que se convoquen nuevas elecciones, las terceras en un año, es actualmente una simple cuestión de números que Mariano Rajoy no ha dejado de destacar con realismo en todo momento: si el PSOE y el resto de partidos de izquierda y nacionalistas votan «no», en primera y segunda votación, a la investidura de Rajoy, habrá elecciones. Así de simple. Siquiera con una posible abstención del PNV en segunda convocatoria sería posible la confirmación de Rajoy, porque los 170 votos que recibiría –suma de PP, Ciudadanos y Coalición Canaria– seguirían por debajo de los 175 del resto de la oposición.

Las especulaciones sobre si el PSOE reserva su abstención como una sorpresa de última hora en la segunda votación no dejan de ser eso, especulaciones. Lo más lejos a lo que han llegado algunos exdirigentes socialistas en los últimos días es a proponer la abstención del PSOE a cambio de la cabeza de Mariano Rajoy, algo inasumible para el PP. Hay que atender a los precedentes de cada cual para hacer proyecciones de comportamientos futuros. El designio del PSOE desde 2003 ha sido la deslegitimación de cualquier gobierno del PP, la marginación de este partido como un paria de la democracia y la descalificación de sus victorias electorales como excepciones al derecho natural de la izquierda a gobernar España. Por tanto, lo normal y propio del PSOE es que persevere en su fijación obsesiva contra el PP y no favorezca la investidura de Rajoy. El PSOE arrinconó el patriotismo con el «Pacto del Tinell» y la estrategia de aislamiento de los populares mediante acuerdos con independentistas radicales, como el Bloque Nacionalista Gallego o Esquerra Republicana de Cataluña. Y sin que haga falta viajar tanto al pasado, no hay más que ver que, salvo en Andalucía, los gobiernos autonómicos del PSOE se fundan en acuerdos con Podemos y otros grupos de extrema izquierda y separatistas.

Aunque es comprensible que la expectativa de que haya elecciones el 25 de diciembre, el día de Navidad, chirríe a los partidos, lo que de verdad debería preocuparles es la repetición de los comicios. Volver a llamar a los ciudadanos a las urnas no solo sería un fracaso político, sino que despertaría dudas sobre validez del sistema y el funcionamiento constitucional. Harán bien populares y socialistas en ponerse de acuerdo para evitar esa fecha como cita a las urnas, pero harían mucho mejor si le facilitaran a España un gobierno tan necesario como urgente.