La cúpula de CDC amañaba los contratos y cobraba el 3%

EL MUNDO – 05/09/16

· Las agendas de los tesoreros de Mas y los constructores revelan las reuniones para pactar mordidas «Elevar a Còrsega (antigua sede del partido)» y «Consultar con Pte.», anotaron dos investigados.

Las agendas de los cargos de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y los empresarios detenidos en el caso del 3% revelan que la cúpula del partido dirigía la trama de amaño de concursos y el cobro de comisiones. Los cuadernos del ex tesorero Andreu Viloca, del ex director general de Infraestructuras Josep Antoni Rosell o del consejero delegado de la constructora Copisa acreditan que altos cargos del partido, entre los que se encuentra un ex conseller, decidían qué empresas se debían presentar a los concursos, se reunían varias veces con ellas para pactar los cobros y emitían facturas falsas para blanquear las comisiones. Las agendas reflejan anotaciones como «consultar a Pte.», que se investiga si se refieren a Artur Mas.

Miembros de la cúpula de CDC dirigieron las contribuciones en forma de comisión de empresarios al partido –a veces en forma de 3% y en otras ocasiones con porcentajes mayores– y orientaron los concursos públicos para favorecer a las empresas que contribuían con donaciones, según aseguran a EL MUNDO fuentes conocedoras del procedimiento judicial.

Así se ha podido deducir del cruce de datos de las agendas intervenidas a Andreu Viloca, ex tesorero de Convergència; Xavier Tauler, consejero delegado de la constructora Copisa, y Josep Antoni Rosell, ex director general de Infraestructuras. Tres de los principales imputados en la denominada operación Petrum, en la que la Guardia Civil y la Fiscalía Anticorrupción han logrado acreditar por primera vez documentalmente el pago del célebre 3% que denunció Pasqual Maragall en 2005.

En la documentación intervenida, a cuyo contenido ha tenido acceso este periódico, figuran entre otras dos anotaciones que pueden resultar especialmente comprometedoras para la cúpula del partido, así como pruebas fehacientes de la supervisión de las operaciones por parte de al menos un ex conseller del Govern de Artur Mas.

Una de estas anotaciones, aparentemente explícita, pertenece a uno de los adjudicatarios de obra pública, que escribe de su puño y letra que hay que «elevar a Còrsega» cuestiones relacionadas con las asignaciones de contratos. Còrsega es la calle en la que estaba situada la sede de CDC desde que Jordi Pujol adquiriese el inmueble a la eléctrica Enher en 1998.

La otra anotación plantea directamente: «Consultar con Pte.». Los investigadores están intentando desentrañar si esa abreviatura significa «presidente» y si en este caso pudiera referirse al propio ex presidente Artur Mas o si alberga algún otro significado.

De manera paralela, en las agendas –electrónicas y manuscritas, y estas últimas especialmente detalladas– quedaron reflejadas decenas de reuniones de empresarios receptores de las adjudicaciones con Viloca y Rosell antes, durante y después de la asignación de las obras y de las donaciones.

Con frecuencia, ambos iban a esas reuniones –en especial el que fuera director general de Infraestructuras– inmediatamente después de reunirse con superiores políticos del partido. Del contenido de esos cuadernos se desprendería, además, a juicio de los investigadores, que eran ellos quienes decidían qué empresas debían presentarse a cada concurso público e incluso quienes determinaban cuál debía de ser la composición de las UTE (Unión Temporal de Empresas) que debían concurrir a cada uno de los concursos de obra pública de Cataluña.

Al contrario de lo afirmado por los dirigentes del partido, que tras el último movimiento de la operación Petrum sostuvieron que la adjudicación de obra pública en Cataluña había sido «modélica» –así la calificó el propio Mas– y que los concursos no tenían nada que ver con las aportaciones económicas realizadas por los empresarios al partido o a la Fundación Catdem, las investigaciones descubren una realidad completamente distinta.

En primer lugar, llama la atención que la Fundación y el partido funcionasen de forma práctica bajo el criterio de «unidad de caja». De este modo, según las fuentes consultadas, desde Catdem se sufragaron gastos de todo tipo correspondientes al partido político, incluidas las nóminas. También habría quedado registrada la existencia de servicios simulados realizados por miembros del partido a Catdem.

Ese sería el procedimiento utilizado para ocultar o blanquear las aportaciones empresariales: los donantes hacían llegar su aportación a la Fundación y ésta la trasvasaba al partido contratando servicios ficticios que habrían sido abonados con facturas falsas.

El cruce de las anotaciones de los propietarios de las agendas con los empresarios, las fechas y las obras adjudicadas han arrojado alguna luz sobre parte de los procedimientos empleados.

A los investigadores les llama la atención, por una parte, el rápido crecimiento experimentado por un grupo de empresas modestas que han estado formando parte de UTE (Unión Temporal de Empresas) a las que les eran asignadas obra pública junto a empresas mucho más grandes, a veces líderes en el sector, que no hubieran necesitado de la participación de las primeras.

Por otra parte, se han detectado asignaciones de proyectos a empresas que no quedaban en los primeros lugares en los informes económicos, pero que subsanaban esta carencia en los informes técnicos, que ofrecen un mayor margen para la subjetividad.

El contenido de las agendas ha permitido deducir también un patrón de comportamiento. Si se toma como ejemplo una de las empresas investigadas, queda constancia de una reunión inicial de Rosell, el ex director general de Infraestructuras, con un alto cargo del partido el 11 de abril de 2011. El día siguiente se produce la adjudicación y una reunión del ex tesorero Viloca con los responsables de la empresa. En realidad, quedan registradas 13 reuniones del ex tesorero de Convergència con los propietarios de la empresa entre el 13 de marzo y el 8 de octubre, y tres encuentros del ex director general de Infraestructuras con esas mismas personas entre diciembre y abril de 2014.

La publicación de la primera adjudicación por un importe de más de dos millones y medio de euros tuvo lugar en mayo de 2014. Habría al menos otra más por un montante de más de siete millones. Finalmente hay constancia de dos donaciones demostradas a Catdem por parte de la empresa, una de ellas ese mismo año por valor de 104.000 euros.

EL MUNDO – 05/09/16