Escolta, Pep…

EL ESPAÑOL 14/06/17
ANNA GRAU

Hoy estamos aquí para dejar claro que el próximo 1 de octubre la democracia catalana y española siguen en pie y siguen siendo una. Somos y seremos libres aunque el actual gobierno separatista catalán no lo quiera.

Hemos intentado acordar con este gobierno un marco de respeto a la verdadera pluralidad de la sociedad catalana muchas veces, muchas, muchas (bastantes más que 18…) y la respuesta siempre ha sido NO, ignorando lo que de verdad siente y quiere la mayoría de la sociedad catalana y menospreciando la representación de toda opción no independentista en el Parlamento Catalán. No tenemos otra salida: la única respuesta es votar… para echarles.

Los catalanes hoy somos víctimas de un gobierno autonómico que ha puesto en marcha una persecución política impropia de una democracia en la Europa del siglo XXI. Un president y toda su panda que llevan décadas conspirando para llevarse muerto el dinero de la educación, la sanidad y la política social; unos policías, fiscales y jueces que se niegan a actuar contra la corrupción más clamorosa cuando es autóctona, suponiendo que no estén directamente pringados en ella; y unos comisarios políticos y periodísticos que elaboran una historia falsa y que buscan la persecución y la inhabilitación de todos los ciudadanos libres y pensantes, o simplemente que piensan distinto.

Todos conocemos los intentos para acabar con una escuela catalana que sea pilar de cohesión social y no campo de adoctrinamiento. Y del bloqueo de las inversiones en nuestras infraestructuras, como los puertos, el aeropuerto o los trenes, para gastárselo todo en embajadas faraónicas y autobombo.

Hoy el gobierno catalán persigue incluso el debate político. Una amenaza extensible a todos los demócratas. Incluso a la función pública y a nuestros empresarios que se ven presionados para decir amén a todo si quieren volver a subir la persiana la mañana siguiente. Es inédito y democráticamente insostenible. Este escándalo político solo se revierte con más democracia.

Por todas estas razones pedimos a la comunidad internacional que nos ayude. Apelamos a todos los demócratas de Europa y del mundoa que nos apoyen en la defensa de los derechos hoy amenazados en Cataluña, como el derecho a la libertad de expresión política y el derecho a voto; a enfrentarnos a los abusos de un gobierno autoritario.

Los catalanes y españoles votaremos cuando de verdad nos dejen, cuando de verdad nos hagan la pregunta que más importa: ¿hasta cuándo hay que aguantar a esta panda de mangantes? Ojo que su cada vez más menguada representación en el Parlamento no les empuja a cortarse ni a dialogar un pelo. Cuantos menos son, más crecidamente sectarios.

Ahora que quieren secuestrar la voz de la democracia, más que nunca, acudiremos a las urnas y defenderemos con todas nuestras fuerzas la democracia y a nuestros representantes.Estamos comprometidos con ello. No fallaremos. ¿Verdad?