Juzgan a dos concejales de la CUP por una agresión

EL MUNDO 10/01/17

El Juzgado de Instrucción número 16 de Barcelona ha fijado para el próximo 31 de enero el juicio contra las concejales de la CUP en el Ayuntamiento de Barcelona María José Lecha y María Rovira por un delito menor –lo que antiguamente se consideraba falta– de lesiones. Las dos fueron denunciadas por dos delegados de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) tras los incidentes frente a la Ciudad de la Justicia el 1 de diciembre pasado, cuando iban a juzgar al otro concejal de la CUP en Barcelona, Josep Garganté.

El secretario de Organización de CSIF en el Consistorio y delegado sindical en la Guardia Urbana, Eugenio Zambrano, denunció que las concejales presuntamente le insultaron y amenazaron con expresiones como «portavoz de mierda de la Guardia Urbana», «policía de mierda» o «torturador», mientras le daban patadas en las piernas y golpes bajos en el abdomen y las costillas. Por todo ello, Zambrano presentó un parte de lesiones ante el juez por contusiones en las piernas y otras partes del cuerpo.

La otra denunciante es una delegada sindical de Correos que aseguró haber recibido «puñetazos en la espalda y empujones» y padece una contractura muscular, por lo que tuvo que llevar el brazo en cabestrillo.

CSIF ha presentado un recurso ante el juzgado para que se suspenda este juicio de faltas y las concejales de la CUP sean imputadas por un delito de atentado a la autoridad con resultado de lesiones. «Sabían que era un agente de policía mientras me amenazaban», explicó Zambrano en referencia al momento de la agresión. «Yo me identifiqué y les dije que estaban cometiendo un delito, sin que desistiesen en su acción», señaló. El sindicato solicita también que les imputen el delito de maltrato por la presunta agresión a la otra denunciante.

El pasado 1 de diciembre, antes de que el concejal de la CUP Josep Garganté acudiese a un juicio por presuntas coacciones del que fue absuelto, se enfrentaron ante los juzgados un grupo que apoyaba al regidor, entre los que había representantes del partido antisistema y otras organizaciones, y miembros de varios sindicatos de la Guardia Urbana de Barcelona y otros delegados y agentes que censuraban la actitud beligerante de la CUP contra la Policía.