Francesc de Carreras-El País

¿El conflicto es sólo entre la Generalitat y el Gobierno o también entre la Generalitat y más de la mitad de los catalanes, además de muy buena parte de españoles?

El pasado viernes, día 22 de junio, el presidente de la Generalitat Quim Torra tuvo un día especialmente esquizofrénico.

Primero, pronunció una declaración institucional desde el Palacio de la Generalitat en la cual reprochó al Rey no haber pedido perdón por su discurso del 3 de octubre pasado. Como conclusión sostuvo que ningún miembro del Govern asistirá a actos convocados por la Casa Real ni la Generalitat invitará al Rey a sus actos. Poco después, Quim Torra participó en una protesta pública contra la presencia del Rey en Tarragona. Al anochecer, ocupó su asiento en la inauguración de los Juegos Mediterráneos junto al Rey y otras autoridades del Estado.

¿Qué significan estos gestos de desprecio? Significan que el procés no ha acabado, está más vivo que nunca y sigue firme la voluntad de ruptura con la legalidad.

La exconsejera Clara Ponsatí, dijo hace unas semanas una frase reveladora: “El procés era una partida de póker en la que jugábamos de farol”. Es cierto, se sabía antes y se comprobó después: nadie en el mundo ha dado su apoyo a los independentistas catalanes. Están solos, aislados, habían mentido a los suyos diciéndoles que la independencia era posible, viable y beneficiosa, a pesar de saber que no era verdad. ¿Qué pretendían? Que la otra parte creyera en una posible independencia y cediera ante alguna de sus demandas: así aumentarían su poder y quedarían bien con los suyos. Pero no les salió bien. El Gobierno de Rajoy cometió errores pero tuvo un acierto: no cedió al chantaje, les vio el farol.

Tras el cambio de Gobierno las cosas parecen estar cambiando. Pablo Iglesias ha visitado a Torra y ambos están de acuerdo en encaminarse hacia una República. Podemos es el más firme sostén parlamentario del PSOE. Y el mismo Pedro Sánchez declaró el domingo a EL PAÍS que “los tiempos en que el Gobierno agravaba los problemas de Cataluña acabaron. Tenemos que ir paso a paso, reconstruir la confianza, la lealtad quebrada durante estos años de conflicto entre la Generalitat y el Gobierno de España”. ¿Quién quebró la lealtad? ¿El conflicto es sólo entre la Generalitat y el Gobierno, entre la Generalitat y el Estado, que es distinto, o también entre la Generalitat y más de la mitad de los catalanes, además de muy buena parte de españoles?

Está anunciada para el próximo 9 de julio una entrevista entre Sánchez y Torra. ¿Es conveniente que se celebre esta entrevista sin que Torra no haya retirado su posición de romper las relaciones con la Corona? ¿El objetivo no debería ser dejar en evidencia que Torra está jugando de farol en lugar de ayudarle a salir de su embrollo?