El desbloqueo de A. H.

EL MUNDO 28/10/16
SANTIAGO GONZÁLEZ

El PP debería tratar de que Pablo Iglesias tenga un escaño permanente en el Congreso. Al igual que en la anterior investidura, se nota que a don Mariano le pone Pablo, se viene arriba. Iglesias estuvo como suele, impresentable, pero se hace acompañar de Alberto Garzón y así parece un intelectual. Tardà hizo lo que pudo el hombre, aunque carece del gracejo y la oratoria de Rufián. Pero no estuvo mal, porque le ayuda mucho el físico. Si a Tardà, principal ingrediente de la escudella i carn d’olla, le diera por ejercer de payaso siniestro para asustar caperucitas sólo necesitaría un retoque mínimo, se ahorraría una pasta en maquillaje.

El interés mayor estuvo en el socialista Antonio Hernando. El ejemplo de Saulo de Tarso tiene un tirón y el portavoz es un San Pablo en versión laica. Hernando habló y fue interrumpido en numerosas ocasiones por su bancada. Con dos excepciones significativas: Sánchez y López. Sólo al final se pusieron ambos en pie y aplaudieron brevemente a su portavoz, aunque Pedro debía de estar cansado porque se sentó enseguida.

En la historia hubo hombres notables que cambiaron mucho de posición a lo largo de sus vidas. Talleyrand y Fouché, qué les voy a decir. Nosotros, más modestos, tenemos a Antonio Hernando. Por eso enumeró las rectificaciones de su partido, apostillando cada una con la muletilla «y el tiempo nos dio la razón». Y citó ejemplos como el abandono del marxismo en 1979. (En realidad, el PSOE se reivindicó marxista en el 28º Congreso. Fue un órdago de Felipe el que produjo el abandono). También citó el cambio de posición sobre la OTAN, lo que llevó a Fraga a comentar: «Los socialistas sólo aciertan cuando rectifican». Estuvo pundonoroso el portavoz, aunque su limitación principal estaba en su papel anterior. Siempre estuvieron contra Rajoy y los 10 meses de su Gobierno en funciones no les han hecho cambiar de opinión. Admite que han cambiado de actitud y su voto negativo por la abstención, «y el tiempo nos dará la razón». Ya se la habría dado si lo hubieran hecho en diciembre.

Dijo que no les gusta Rajoy, pero sí les gusta España. ¿Quizá por ser el país que más se parece al PSOE? Anunció como aportación suya el desbloqueo, aunque no reivindicó el mérito del bloqueo. Si fueran las cosas tal como las cuenta el portavoz, deberían haberse planteado la abstención hace 10 meses. Algún error han de admitir en la tardanza y aun así no se entiende que odiando a sus romanos más que los del Frente Popular de Judea a los suyos no se hayan acogido a la abstención mínima, esa de los 11 diputados que impropiamente llaman técnica. Sí fue interesante su propuesta de cambiar el artículo 99 de la Constitución, para evitar dislates parecidos. ¿Qué tal la segunda vuelta?

Falta saber qué hará Sánchez, portentoso dirigente que ha descubierto un callejón sin salida en cada decisión, metiendo a su partido en otro. El PSOE va a hacer una oposición enérgica, aunque no podrá serlo tanto que rompan la legislatura. Recuperarse de la herencia de Sánchez les va a llevar más de seis meses.