El soberanismo insiste en «votar» aunque «el Estado no quiera»

ABC 12/06/17

· Guardiola pide ayuda exterior al separatismo catalán frente a un «Estado autoritario»

No hay vuelta atrás. Este fue el mensaje que miles de independentistas trasladaron al Gobierno en una concentración a los pies del Palacio Nacional de Montjuïc, en Barcelona. Es más; también lanzaron una advertencia al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont: nada de negociar, el referéndum es irreversible. Convocados por la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural y la Associació de Municipis per la Independència (AMI), y con la ayuda de los partidos secesionistas, la de ayer fue la primera movilización tras conocer el pasado viernes el anuncio del referéndum ilegal para el próximo 1 de octubre.


· Nada de negociar

Los separatistas exigieron a Puigdemont que no hable con Rajoy: «Nos habéis ofrecido las urnas, no las retiréis. Sed fuertes, aguantad»


«Persecución política»
Aunque el acto se convocó bajo el lema «Referéndum es democracia» y con la idea de atraer a los que no son independentistas, a la cita solo acudieron secesionistas, que no dejaron de enarbolar banderas esteladas y corear sus lemas habituales.

Cumpliendo con el guión previsto, Josep Guardiola, exentrenador del F. C. Barcelona y actual técnico del Manchester City, leyó (en catalán, español e inglés) un manifiesto que se resume en una frase: «Votaremos aunque el Estado español no lo quiera». También aprovechó para pedir ayuda a la comunidad internacional, que hasta ahora ha evitado al independentismo.

El deportista aseguró que«los catalanes somos víctimas de una persecución política» por parte de las instituciones españolas, a las que acusó de querer «destruir» la sanidad y la escuela catalanas; y maltratarlos con menos inversiones en infraestructuras de las que les corresponde.

«El Estado español persigue, incluso, el debate político», añadió, en referencia a las desobediencias al Tribunal Constitucional de cinco de los siete miembros de la Mesa del Parlamento autonómico y del expresidente de la Generalitat Artur Mas y tres de sus consejeros, inhabilitados para cargo público. «Es inédito y democráticamente insostenible, por eso pedimos a la comunidad internacional que nos ayude (…) a hacer frente a un Estado autoritario», zanjó. Curiosa afirmación, si se tiene en cuenta que Guardiola ha calificado Qatar de un país «abierto» y «occidental». Allí jugó dos temporadas y se embolsó importantes cantidades de dinero. Guardiola llegó a señalar que en Cataluña «están amenazados» también el derecho al voto y a la libertad política y quieren «secuestrar» la voz de la democracia, por lo que a los independentistas solo les queda la salida de llevar a cabo un referéndum unilateral en Cataluña.

Escuchando atentamente las palabras del deportista estuvieron, en la fila cero, el presidente autonómico, Carles Puigdemont, con su lugarteniente, Oriol Junqueras, y el resto de miembros de su gobierno. Junto a ellos, entre otros, Carme Forcadell, presidenta del Parlamento de Cataluña y expresidenta de la ANC.

Al acto acudieron miles de personas, 60.000 según los organizadores y 24.500 según Societat Civil Catalana –entidad que hace cálculos con un método científico controlado por profesores universitarios–. Tras las palabras de Guardiola, y entre canción y canción, intervinieron los presidentes de la ANC, Òmnium y la AMI.

«Las urnas no se negocian»

Estos se vinieron arriba. Jordi Cuixart (Òmnium) hizo referencias a temas lingüísticos y culturales, aseguró que «en Cataluña nunca más habrá unas elecciones autonómicas» y, dirigiéndose al Gobierno, dijo: «No tenéis suficientes cárceles para poner a todo el pueblo de Cataluña en ellas».

Jordi Sànchez (ANC) elevó el listón y advirtió a Puigdemont de que «las urnas no se negocian, (…) nos habéis ofrecido las urnas, no las retiréis, (…) sed fuertes, aguantad». E insistió en que «no hay suficientes jueces para llevar a un país entero ante los tribunales, ni fuerzas del orden que eviten que las urnas abran el 1 de octubre».