A. Fernández-El Confidencial

Para los independentistas, el Reino de España (y con ello la nación española) es una entelequia y lo único verdadero es el Reino de Cataluña, que se habría fundado en 1519

El último delirio del independentismo sobrepasa ya las raíces de la normalidad y se aproxima peligrosamente a los terrenos del absurdo. El Institut Nova Historia (INH), la entidad (alabada por los líderes nacionalistas, a la que el mismísimo Jordi Pujol felicitó por escrito y revisionista de la historia con teorías fantásticas) abona ahora la teoría de un Imperio Catalán Universal. Ese supuesto ‘imperio’ habría nacido en 1519, por lo que el año que viene quiere celebrar por todo lo alto sus «500 años».

Uno de los máximos ‘investigadores’ del INH, Pep Mayolas, el inventor de la teoría de que Erasmo de Rotterdam no existió y que, en realidad, era un hijo secreto de Cristóbal Colón (el catalán Cristòfol Colom, por supuesto), se descuelga ahora con la teoría del nuevo Imperio Catalán Universal. El pistoletazo de salida para la nueva teoría la dio el pasado 23 de octubre en la sede del Centre Comarcal Lleidatà, en Barcelona, con una conferencia sobre el tema, incluida dentro del «nuevo ciclo de conferencias de otoño sobre censura y manipulación de la Historia de Cataluña», que organiza el INH.

Para los independentistas, el Reino de España (y con ello la nación española) es una entelequia y lo único verdadero es el Reino de Cataluña, que se ocultó durante siglos por la censura castellana. Según esta teoría, el Reino de España «comenzó de hecho en un año tan reciente como el 1870. Durante los 2.000 años anteriores, la denominación ‘España’ era un concepto geográfico equivalente a península ibérica. Oficialmente, España solo tiene 148 años de existencia».

En base a sus teorías, el primer rey de España fue Amadeo de Saboya, ya que dan por hecho de que el nombre del país se refería a toda la península. De ese modo, soslayan el hecho de la unificación realizada por los Reyes Católicos: a la reina se la conocía como Isabel I de Castilla y al rey como Fernando V de Castilla, II de Aragón, etcétera, pero nunca se les trata de Reyes de España. Partiendo de la base de esa definición, los ‘historiadores’ del INH abonan la teoría de que España jamás fue un reino, contrariamente a Cataluña. Lo que pasa es que Castilla falsificó la historia durante siglos. El propio Jordi Bilbeny, director de la entidad, llegó a decir que «en realidad, el imperio de Carlos I era el Imperio catalán más Castilla, pero los libros han adulterado la historia». Es, precisamente, con el ‘imperio catalán más Castilla’ de donde parte la idea del Imperio Catalán Universal cuyo quingentésimo aniversario se quiere conmemorar el año que viene.

El ciclo revisionista comenzó, en realidad, el 9 de octubre, con la conferencia ‘La participación borrada de los catalanes en la Guerra de Granada (1482-1492)’, de la que era ponente Montserrat Montesinos. El ciclo se clausurará el 8 de enero del 2019. A pesar del componente fantástico e irreal de algunas de las teorías (y de sus argumentarios), lo más real y tangible es el gran negocio del INH, que cobra 60 euros a los asistentes a todo el ciclo de conferencias. Para los miembros del INH, el precio se rebaja a 45 euros y, para los estudiantes, el precio es de 30 euros. El precio para cada conferencia, si no se saca el bono global, es de 13 euros por persona.

Este ‘negocio’ se complementa con otro que comienza precisamente a comienzos de este mes de noviembre: un viaje de tres días a Malta para revisar la huella dejada allí por los catalanes por la nada despreciable cifra de 940 euros por cabeza. El viaje incluye una conferencia de Jordi Bilbeny, la asistencia a «una impresionante puesta de sol», la «visita exterior de la House of Catalunya» o una «visita panorámica a Marsaxlokk». El tour de noviembre, según el INH, ha sido un éxito total porque hubo suficiente demanda, por lo que ya está organizando otro para los días 7 a 10 de diciembre.

Los ‘nuevos datos’ sobre Santa Teresa

La nueva oleada sobre el histriónico revisionismo del independentismo coincide con la aportación de más ‘pruebas’ de que Santa Teresa de Jesús no era española ni de Ávila, sino catalana de pura cepa. Así lo afirmaba el pasado 23 de octubre el ‘historiador’ Felip Rodríguez en un artículo publicado en la web del INH. Afirma Rodríguez que la primera prueba es una leyenda recogida en el libro ‘Rondallari català’, de Pau Bertran i Bros (escrito a finales del XIX). Pero el propio nombre de que se trata de una leyenda lo dice todo.

La segunda ‘prueba’ es aportada por el propio Rodríguez, que recoge el calificativo de ‘spanish abbess’ referido a la santa de Ávila en los libros ‘The Theosophist’ (1896) y ‘The Theosophical Movement’ (1971). La tercera prueba fue aportada por un lector, que descubrió una inscripción en un cuadro del siglo XVII en el que se podía leer la leyenda con el texto ‘S. Theresa abadesa i mártir’. Y como no consta que la santa de Ávila padeciese martirio, los independentistas interpretan que ello se refiere a «la aniquilación de su biografía». Todo ello, según el INH, demuestra que Teresa de Ávila había sido abadesa en Barcelona y, por lo tanto, era catalana.

También argumenta el ‘historiador’ Pep Mayolas que para su beatificación, «los cónsules de Tarragona escribieron una súplica al Papa Pablo V, en 1615, donde, entre otros comentarios, le decían que a Santa Teresa ‘gran obligación tenemos como natural de la España Tarraconense’. Con esta información se cierra todavía más el círculo de su catalanidad». Obvia, evidentemente, que la provincia Hispania Tarraconensis ocupaba los dos tercios superiores de la Península Ibérica (incluida Galicia) y solo quedaban fuera de ella la Lusitania (el sur de Portugal) y la Bética (Andalucía).

Por si fuera poco, el ‘historiador’ aporta ahora una cuarta ‘prueba’ para reforzar sus teorías: un libro del año 1643 escrito por el padre siciliano Gaspare Sghemma. En el libro se describe a la santa abulense como «gloria de España, esplendor de la antigua Castilla, ornamento de la famosísima ciudad de Ávila, espejo de santidad de nuestros siglos, reformadora, fundadora de la primera regla carmelitana, Madre, Priora, Abadesa…». La conclusión para los ‘historiadores’ del INH es ‘lógica’: «Esta cuarta prueba complementa las tres anteriores y nos acerca un poco más a la tesis de Jordi Bilbeny de una Santa Teresa catalana y al convencimiento de Pep Mayolas de que Santa Teresa de Jesús fue la abadesa de Pedralbes, Teresa de Cardona i Enríquez».