El referéndum que no se va a celebrar

LIBERTAD DIGITAL 21/02/17
CRISTINA LOSADA

· ¿Estaremos asistiendo a una normalización del artículo 155? ¿Al reconocimiento de que es aplicable y que aplicarlo no provoca el Apocalipsis?

Hará dos semanas, la vicepresidenta Sáenz de Santamaría dijo en el Senado de forma taxativa que «no puede celebrarse y no se va a celebrar» un referéndum de autodeterminación en Cataluña. En su respuesta a dos senadores, uno de Convergencia y otro de Esquerra, dijo además que tampoco se van a celebrar referéndums de esa clase en Baviera y en el Véneto. Yo, que no sabía que en Baviera hubiera una movida en pro de un referéndum separatista, he ido corriendo a informarme.

He visto, así, que el Bayernpartei, el partido más próximo a una reclamación separatista, no quiere levantar fronteras dentro de Alemania, aunque sí pretende mayor autonomía, y que sus resultados electorales son más bien simbólicos. De todo lo cual deduzco que la vicepresidenta metió en el saco a Baviera y al Véneto sólo para ampararse de la acusación mil veces repetida por los nacionalistas, y no por ello cierta, de que no dejarles votar la autodeterminación es antidemocrático.

Yo prefiero que, en lugar de ampararse, el Gobierno ampare la Constitución en el caso de que ese referéndum se vuelva a convocar en Cataluña, y es precisamente por lo que sucedió la primera vez que las palabras de la vicepresidenta pierden fuerza: se pronunciaron idénticas e igual de taxativas antes del 9-N, y el referéndum que no se iba a celebrar se celebró. De aquella manera, pero se celebró.

Qué hacer, la pregunta clásica, fue asunto de debate político y jurídico aquellos días, y aunque de nada sirvió, porque el simulacro se hizo, la opinión más extendida fue que no se debía aplicar el artículo 155 de la Constitución. Bueno, pues las cosas han cambiado. Y sorprende en qué zonas de la opinión están cambiando las cosas a favor de aplicar ese artículo de la Constitución, ya que son aproximadamente las mismas donde antes lo declaraban tabú.

Alfonso Guerra, por ejemplo, ahora lo ve mucho más claro que hace unos años: «No es fácil entender que Gobierno y partidos constitucionalistas no exploren» la posibilidad de aplicarlo, ha escrito en la revista Tiempo. O Juan Luis Cebrián, quien ha dicho en una entrevista en El Mundo que si el referéndum se convoca hay que prohibirlo, y si se ignora la prohibición, «el artículo 155».

¿Estaremos asistiendo a una normalización del artículo 155? ¿Al reconocimiento de que es aplicable y que aplicarlo no provoca el Apocalipsis? Los indicios aún no son suficientes como para afirmar que se acepta de manera generalizada que el 155 forma parte de la normalidad democrática. Ahora bien, de que se acepte, y de que el Gobierno esté por aplicarlo si es preciso, depende el desenlace del nuevo episodio del separatismo catalán. El desenlace, el nudo y la introducción, en realidad. Porque yo no sé si los independistas van de farol cuando dicen que convocarán otra vez, y pronto, otro referéndum que no pueden convocar. Pero es natural que piensen que el Gobierno va de farol cuando dice que no se va a celebrar. El precedente.