El clip de Marine Le Pen

EL MUNDO 15/02/17
F. JIMÉNEZ LOSANTOS

ANTEANOCHE vi el clip oficial de la campaña presidencial de Marine Le Pen. Si no gana, milagro será. Además de una factura elegante y sobria, con el culto pomposo a la grandeur de un país que guarda en un catafalco con forma de bombón los restos del eurogenocida Napoléon, el discurso de la candidata del Frente Nacional no sólo podría ganar desde la derecha las elecciones en Francia, sino en cualquier país europeo, España incluida. Si la candidatura de Fillon, como parece claro, no pasa a la segunda vuelta y su rival es Macron, el brillante ex ministro, ay, de Hollande, Le Pen ganará.

Yo hubiera votado ayer a Sarkozy y mañana votaría a Macron, pero soy liberal, o sea, poco francés. Y de ser francesa, me sería difícil no votar a una mujer que presenta como primer argumento electoral la lucha contra el Islam, en estos términos: «Soy mujer y, como mujer, siento como una violencia extrema la restricción de las libertades que se desarrolla en nuestro país a través del fundamentalismo islamista». Acabo de ver a cuatro ministras suecas del «primer Gobierno feminista de la historia», sumisamente ataviadas con el hiyab para firmar contratos en Irán. ¿Alguien cree que esa izquierda combatirá a los lapidadores de adúlteras?

Dice también Le Pen que, como madre, se preocupa por el mundo que deja a sus hijos, claro, pero añade: «Soy abogada, y guardo de mis años en los tribunales una profunda ligazón al respeto a las libertades públicas y una sensibilidad particular por la suerte de las víctimas enfrentadas a la impunidad de los criminales». Un votante de centro-derecha no necesita escuchar inmigración ilegal (en una encuesta reciente, aparece como su primera preocupación por encima del terrorismo, el paro y los impuestos) para entender que es a esa inmigración, la musulmana, a la que se refiere Le Pen. Ni que la impunidad de los criminales es lo que a diario padecen.

Aunque el clip exuda el orgullo nacionalista de la mujer fuerte, no habla de la Nación sino «Au nom du peuple». Así que con o sin atentados, lo normal es que el votante de Sarkozy del 2007 acabe votando a Le Pen. ¿Por qué? Porque dice lo que mucha gente quiere oír y la dictadura mediática de lo políticamente correcto ha proscrito. Si gana Le Pen lo lamentaré, pero no me sorprenderá. Con ella, no con Trump, debería entenderse Rajoy.