A. Fernández- El Confidencial

El plan pasa por acampar en la plaza Francesc Macià tras la Diada y prolongar la acción hasta el 3 de octubre. Pretenden colapsar la ciudad con cortes de tráfico y en los principales accesos

El independentismo quiere un otoño caliente y lograr una foto que llame la atención internacional. A partir del 11 de septiembre —cuando tendrá lugar la próxima Diada— Barcelona puede ser un caos. Colectivos independentistas preparan un plan para colapsar la ciudad. La acampada será en la plaza Francesc Macià y ya se ha dado la consigna para que después de la macromanifestación convocada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural, ocupando la Diagonal, los más motivados lleven tiendas de campaña y ocupen la plaza. De momento, se ha previsto que la acción pueda durar hasta el 3 de octubre, fecha del aniversario de la huelga general convocada el año pasado.

“¡Esta Diada, acamparemos. Súmate!”, es el mensaje distribuido en redes sociales. “Una vez acabada la Diada, iremos a acampar a Francesc Macià. Llenaremos la Diagonal de dignidad y recordaremos al Govern el mandato del 1 de octubre”. Las actuaciones para que todo llegue a buen puerto se llevan con la máxima discreción. Los organizadores, activistas comprometidos y con predicamento en la parroquia independentista, no quieren dar instrucciones por las redes. “Las decisiones se han de tomar en un núcleo reducido y con la máxima seguridad”, advierten. De ahí que para este miércoles por la tarde se haya convocado una reunión del núcleo en Barcelona y para el fin de semana estén previstos otros encuentros con círculos de activistas.

El núcleo organizador tiene 11 personas. Algunos de ellos están vinculados a los CDR y ya intervinieron en una acampada anterior celebrada entre febrero y abril en Plaza de Cataluña. Los organizadores han mantenido contacto con un cuarto sindicato: CGT.

La acampada no es la única ‘pata’ del plan: la intención es convocar después una nueva huelga general durante la ocupación. En ese momento, se aprovecharía para realizar diversas acciones. La primera, colapsar la entrada de Barcelona con coches, como hicieron recientemente los taxistas. “Ellos cortaron la Gran Vía que cruza Barcelona de punta a punta y dejaron sin servicio el aeropuerto. Con menos que eso no nos harán ni caso”, avisan desde los círculos radicales.

Necesitan muchos coches

Lo que necesitará el independentismo serán muchos coches. “Con los coches se podría proteger la acampada”, apuntan. En un foro de organización se advierte de que la idea es “paralizar Barcelona durante semanas (o meses). No importa quién se queje”. Apuntan también a las dificultades que tendría la Brigada Móvil de los Mossos para disolver a los concentrados: “¡A los coches no los pueden sacar tan fácil! Y menos si son muchos”, argumentan.

El debate está encima de la mesa. “La huelga de taxistas paralizando Barcelona perjudicó a mucha gente que no tenía nada que ver y ha hecho que muchos ahora estén en contra de los taxistas. ¿No podríamos hacer una huelga un poco más sensata? Por ejemplo, ¿al menos dejando pasar como mínimo el transporte público? Si lo paralizamos todo durante días, puede ser como escupir hacia arriba y nos caerá a nosotros mismos”, apuntan desde posicionamientos moderados. Pero no hay nada decidido: “Se trata de una acampada. A partir de aquí, se harán más cosas”, zanjan.

El objetivo, por tanto, es contar con muchos vehículos. Tal y como explican en las primeras consignas, “no hay que olvidar que con el corte de la Diagonal Barcelona colapsa”, insisten. Para llevar los cortes a cabo, la idea del soberanismo es hablar con distintos colectivos, como los comités de defensa de la república (CDR), las milicias mejor preparadas para realizar acciones puntuales de protesta y sembrar el caos. También contarán con sindicatos agrarios, bomberos y colectivos sectoriales.

Una de las activistas más duras del espectro radical proponía incluso “cortar fronteras con vehículos pesados”. “¡Sí, sobre todo unidos y organizados!”, lanzaba uno de sus colegas, que poco antes dejaba caer su propuesta: “Ya estamos cansados de perder el tiempo. A por todas con coches, tractores, camiones, autocares y lo que haga falta”. “Y que envíen a los militares si tienen narices”, retaba otro.

Cortes en puntos neurálgicos

De forma paralela, lo que se pretende es colapsar la AP2, la salida de Barcelona hacia Lleida y Zaragoza y, al mismo tiempo, enviar tractores a La Jonquera y tapar los accesos al puerto y al aeropuerto. Lo proponía este lunes otro de los organizadores, entendiendo que un follón en La Jonquera “tendrá más peso y repercusión”. “Cortar la Diagonal no sirve. Es preciso cortar la frontera, puerto y aeropuerto, y hacerlo bajo una convocatoria de huelga”. Uno de los entusiastas de la idea terciaba: “Es preciso cortar varios puntos y hacerlo bien”. “Si cortamos Diagonal, puteamos a los catalanes (…) puteemos a Europa y a los intereses económicos”. Según explicaban varios de ellos, “no hay que putear sin sentido para que el catalanito de turno no se nos ponga en contra”.

Conscientes de que una huelga política no tiene cabida en la legislación, los independentistas ya han hablado con tres sindicatos para que den cobertura legal a la misma, solicitando el permiso pertinente como si fuese una huelga laboral. “Hemos iniciado contactos con la Confederación Sindical de Cataluña (CSC) y la COS. Intentaremos que CSC y CNT sí o sí, pero no se puede asegurar nada aún”.

La organización en esta ocasión se hará desde determinados círculos y los CDR, dejando de lado a asociaciones como ANC y Òmnium o a partidos como la CUP. “Los políticos han fracasado hace tiempo y ahora solo venden humo para asegurarse la silla. Tenemos que comenzar a movilizarnos, pero no ir a pasear por la Diagonal luciendo la nueva camiseta de la ANC, sino definitivamente para hundir la economía de España”, zanjan. A pesar de todo, esperan que todo el mundo independentista ponga su grano de arena.