José Mari Alonso-El Confidencial

Covite contabilizó 48 recibimientos el pasado año y en este 2018 ha registrado 45: los actos de «enaltecimiento del terrorismo» se han reproducido en los últimos meses tras la disolución de ETA

El sentir mayoritario dentro del espectro político e institucional, con la salvedad de la izquierda ‘abertzale’ y sus ayuntamientos, es que los recibimientos a los presos de ETA a su salida de prisión constituyen al menos una «humillación» a las víctimas del terrorismo. Existe un consenso generalizado sobre la necesidad de acabar con los ‘ongi etorri’ a los etarras en sus pueblos natales al abandonar la prisión, pero la realidad se impone a las palabras, ya que los homenajes a los etarras no dejan de sucederse en los municipios vascos y navarros con total impunidad.

De hecho, los recibimientos a los presos de ETA en lo que va de año prácticamente alcanzan ya a los registrados a lo largo de todo 2017. Según los datos del Observatorio de la Radicalización impulsado por el Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco, Covite, durante el pasado año se produjeron 48 homenajes a presos de la banda terrorista tras cumplir condena, mientras que a lo largo de este 2018 se han contabilizado un total de 45. De ellos, 26 han tenido lugar en Guipúzcoa, 12 en Vizcaya, cuatro en Álava y tres en Navarra.

El último homenaje tuvo lugar este mismo lunes cuando decenas de personas recibieron con honores en Bilbao a Joseba Enbeita Ortuondo, alias ‘Gorri’, tras permanecer 23 años en prisión. El etarra fue condenado por ser colaborador del comando Vizcaya que asesinó al sargento mayor de la Ertzaintza Joseba Goikoetxea. El que fuera ‘liberado’ (a sueldo) de KAS (Koordinadora Abertzale Sozialista), el órgano coordinador de los movimientos político, sindical, social y terrorista de la izquierda ‘abertzale’, fue recibido con vítores entre pancartas y consignas a favor de los presos de ETA.

«El culto al terrorista en el País Vasco y en Navarra es constante«, censura la presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez, que denuncia la pasividad de la Justicia para acabar con estos recibimientos. Y es que la Audiencia Nacional ha ido archivando sistemáticamente las denuncias interpuestas por diferentes asociaciones de víctimas o por el Gobierno contra los ‘ongi etorri’ a miembros de ETA. Para ello, ha esgrimido diferentes argumentos, entre ellos que se tratan de «manifestaciones de alegría» por el «regreso» de los etarras a su localidad natal. Así lo argumentó el magistrado del Juzgado Central de Instrucción número 1 Santiago Pedraz para archivar de forma provisional la causa abierta por la denuncia interpuesta por Covite por el recibimiento tributado en diciembre de 2016 al sanguinario etarra Javier Balerdi en San Sebastián, donde participó en el asesinato de siete personas, entre ellas el funcionario de prisiones Ángel Jesús Mota Iglesias, a quien disparó mientras sostenía a su bebé en brazos.

Según alegó el magistrado en un auto fechado el 19 de octubre de 2017, este tipo de homenajes «no hacen referencia alguna» a las «finalidades de alabanza, ensalzamiento ni justificación de la actividad terrorista, sino que tan solo aluden a la expresión del deseo y la demanda de que los presos condenados por tales actividades sean reagrupados, trasladándolos a centros penitenciarios próximos a sus domicilios de origen». Este mismo argumento ya había sido esgrimido unos meses antes por el juez Ismael Moreno para acordar el archivo de la denuncia interpuesta contra el alcalde de Lekeitio, Koldo Goitia (PNV), por un delito de prevaricación al ceder el 16 de septiembre de 2016 el salón de plenos del ayuntamiento para dispensar un homenaje al integrante del sanguinario comando Madrid Andoni Gabiola, quien se sentó en el sillón del alcalde mientras era agasajado por decenas de personas.

En otras ocasiones, la Audiencia Nacional ha desestimado investigar la denuncia en base a los informes remitidos por la Ertzaintza, que no han apreciado ningún delito en este tipo de actos. Es el caso, por ejemplo, de los tres homenajes que se dispensaron el 2 de junio en Tolosa y el 7 de ese mismo mes en Derio y Bilbao a Txabi Etxebarrieta, autor del primer asesinato de ETA, y que fueron denunciados por Covite. En la información remitida al Juzgado Central de Instrucción nº 3 de la Audiencia Nacional relativa a las actividades de control de los actos, la policía vasca deja constancia de que «en ninguno de los distintos actos se observaron hechos ilícitos, ni se produjeron incidentes por parte de los participantes», según ha puesto de manifiesto la consejera vasca de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, en una reciente respuesta por escrito al PP, que le interpeló en el Parlamento Vasco por la actuación de la Ertzaintza ante estos homenajes.

Pese a los continuos reveses judiciales, estos ‘ongi etorri’ siguen llegando a la Audiencia Nacional. Recientemente, la entidad presidida por Ordóñez interpuso una denuncia con motivo del acto de homenaje dispensado el pasado 5 de julio en Vitoria al etarra Ramón López Abetxuko por un presunto delito de enaltecimiento del terrorismo y de humillación y desprecio a las víctimas del terrorismo. Decenas de personas recibieron entre vítores y con un aurresku en su honor al etarra, condenado por su participación activa en al menos los asesinatos del comandante del Ejército y jefe de la Policía Municipal de Vitoria, Eugenio Lázaro Valle, y del jefe del cuerpo de Miñones de Álava, Jesús Velasco Zuazola, tras permanecer en prisión 29 años.

La impunidad de la que gozan los homenajes a los terroristas a su salida de prisión ha provocado la indignación de las víctimas, que han hecho llegar su protesta al Parlamento Europeo. La eurodiputada de UPyD Maite Pagazaurtundua remitió en marzo a la presidenta de la comisión especial del Terrorismo, Nathalie Griesbeck, dos informes que reflejan con datos la realidad de esta «estrategia de humillación a las víctimas». «Estamos ante una forma sibilina de enaltecimiento del terrorismo«, alertaba la expresidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo.

Ante esta situación, recientemente el nuevo presidente del PP, Pablo Casado, ha pedido que se prohíban por ley los homenajes a los etarras a su salida de prisión. El líder de los populares planteó esta propuesta el pasado 5 de agosto en una visita a Vitoria con motivo del día grande de sus fiestas mientras era increpado por decenas de personas entre gritos de «asesino» y emplazamientos a que se marchara del País Vasco. Casado instó al Gobierno de Pedro Sánchez a «extremar las precauciones» para que no se lleven a cabo homenajes a los presos de ETA, al tiempo que se opuso a cualquier acercamiento de los etarras a cárceles vascas.

Los diferentes actos de «enaltecimiento del terrorismo» han duplicado ya en este 2018 a los registrados en 2017: de los 76 del pasado año a 145

Más allá de los recibimientos dispensados a los presos tras cumplir condena, el Observatorio de la Radicalización de Covite también da cuenta de los diferentes actos de «enaltecimiento del terrorismo» que tienen lugar en los municipios vascos y navarros, caso de ensalzamientos a ETA en las fiestas de los pueblos, aparición de pancartas y pintadas a favor de la banda y los terroristas o «jornadas de lucha», entre otros. Y a este respecto, los datos indican que en este 2018 ya se han duplicado este tipo de actos en relación a los contabilizados en 2017. Así, si el pasado ejercicio se produjeron 76 eventos, la cifra se eleva hasta agosto de este año a los 145, de los que 52 tuvieron lugar en Guipúzcoa, 39 en Navarra, 36 en Vizcaya, 13 en Álava, dos en el País Vasco francés, otros tantos frente a la cárcel de Puerto III de Cádiz a cargo del movimiento ATA (Amnistía Ta Askatasuna) y uno en Mallorca por parte del tuitero Valtonyc en un concierto.

Estos actos de enaltecimiento del terrorismo se han reproducido en los últimos meses coincidiendo con el anuncio de la disolución de ETA. Así, desde mayo se han registrado un total de 97 frente a los 48 que tuvieron lugar en los primeros cuatro meses del año. Junio, con 31 actos, y julio, con 30, son los meses con mayor actividad. Por su parte, en lo que se lleva de agosto se han desarrollado 11 actos considerados por el Observatorio de la Radicalización de enaltecimiento del terrorismo. «Esto no sucede en ningún país democrático del mundo con ningún otro tipo de terrorismo, como el yihadista, ni con otros criminales», critica Ordóñez.