El PNV conocía la entrega de armas desde enero y la utilizó de cara a los Presupuestos

EL CONFIDENCIAL 14/04/17

· La operación de entrega de armas por parte de la banda terrorista ETA era conocida en las cúpulas políticas de Vitoria y Madrid desde meses antes

La operación de entrega de armas por parte de la banda terrorista ETA era conocida en las cúpulas políticas de Vitoria y Madrid desde meses antes de que se llevara a cabo. Así lo han confirmado a El Confidencial fuentes de la lucha antiterrorista que han estado presentes en las labores de información previas al gesto llevado a cabo por la organización criminal el pasado 8 de abril, que conllevó la señalización de una serie de zulos distribuidos por el sur de Francia que contenían un arsenal de pistolas, fusiles y artefactos explosivos y que fueron incautados por la policía gala.

En concreto, ya los primeros días del pasado enero, tanto el Gobierno de Mariano Rajoy como la cúpula del PNV tenían conocimiento de que la banda pretendía entregar sus armas en un acto público dirigido por los mediadores de la Comisión Internacional de Verificación, delegada por la propia ETA para desarrollar esta tarea propagandística. Desde ese momento, las maniobras por parte de los nacionalistas, sobre todo, han sido continuas con el fin de sacar tajada en el plano político, dado que se encontraba sobre la mesa parlamentaria el hito más importante del año para el Gobierno central, la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado.

La presencia de la entrega de armas en el escenario de negociación de las cuentas públicas no es algo que agrade al Partido Popular, que ha optado por mantener un perfil bajo en este episodio, limitándose a comentar que no habrá nada a cambio y que el único paso que cabe para la banda terrorista es la disolución, un discurso del que prácticamente no se ha salido ninguno de los miembros del partido que sostiene al Ejecutivo. De hecho, la actitud del Gobierno durante los meses previos a la señalización de los zulos ha sido absolutamente pasiva, a pesar de que Moncloa conocía los planes de ETA perfectamente gracias a la labor ejercida por las Fuerzas de Seguridad del Estado.

La representación montada por los mediadores, sin embargo, sí podría beneficiar electoralmente al PNV, que siempre trata de cazar apoyos entre un amplio sector del electorado ‘abertzale’, ahora dividido también entre la marca de Podemos en el País Vasco y Bildu. De ahí que los nacionalistas hayan intentado transmitir el mensaje al mundo de la izquierda radical de que lo mejor era llevar a cabo la entrega de armas en estos meses previos a los acuerdos presupuestarios.

Los populares, sin embargo, aseguran ahora públicamente que pretenden dejar que se enfríe el mediático episodio de ETA antes de alcanzar un pacto con el PNV. Quieren lanzar el discurso de que una cosa no tiene nada que ver con la otra. Los contactos, de hecho, no han dejado de existir, a pesar de la entrega de armas. No en vano, el PP se acaba de abstener en el Parlamento vasco para que el Gobierno autonómico apruebe sus Presupuestos, en un claro movimiento de intercambio de favores.

En este contexto de control quirúrgico de gestos públicos y de acciones bajo la mesa, sin embargo, no se encuentran cómodas las fuerzas de seguridad responsables de la lucha antiterrorista, que consideran que podría haberse intervenido policialmente en la entrega de armas de ETA sin necesidad de pasar el asunto por la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que reclamó a través de una inusual denuncia —hubiera bastado con un escrito— la presencia de la Guardia Civil en el análisis de las pistolas y los explosivos incautados por la policía gala en los ocho zulos señalados por la banda.

Las mismas fuentes explican que, a nivel policial, la colaboración entre fuerzas de seguridad ha sido en todo momento plena. No en vano, consideran que todas las maniobras que ahora se están haciendo en el plano judicial podrían haberse acelerado mediante gestiones entre cuerpos. No hay ninguna queja respecto a la actuación de la policía francesa, más bien al contrario. Las fuentes consultadas entiende que los agentes galos han tenido gran determinación en todo momento desde que supieron que ETA iba a entregar las armas.

El gesto de la banda terrorista, por otro lado, no ha servido para iniciar nuevas investigaciones. Al menos hasta ahora. Los analistas de la policía francesa han estudiado ya más de la mitad de las pistolas y los explosivos intervenidos y no han encontrado huellas ni restos orgánicos que ayuden a desarrollar indagaciones que permitan reabrir casos ya cerrados. Más bien al contrario: los investigadores han descubierto que las armas cortas colocadas estratégicamente en los zulos por ETA nunca han sido disparadas.