El CIS guerrista

SANTIAGO GONZÁLEZ-EL MUNDO

Si hace tres o cuatro décadas me llegan a preguntar con qué calificativo definiría yo a José Félix Tezanos, habría respondido sin vacilar: «guerrista». Ningún otro socialista se ha vinculado tanto a un dirigente como para asumir vinculación tan estricta.

No parece posible que los españoles de Tezanos, o tezanistas, preguntados por su opinión sobre la gestión del Gobierno socialista, respondan en un 41,3% que «mala o muy mala», mientras sólo el 13,4% opine que «buena o muy buena» y que con ese bagaje conceptual, sea Pedro Sánchez el líder más valorado y el partido que encabeza, –es un decir–, el más votado si hoy se celebrasen elecciones generales. El PSOE ganaría un punto sobre el sondeo de diciembre, hasta rozar el 30%, el PP perdería más de cuatro puntos hasta situarse en cuarta posición, por detrás de Ciudadanos y de Podemos. El partido naranja perdería dos décimas y Podemos ganaría medio punto. Solo un borracho (o José Félix Tezanos) podrían diseñar semejante disparate.

El principio que orienta toda tarea demoscópica es que quien paga al flautista pide la melodía. Y Tezanos, el guerrista, ha sido puesto ahí para corromper el CIS a favor de su mandante. Confieso que resulta turbadora la radiografía de los españoles que establecen las encuestas de intención de voto. Se sorprendía el gran Fernando Savater al reflexionar sobre los cinco millones de votos que había obtenido en la elecciones generales de 2016 Unidos Podemos: «No creí yo que hubiera tantos tontos en España». Y se admiraba con justicia.

Yo tampoco lo creía. Es verdad que ahora ya no serán tantos. Algunos de ellos recalarán en Podemos, sin necesidad de mejorar su cociente intelectual votarán a Sánchez, que compite con Iglesias por el mismo espacio político. Ya se sabe que el trasvase de votos se rige por la ley de los vasos comunicantes. Pero no hay manera de explicar que el PP, y en cierta medida Ciudadanos , pierdan más votos de los que gana Vox, que los partidos de la derecha, «los trillizos reaccionarios», como dice con su desprejuiciada facundia la marquesa de Galapagar, que es toda ella un parto múltiple, se queden en el 39,1%, mientras el PSOE, Podemos y ERC alcanzan el 50% de los votos.

Uno nunca ha tomado al doctor Sánchez por un estadista. Es más, siempre recuerdo como el momento de gloria de Patxi López, aquel en que se enfrentaba a Sánchez en las primarias por la Secretaría General y le hizo una excelente pregunta desalentada: «Pedro, ¿tú sabes lo que es una nación?». Era evidente que no. Pero si Sánchez no es nadie, el marqués de Galapagar es un perfecto mindundi. ¿Por qué estos pollos-pera aumentan sus reservas de votos mientras el resto disminuyen? A lo largo del mes de enero Podemos ha vivido un proceso continuado de implosión con la deserción de Errejón para hacer sociedad con Carmena, para recibir, primero el dicterio de la pareja directriz y luego la sugerencia de asaltar unidos la Alcaldía de Madrid. Recordaba con Herrera el viejo chiste del marido quejoso porque su mujer le ha comunicado que se fuga con un amigo. «¿Qué quieres que haga? Me voy a vivir con ellos».