El ‘no’ a la independencia se consolida

EL MUNDO 31/03/17

· Supera al ‘sí’ en 4,2 puntos mientras peligra la mayoría absoluta de Junts pel Sí y la CUP

El independentismo no ha logrado, a pocos meses de que venza el plazo que se puso Carles Puigdemont para convocar un referéndum, despegar en las encuestas. Según el barómetro del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat presentado ayer, ha sucedido todo lo contrario. El no a la separación amplía su ventaja entre las preferencias de los catalanes: el 48,5% no quiere que Cataluña sea un Estado independiente, frente al 44,3% que defiende esa opción.

Si se comparan los resultados con los del último estudio similar, el de diciembre de 2016, se constata la ampliación de la brecha, que en aquella ocasión era de sólo 1,5 puntos a favor del no (46,8% frente al 45,3%). Las primeras inhabilitaciones de políticos catalanes por la organización de la consulta del 9-N de 2014, que el independentismo esperaba que sirvieran de trampolín para sus aspiraciones y para la puesta en marcha de la campaña del referéndum, no parecen haber dado el resultado esperado.

No es la única pregunta que el CEO destina a conocer la opinión de los ciudadanos sobre el asunto central de la política catalana en los últimos años. Las 1.500 respuestas de la muestra dibujan una sociedad compleja y dividida, en la que un 50,3% está a favor de que el referéndum de independencia se convoque, aunque no haya acuerdo con el Estado.

Si eso pasara, y en el caso de que la votación tuviera efectivamente lugar, los contrarios a la independencia se dividirían en partes casi iguales entre los que participarían para elegir el no (un 22,2%) y los que se abstendrían (un 20,7%), lo que daría un triunfo claro a los soberanistas. Sin embargo, esa victoria estaría empañada, como ya lo estuvo la del 9-N de 2014, por la baja participación.

Pero la situación política es tan incierta –porque la negativa del Gobierno a permitir un referéndum invita a pensar que, aunque se convoque, no se va a celebrar– que la parte del sondeo en la que más se fijaron ayer los partidos catalanes es la que se refiere a la intención de voto en unas elecciones autonómicas. Y tampoco ahí hubo buenas noticias para los independentistas, porque están a un paso de perder la mayoría absoluta en el Parlament.

Sólo en la lectura de la horquilla más favorable para ellos, Junts pel Sí (58-60) y la CUP (ocho) alcanzarían los 68 diputados, que es donde está puesta la barrera. Ambas formaciones perderían escaños y votos con respecto a las elecciones de 2015.

Ciudadanos mantendría la segunda plaza, con 20 o 21 diputados (hoy tiene 25) y Catalunya Sí que es Pot, a falta de ver cómo se integra en el partido que promueve Ada Colau, se sitúa tercera con 18 o 19. El PSC (15 o 16) y el PP (13, frente a los 11 actuales) también crecen.

La incomprensible negativa del CEO a preguntar por ERC y el PDeCAT por separado –nadie, incluso en esos partidos, espera que se vaya a repetir la coalición de Junts pel Sí en las próximas elecciones– dificulta calibrar la magnitud del desplome de la antigua CDC y especular con posibles mayorías alternativas en el Parlament.

Pero el director del CEO, Jordi Argelaguet, explicó ayer que dentro de Junts pel Sí la distribución de voto entre ERC y el PDeCAT está «en torno al tres a uno» para los republicanos, lo que hace muy plausible la hipótesis de un Govern de izquierdas.

Sin embargo, el estancamiento independentista queda claro si se comparan los porcentajes de voto de los partidos en unas elecciones al Parlament. Junts pel Sí y la CUP sumarían un 42,9% de los apoyos, más de 10 puntos por debajo del 53,7% que sumarían, C’s, CSQEP, PSC y PP.


ERC Y EN COMÚ PODEM DISPUTARÍAN LA VICTORIA EN UNAS GENERALES
En Comú Podem, la marca con la que Podemos, ICV y el entorno de Ada Colau ganaron las últimas elecciones generales en Cataluña, vería peligrar esa victoria si hoy se eligieran representantes al Congreso. El empuje de ERC (12-14 diputados) dejaría a los de Xavier Domènech (11-12) por detrás en número de escaños, aunque no en votos.

Del resto de resultados, llama la atención la caída del PDeCAT, la antigua Convergència. Con cinco o seis diputados, podrían superar a C’s (4-5) o al PP (5), pero quedarían claramente detrás del PSC (7), al que aventajaron en las elecciones de 2015.