Esperando al fiscal

ABC 10/01/17
JUAN FERNÁNDEZ MIRANDA

· ¿Por qué JPF no ha sido enviado a prisión preventiva? ¿A cuento de qué este doble rasero?

Lejos de amilanarse ante las evidencias policiales, la familia Pujol se ríe de la justicia. En los 130 páginas del último informe de la UDEF hay una frase tan determinante para la investigación como hiriente para los españoles, y en particular para los catalanes. Tiene que ver con lo que hizo Jordi Pujol Ferrusola (JPF para los policías) el día que se enteró de la investigación: «emprendió el proceso contrario al seguido durante bastantes años antes de introducir capitales blanqueados en nuestra jurisdicción, para empezar a sacarlos». El clásico listillo que se siente impune. Tiene bemoles.

Las tres últimas portadas de ABC ofrecen dos certezas y una duda. Estas informaciones suponen un salto cualitativo en la investigación no sólo sobre JPF, sino sobre todo el clan, y muy en particular en lo relativo al «molt honorable president» durante 23 años. Y, por extensión, sobre la política catalana en las últimas décadas.

La primera certeza que ofrece el informe de la UDEF desvelado por este periódico es algo que todos intuíamos, pero que aún no se había probado: JPF ganó millones en la época en la que su padre era el hombre más poderoso de Cataluña: cobró 5,4 millones de euros por favores del Gobierno catalán. Esta certeza acorrala penalmente al hijo y extiende la sombra de la corrupción sistémica sobre la gestión del padre, un hecho del que habíamos oído mucho pero del que ya tenemos pruebas.

La segunda certeza es que al primogénito le importó un pepino la acción de la Justicia y puso todo su empeño en sacar de España sus millones manchados de influencias y de blanqueos. 5 millones, que no está mal. Y ahí nos asalta la duda: ¿por qué nadie de esta familia, y en concreto el mayor de los hijos, ha tenido la fortuna de no dar con sus huesos en prisión? Sabiendo lo que sabemos hoy, es imperdonable que JPF haya podido actuar con libertad de movimiento durante tanto tiempo. La Fiscalía nos debe una explicación. Por no decir que nos debe 5 millones de explicaciones.