Diagnóstico equivocado, tratamiento ineficaz

VÓZPOPULI 03/10/16
ALEJO VIDAL-QUADRAS

Cuando era estudiante de ciencias puras aprendí una cosa que después me ha sido muy útil el resto de mi vida: si no entiendes el enunciado de un problema, será muy difícil que lo resuelvas. España se encuentra en un momento histórico preocupante, en el que el conjunto de su sistema institucional y político hace aguas y en el que su tono moral se arrastra por los suelos. En la raíz de las graves dificultades que atravesamos se halla sin duda la incapacidad de nuestros políticos para entender en el sentido orteguiano “lo que nos pasa”. Y al no tener claro el origen de las deficiencias de nuestra arquitectura constitucional, de nuestra estructura territorial y de nuestro modelo productivo, por mencionar tres aspectos fundamentales a la hora de enderezar el rumbo de la Nación, los dirigentes de los principales partidos dan palos de ciego mientras el hoyo en el que estamos metidos es cada vez más profundo. Digo esto porque acabo de leer las propuestas que la Presidenta de la Comunidad de Madrid ha hecho en una reciente y muy publicitada aparición en un foro de notable resonancia y prestigio donde se puede constatar este fenómeno tan decepcionante como generalizado, nuestras elites políticas carecen de criterio certero a la hora de evaluar el entramado normativo en el que operan y de proceder a mejorarlo.


· La patología más seria que sufre nuestra democracia constitucional es que se ha convertido en una partitocracia corrupta

A Cristina Cifuentes la desazona, como al resto de los españoles, el bloqueo político que padecemos desde hace nueve meses y se lanza a sugerir formas de remediarlo. Como está claro que no hay manera de articular una mayoría parlamentaria suficiente para investir un candidato a la presidencia del Gobierno, la jefa del Ejecutivo madrileño corta por lo sano y reclama que se introduzca en España la receta italiana y griega de la prima al más votado, que recibe automáticamente un número adicional de escaños con el fin de que controle la Cámara. Otro camino que Cifuentes apunta para salir del impasse en que nos desesperamos, es la doble vuelta a la francesa. Si en la primera no emerge una mayoría clara, sólo pasan a la segunda los dos partidos más votados y santas pascuas. De su exposición se deduce que pretende aplicar uno de estos dos métodos al sistema electoral español sin modificar sus características más aberrantes, la proporcionalidad combinada con las listas cerradas elaboradas por las cúpulas de las distintas formaciones y las circunscripciones de gran tamaño y censos abultados que eliminan el vínculo entre representante y representado y transforman a los llamados a encarnar con independencia y responsabilidad la voluntad popular en empleados del cabeza de filas de turno. La patología más seria que sufre nuestra democracia constitucional es que se ha convertido en una partitocracia corrupta en la que la invasión de los órganos constitucionales y reguladores, los medios de comunicación y la sociedad civil por los partidos nos ha arrastrado a un manifiesto deterioro del sagrado principio de la separación de poderes y a unos niveles de saqueo del erario por los encargados de gestionarlo realmente alarmantes.

Por consiguiente, los remedios prescritos por una de las estrellas emergentes del Partido Popular para conseguir un Gobierno estable en un plazo razonable, lejos de corregir los males que nos abruman, los empeorarían considerablemente al reforzar aún más la capacidad de las oligarquías partidarias de manejar las palancas del Estado sin equilibrios y contrapesos que pongan freno a sus desmanes. Lo curioso de este asunto es que una audiencia de personas supuestamente bien preparadas se limite a aplaudir dócilmente errores de planteamiento de tal calibre sin que nadie se levante y los señale abriendo un sano debate. Hasta este punto ha llegado la condición lanar de un pueblo desorientado por cuatro décadas de creciente intervencionismo y de imposición impune de pensamiento políticamente correcto.

· Ningún sistema de financiación autonómica que se diseñe podrá cambiar el hecho demostrado de que el Estado autonómico en su presente estructura es un tinglado irracional

Otra de las reivindicaciones de la oradora, atendiendo obviamente a las necesidades de la Comunidad que preside, es la de un nuevo sistema de financiación autonómica que repare la discriminación que sufre Madrid, la mayor contribuyente a la solidaridad interterritorial a la vez que lamentablemente perjudicada en el reparto de los recursos que el Estado asigna a las Autonomías. Si bien esta queja aparece como fundada dentro de nuestro actual esquema de organización territorial, encierra otro desenfoque flagrante de las razones profundas de las tensiones financieras de las entidades sub-estatales. Lo que Cifuentes debiera haber reconocido, si es que realmente aspira a clarificar este tema, es que ningún sistema de financiación autonómica que se diseñe, y ya se han probado unos cuantos, podrá cambiar el hecho demostrado de que el Estado autonómico en su presente estructura es un tinglado irracional, disfuncional e ineficiente, políticamente inmanejable y financieramente insostenible, que requiere una revisión a fondo con reforma constitucional incluida.

Yo no creo que Cifuentes y otros destacados políticos de los grandes partidos nacionales anden escasos de inteligencia, pero están prisioneros del corto plazo, de una atención excesiva a su carrera personal y del miedo que siempre produce el enfrentarse a realidades incómodas. Por eso sus diagnósticos son errados y los tratamientos que aplican, ineficaces. Y así seguiremos hasta el colapso final del que esperemos surja la auténtica renovación que ponga las cosas en su sitio.