Entre el Limbo y el Tinell

EL MUNDO 24/10/16
F. JIMÉNEZ LOSANTOS

EL PROBLEMA del PSOE es que seguirá en el limbo mientras no sepa qué hacer con la E. Y, como es lógico en el partido con más años de Gobierno en democracia, el problema de España es que no sabe qué hacer con el PSOE. Ayer, el Comité Federal (Confederal Asimétrico, porque el PSC siempre manda y nunca obedece) votó una prórroga electoral –eso es la abstención facilitando un Gobierno sietemesino– que hasta los críticos necesitaban. Los que dicen que ir a las terceras elecciones sería letal para el PSOE saben que los que se oponen piensan igual, pero dejan que se desgasten para tratar de recuperar el poder en el partido. Ese que, por torpes, por emperrarse en el no en vez de negociar la abstención, han perdido. Ayer no tardó un segundo Sánchez en saltar al cuello del partido deslegitimando el resultado y apelando a la militancia para recuperar el PSOE. Este se acuerda de la militancia cuando le conviene; si no, que le pregunten a Tomás Gómez.

Pero no han sido Susana Díaz ni Javier Fernández sino Sánchez el que ha llevado al PSOE a un callejón electoral sin salida. Y aunque los pedristas sean, intelectualmente, de pedrada, saben que en unas elecciones en Navidad, de las que hubiera sido responsable el PSOE, Rajoy y Rivera tenían todas las de ganar; Podemos, las de mejorar; y el PSOE, las de perder. La derecha y el centro iban a mejorar su situación mientras que un PSOE descentrado, enfeudado a Podemos y al separatismo, iba a empeorar, sin duda alguna, las de la izquierda en general y las suyas en particular.

¿Por qué ayer, en vez de escenificar una unión impostada pero que le convenía al partido, los pedristas se apresuraron a podemizar el resultado? Pues porque, en el fondo y en la forma, Sánchez no renuncia a un Gobierno con Podemos, Tresvergencia y la Esquerra, con Iceta de madre Celestina. Tras engañarnos bailoteando con su gogó ante una enorme bandera española y pactando un gobierno moderado con Rivera, lo que pergeñó a espaldas del partido fue un Gobierno cuya ideología sólo puede ser la del Pacto del Tinell: antidemocrática, guerracivilista, antisistema y separatista.

Lo que tienen que decidir los mandamases de la izquierda –Cebrián y González, Ferreras y Roures– es si mandan al PSOE al Limbo o al Tinell. En el primer caso, gatearán un año. En el segundo, tenemos Rajoy para dos.