El susanato saca la guillotina

EL MUNDO 17/11/16
TEODORO LEÓN GROSS

Hay dos señales que delatan que Su Susanísima ha puesto la hoja de ruta on fire: un cambio de look y el comienzo de las decapitaciones. Estos días va de María Antonieta a Robespierre. La clave de ese cambio de look estrenado el lunes de plató en plató, como Lady Gaga con disco nuevo, queda para los politólogos del makeup. A saber si huye del batacolismo para depurar los prejuicios hacia el estereotipo andaluz; si es maquillaje nuevo contra la nueva política, para dar una imagen sobria marcando distancias con la tropa podemita; o si estrenaba el papel de Vestida para matar, como aquello de Brian de Palma con Angie Dickinson, para liquidar el pedrosanchismo cortando cabezas como la mítica Boudica. En víspera de que Felipe VI pase hoy solemnemente por el Congreso, ayer ya hizo correr la sangre, de Zaragoza a Pere Pons. La Reina del Sur siempre fija su cuota de protagonismo.

Susana Díaz ya ejerce de Jefa de la Oposición. Ayer, después de que Hernando se tragara el sapo de las comisiones, vino la consigna desde el sur de vetar a Fernández Díaz, cuyo ángel de la guarda no es Marcelo sino Mariano. Mientras los socialistas celebraban la devolución de la Lomce a los corrales, animándose a corear un tímido sí-se-puede, lo del ex ministro reprobado les quemaba en las tertulias. «El PP tiene que darse cuenta de que se acabó la mayoría absoluta y el absolutismo», recalcó la Reina del Sur, tras dictar el veto, con una batería de frases de diseño para cuajar titulares. El maquillaje no es sólo rímel.

Susana Díaz acaba de inaugurar la Fase 2 de su larga hoja de ruta hasta el congreso en víspera de verano: Orgullo y Disciplina. Esas son las consignas para rehacer el destrozo. Toca reivindicar la grandeza del partido centenario, su legado esencial, como ella va llevando ya por los platós, desde el paraíso blanco de Ana Rosa al territorio negro de Ferreras. Y además su hegemonía electoral le permite exhibir esos galones sin caer en la impostura de los barones que ya no alcanzan el 15%. Pero la disciplina será clave. Al PSC le ha impuesto un marcaje amable pero con mano de hierro; y ha desatado la razia en San Jerónimo sobre los rebeldes noesnoístas del 29 de octubre. La purga del pedrosanchismo debe dejar claro que el partido no es una pasarela para que cada cual luzca el modelito ideológico que mejor le caiga.

La implacable Killer de Triana asume que todo éxito político está lleno de efectos colaterales. No sólo hay que batirse con el PP o Podemos, contra quienes acostumbra a hacer guantes en el Parlamento andaluz a veces por mera gimnasia de mantenimiento, sino en las propias filas. Carga incluso con el lastre de Chaves y Griñán. Pero el duro proceso de reconstrucción del PSOE, y de su propia marca, no admite vacilaciones. Mientras Sánchez evangeliza con tuits desde playas más o menos remotas, con el Peugeot en el parking, ella va a destajo con su hoja de ruta. Tratará de llegar a las primarias, una vez más, sin rivales. Su trayectoria, como los viejos pistoleros del Far West, se mide en número de cadáveres.