En el tejado socialista

ISABEL SAN SEBASTIÁN – ABC – 21/07/16

Isabel San Sebastian
Isabel San Sebastian

· El PP ha escogido gobernar en solitario al mantener el nombre de Rajoy. Sánchez no puede perpetuar el bloqueo.

La pelota de la gobernabilidad está claramente en el tejado socialista, por mucho que Sánchez y Rajoy se empeñen en empujarla hacia el campo de Ciudadanos. Resulta fácil colocar el grueso de la presión en el partido más humilde y menos influyente en los medios, pero la lógica se impone a poco que se analicen con cierta objetividad los hechos.

El PP ha vencido por segunda vez en las urnas, consiguiendo una ventaja de 50 diputados sobre el PSOE, lo que le otorga de forma indiscutible la responsabilidad de gestionar el poder. C’s ya ha anunciado su disposición a abstenerse para permitir la investidura del líder popular, lo que supone una cesión considerable respecto de su postura inicial, dada la manifiesta incompatibilidad del personaje (responsable político del PP mientras estallaban todos los escándalos de corrupción que han sacudido a esas siglas) con la apuesta regeneracionista de la formación naranja. Es el grupo del puño y la rosa el que debe abandonar su posición obstruccionista y hacer posible que se constituya cuanto antes un Ejecutivo, primero por patriotismo, segundo por conveniencia y tercero porque a las comunidades autónomas que gobierna les va la financiación en ello.

Por muy duro de tragar que sea el sapo, por honda que sea la inquina que alberga Sánchez contra Rajoy, el Partido Socialista carece de alternativa y no puede perpetuar el bloqueo. Tampoco eludir su responsabilidad escondiéndose detrás de los 32 diputados de Rivera y exigiéndoles un «sí» carente de relevancia aritmética, destinado únicamente a disimular su abstención. Los socialistas han de asumir que no van a colocar a uno de los suyos en La Moncloa, salvo que lo aúpen sobre las espaldas de una variopinta coalición de radicales separatistas y/o antisistema.

Han de aceptar que España necesita aprobar urgentemente un techo de gasto y unos presupuestos generales, sin los cuales, a la vuelta del verano, ayuntamientos y autonomías se verán incapacitados para pagar una factura y no digamos invertir un euro. Han de tener presente que una eventual repetición electoral supondría una trágica pérdida de tiempo precioso para todos, cuyo desenlace sería muy parecido al actual, con algún escaño más para el PP y algunos menos para los demás. Han de resignarse a la derrota, so pena de acrecentarla uniendo a la derrota el ridículo.

El PP ha escogido gobernar en solitario al mantener el nombre de Mariano Rajoy como innegociable, a diferencia de los de Jorge Fernández Díez y Dolores de Cospedal, desechados para la Presidencia del Congreso en aras de sellar pactos. El propio presidente en funciones y sobre todo su hasta hoy mano derecha, Soraya Sáenz de Santamaría, parecen preferir un gobierno monocolor, sin oídos ajenos a la «familia» de la gaviota, mientras otros pesos pesados del partido apostaban por una fórmula de coalición, inviable en las actuales circunstancias. No resultará sencillo aunar mayorías suficientes para lograr la aprobación de cualquier iniciativa legislativa, e incluso veremos leyes votadas por las fuerzas de la oposición unidas, aunque habrá que confiar en que esta nueva «geometría variable» saque lo mejor de cada casa e impulse un diálogo susceptible de recuperar el consenso del que nacieron los éxitos de la Transición.

En los momentos complejos, como el actual, cada cual da la medida de lo que vale. Los auténticos líderes harán de la necesidad virtud, convirtiendo aparentes fracasos en oportunidad de futuro. Los mediocres serán barridos por el viento de la historia, cuya fuerza ya ha pasado la página del bipartidismo.

ISABEL SAN SEBASTIÁN – ABC – 21/07/16