Desdeñar el patrimonio

IGNACIO VIDAL-FOLCH – EL MUNDO – 31/08/16

· Una de las tareas de carácter educativo y cultural más urgentes que le esperan al próximo Gobierno es TVE. De su importancia nacional, de su función estructural, vertebradora, representativa, no se habla por muchos motivos, entre los cuales no es el menor el hecho de que TVE no tiene prensa que lo defienda o lo explique, como las cadenas privadas.

Pero lo más grave es que ni siquiera se repare en ella, que no se valore su fabuloso patrimonio propiedad del pueblo español –con perdón–, sus inmensas posibilidades y su responsabilidad. Es un patrimonio despreciado.

La sociedad estatal que la rige, la SEPI, acaba de publicar un informe sobre su poca y menguante audiencia, su precaria financiación y su falta de aggiornamento tecnológico, y todo es verdad, como es verdad el sobrecoste salarial que padece y que la ilusión de una generación de profesionales sobradamente preparados para ganar la batalla de un servicio público respetable y competitivo ha sido achicharrada por el abandono. Podría ganar esa batalla, no hace muchos años era la tele más seguida y prestigiosa.

El próximo Gobierno ha de devolverle la publicidad que le fue retirada para gran satisfacción de las teles privadas que ahora llenan sus parrillas de entretenimiento, tertulianos berreando y publicidad desmelenada, «volvemos en siete minutos, que serán diez o doce y viva la plusvalía».

El presidente Zapatero calculaba compensar la pérdida de ingresos por la retirada de la publicidad con tres fuentes de financiación, dos de las cuales son tasas a las cadenas privadas y a los nuevos operadores de comunicaciones… que son por definición los enemigos de la tele pública. Como decía Cruyff, «no hase falta disir más».

No se sabe si el Gobierno Rajoy no corrigió aquel disparate colosal por pereza de afrontar un problema endémico o por miedo a provocar la hostilidad de las cadenas privadas y a sus trust periodísticos. ¡Pero esa hostilidad la tiene de todas formas! Respecto a TVE, la más urgente medida del próximo Gobierno, sea de izquierdas, de derechas, ambidextro, mediopensionista, transexual o fetichista del pie, es aliviar su asfixia económica devolviéndole la publicidad; y la segunda, consensuar con las fuerzas políticas nacionales el plan racionalizador que la devuelva al sitio privilegiado, el sitio muy diferente al que ocupan las demás y que no hubiera debido abandonar.

IGNACIO VIDAL-FOLCH – EL MUNDO – 31/08/16