Ferraz ve posible remontar porque al PSOE se le van votos a la abstención y no a Podemos

EL CONFIDENCIAL 08/11/16

· La gestora subraya que el barómetro del CIS de octubre se hizo bajo el impacto de la guerra civil en el PSOE, y se aferra a que el estudio no detecta transferencias hacia Podemos, que sería más peligroso

El PSOE ha tocado suelo. Al menos en los sondeos. Y por ahora. Con un 17% de estimación de voto en su semana más negra, a una gran distancia de Unidos Podemos y a kilómetros del Partido Popular, considera que puede mejorar, que costará, pero que pese a todo hay destellos de esperanza en un panorama dantesco. El principal y casi único faro, que sus votantes se refugian en la abstención, en la indefinición, y aún no han dado el paso de emigrar hacia otras siglas.

Es lo que creen Ferraz y las federaciones que navegan próximas a la gestora que dirige Javier Fernández. Que hay razones para el consuelo y que el terrible barómetro de octubre del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) podía haber sido aún peor. Para los cercanos a Pedro Sánchez, en cambio, no hay contento que valga: anticipan que el PSOE está situado en una pendiente hacia abajo imparable y que los datos habrán empeorado en las últimas semanas tras facilitarle el Gobierno al PP, y que en todo caso los malos augurios prueban que la convocatoria de un congreso es urgente. Pieza que los oficialistas no piensan ofrecer. 


· El estudio pronostica al PSOE un 17% de estimación de voto, 6,1 puntos menos que en julio. El PP le dobla, con un 34,5%, y Unidos Podemos tendría un 21,8%

La encuesta del CIS apenas podía sorprender en la casa socialista. El organismo público siempre publica su última oleada del barómetro político por estas fechas, a partir de entrevistas realizadas a principios del mes anterior. Así que blanco y en botella. El sangriento comité federal del PSOE, el que acabó con el liderazgo de Pedro Sánchez tras poco más de dos años de mandato, se celebró el pasado 1 de octubre. Justo cuando el instituto demoscópico comenzó a interrogar a los 2.491 miembros de la muestra. El trabajo de campo concluyó el día 10. Es decir, que captó el sentir de la opinión pública en el momento de mayor desgarro interno del PSOE, con la defenestración de su líder emitida al minuto por los medios en medio de una reunión bochornosa y de máxima tensión, la sucesión de la gestora y los primeros pasos del viaje hacia la abstención, que culminó en otro comité federal, el del día 23. Con estos mimbres, con el PSOE matándose en directo, unos y otros asumían que los datos serían malos. Lo fueron.

Amplio ‘sorpasso’
El CIS pronostica una estimación de voto del 17% para el PSOE, frente al 23,1% del barómetro de julio (6,1 puntos menos de golpe) y el 22,63% que arrojaron las urnas en las generales del 26 de junio (5,63 puntos de caída). El PP, con su 34,5% (dos puntos más que en la anterior oleada, y casi un punto y medio más que en los comicios), ya dobla a los socialistas. Unidos Podemos sobrepasa ampliamente al PSOE: el organismo le avanza un 21,8%, 2,2 puntos más que en julio, aunque prácticamente estancado respecto a junio (21,15%), así que no recoge nada del descalabro de Ferraz. Ciudadanos, mientras, ganaría ocho décimas desde el último estudio, hasta el 12,8%.

Si se le quita la cocina y se atiende a la intención directa de voto, ocurre algo similar: los socialistas se dejan más de cuatro puntos, hasta situarse en el 12,3%, por detrás del 19,6% del PP y el 15,8% de Unidos Podemos y sus confluencias. Tampoco el dimitido secretario general cosechaba buena nota: pasó del 3,93 de julio al 3,35 de octubre, aunque su valoración ciudadana seguía siendo algo mejor que la del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que del 3,25 del verano retrocedió al 2,97. Una bofetada de la que no se libran, no obstante, ni Pablo Iglesias ni Albert Rivera. 


· El PSOE tiene una fidelidad muy baja: solo el 55,1% de sus electores repetiría siglas, aunque un 32,4% no sabe qué votaría o qué papeleta introduciría en la urna

 

Siempre hay que mirar, no obstante, las llamadas tripas del CIS, los cruces de datos según distintas variables. Son los que permiten ver una tabla muy ilustrativa y que se mira con lupa en los aparatos de los partidos, la de transferencia de voto [aquí en PDF]. A la que ayer lunes se agarró Ferraz y que venía a explicar que la situación no es tan desastrosa.

Si mañana se celebrasen nuevas elecciones generales, el 55,1% de los que votaron al PSOE en junio se quedaría en casa, apostaría por las mismas siglas. Es el porcentaje de fidelidad más bajo de las cuatro principales formaciones. El dato más alto lo tiene el PP: retiene al 79,4% de sus electores, seguido de Unidos Podemos, que tiene afianzado al 76,4% de los suyos. Ciudadanos mantiene al 65,7% de sus votantes. 

«Un problema con nosotros mismos»
Lo llamativo es que, en efecto, el PSOE no sufre abultadas transferencias de sufragios hacia otros partidos. Un 4,2% se marcharía con Iglesias, un 1,9% con Rajoy, un 1,3% con Rivera y otro 1,3% se iría con Compromís. Pero aquí viene lo importante: un 12,3% de los que eligieron la papeleta socialista el 26-J asegura que ahora no votaría, otro 20,1% dice que no sabe qué haría, otro 1,5% optaría por el voto en blanco y un 0,4% no contesta. Si sumamos los que no votarían y los que desconocen qué hacer, resulta que un 32,4% de los electores socialistas se iría a la abstención, según el CIS. La adición de ambas categorías es mucho menor para los votantes de otras formaciones: al PP se le escapa un 15,5%; a Unidos Podemos, un 14,9%, y a C’s, un 21,6%. 

En la gestora confiesan que se temían datos aún peores, por debajo incluso del 17% de estimación. «Hay que tener en cuenta que el partido estaba pegándose, que fueron los 10 días más negros en los últimos 40 años, con todos los medios encima. Lo mínimo era esta previsión. Y es muy importante que no se nos vayan los electores hacia otras formaciones, porque quiere decir que no tenemos un problema con Podemos, sino con nosotros mismos», advertían en el aparato, donde recordaban que en julio de 2014, tras el varapalo de las europeas, las elecciones que trajeron la dimisión de Alfredo Pérez Rubalcaba, la intención directa de voto al PSOE era del 10,6%, por debajo del 12,3% actual, porque en aquel momento, cuando se hizo la encuesta, aún no se había producido el relevo y el paso a Pedro Sánchez. 


· Ferraz estima que los números son «absolutamente remontables» y apunta a que ya se ha percibido una cierta mejora que sí constatan otras encuestas

En la dirección interina sostienen que aunque los datos no son buenos, no deben «quitar el sueño», porque son «absolutamente remontables», y prueba de ello, añaden, es que estudios más recientes, como el de Invymark para La Sexta conocido el pasado fin de semana, conceden una mínima subida al PSOE, de 0,6 puntos, una semana después de haber facilitado el Gobierno a Rajoy con su abstención. «Lo que tenemos que hacer ahora es aplicar sentido común, hacer las cosas con calma, sin ponernos nerviosos», aconsejan. Las mismas fuentes apuntan otra lección del CIS: que haber ido a nuevas elecciones, la salida que conducía el mantenimiento del «no es no», solo habría «reforzado» al PP. «Debemos pelear para ser la primera fuerza política, sin descanso. Y hay virajes que se producen en poco tiempo. Ahora al menos tenemos un plazo para recomponernos internamente», sin la perspectiva de una confrontación electoral inminente, aunque el jefe del Ejecutivo podría disolver las Cortes a partir del 3 de mayo en caso de que viera que sus iniciativas. y singularmente los Presupuestos, son tumbadas por el Congreso. 

«No hay excusas» para las demoras
«Para el drama que podía haber sido, podríamos estar mucho peor —analizan desde la cúpula parlamentaria—. Una parte de los votantes se han alejado del PSOE por el desastre final de Pedro, pero no se han ido a otro partido, y si se hace bien, volverán y el partido se puede recuperar. Podemos no aprovecha la oportunidad que le está dando el PSOE. Al menos por ahora». La valoración en otras federaciones era coincidente. Así, el presidente manchego, Emiliano García-Page, hacía un símil en un almuerzo en el Club Siglo XXI, en Madrid: «Nos han tomado la muestra cuando estábamos con 40 de fiebre«, en plena crisis interna, así lo que esperable es que los votantes se encontraran «soliviantados». Pero toda crisis, subrayó, tiene «una dimensión de oportunidad», y confió en que el partido le sepa sacar rédito a su depresión. 

«Nos han tomado la muestra cuando estábamos con 40 de fiebre», analiza García-Page, coincidente con el razonamiento del número dos de Susana Díaz

Juan Cornejo, secretario de Organización de los socialistas andaluces, hizo hincapié en que desde que se hizo el estudio del CIS, «hay una tendencia de reconocimiento de lo que ha hecho el PSOE al desbloquear la situación política en este país y dar estabilidad». «A partir de ahí, hay mucha tarea por hacer», una labor que corresponde a la gestora de un partido que debe «volver a tomar el pulso de la calle». 

Sin embargo, la visión no era tan positiva desde el otro lado. Sánchez, ya en Estados Unidos para seguir las elecciones presidenciales, no se pronunció vía Twitter, pero sí lo hizo el que fuera su número dos, César Luena, apuntalando el mensaje de que vistos los números del CIS, «no hay excusas» para demorar la convocatoria del congreso. Mensaje que fue retuiteado por otros dirigentes de confianza del ex secretario general, como Adriana Lastra o María González Veracruz. 


· Los sanchistas subrayan que el CIS es «demoledor» y que como no se cambie el rumbo, el PSOE puede llegar a ser como el Pasok. Exigen un congreso urgente

«No sé cómo se puede contentar Ferraz con esos datos. Estamos en un 17% porque no se hicieron más entrevistas a partir del 10 de octubre, si no habríamos caído más. Sí es una buena noticia que no se nos vayan electores a Podemos —admitía un integrante de la cúpula depuesta—, pero para eso Podemos tiene que seguir radicalizado y el PSOE debe cambiar mucho, porque si no iremos a una deriva como la del Pasok griego y sin frenos. Además, esta situación sin rumbo y sin liderazgo es letal, con una dirección interina cuya única autoridad le viene de San Telmo [la sede de la presidencia de la Junta de Andalucía]». Otro diputado insistía en que no se podían poner paños calientes porque el CIS es «demoledor«, y eso que no recogió el impacto de la abstención. «No sé qué es peor, porque se constata una desafección y un espacio socialdemócrata al que no se satisface«, indica esta misma fuente, que señala que entre los votantes del PSOE la valoración de Sánchez iba aumentando, por lo que a su juicio no se sostiene que parte del electorado demandara el desbloqueo.

Este estudio se realizó muy en caliente y el siguiente no se realizará hasta enero. Pero para entonces el PSOE seguirá descabezado, aunque ya en principio con una hoja de ruta fijada para reconstruir su proyecto político. En tres meses se sabrá si ese impulso es suficiente o el partido ve hundirse más sus cimientos. 

Una reunión de Fernández e Iceta en Madrid para abordar una relación «dañada»
La patata caliente del congreso se liga a otro dilema fundamental para el PSOE: qué hacer con el PSC. El presidente de la gestora, Javier Fernández, y el líder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, se reunirá la próxima semana en Ferraz para ver cómo reconducen ambas organizaciones sus vínculos. Ambos cerraron su encuentro este lunes a través de una llamada telefónica. 

«Le he dicho que hemos acabado nuestro congreso y que podemos hablar con ellos cuando quieran y como quieran. Estamos a disposición de lo que haga falta», aseguró Iceta, para quien la existencia de «discrepancias» requiere una «reflexión» con el fin de «mejorar» la relación que tienen PSOE y PSC y, «eventualmente, cambiarla». Desde Ferraz, mientras, se insiste en que el protocolo actual, de 1978, está «muerto» porque el PSC lo hizo saltar por los aires al desobedecer unilateralmente el mandato del comité de federal del 23 de octubre, que oficializó el viraje hacia la abstención. 

Además de la resolución del expediente disciplinario de los 15 diputados díscolos -el presidente del comité de disciplina, Luis Carlos Sahuquillo, elevará una propuesta de sanción a la dirección del grupo en los próximos días-, se ha sumado un problema más en Ferraz: un militante de Izquierda Socialista denunció por delito de coacciones a los dirigentes socialistas Susana Díaz, Mario Jiménez, Javier Fernández y Antonio Hernando en la votación de la investidura de Mariano Rajoy. El Juzgado de Instrucción número 13 de Plaza de Castilla (Madrid) acordó incoar diligencias previas para determinar si los hechos hacen presumir la existencia de una infracción penal, informa Efe.

Fuentes del PSOE indicaron que se trata de un trámite y que no hay diligencias salvo el requerimiento a la procuradora.