La Declaración del Palau

JORGE DE ESTEBAN – EL MUNDO – 10/06/17

Jorge de Esteban
Jorge de Esteban

· Hay algo que sorprende en lo que se refiere a los dirigentes catalanistas que han actuado en los varios intentos de secesión que ha habido hasta ahora: todos han sido unos políticos mediocres. Ciertamente, hay una clara excepción en cuanto a Jordi Pujol, que no lo era, pero que aprovechó sus cualidades intelectuales para otros fines más sustanciosos para él y su familia.

Pues bien, dejando de lado a los líderes de otros momentos históricos, es realmente sorprendente que los catalanes independentistas actuales –aunque cada vez hay menos– piensen que con los que dirigen hoy el cotarro pueden llegar a Ítaca. La declaración que ayer escenificaron el presidente Puigdemont y Oriol Junqueras, rodeados de los diputados independentistas en el Pati dels Tarongers del Palau de la Generalitat, es una muestra más de políticos incompetentes. La reunión de ayer era concretamente para señalar la fecha del referéndum que patrocinan y la pregunta que se plantearía, en su caso, a los catalanes.

Por supuesto, todos sabemos que ese referéndum no se celebrará nunca, ni pactado, ni de forma unilateral. Pero para demostrar lo que vengo afirmando veamos los tres elementos principales de la pantomima de ayer. En primer lugar, en cuanto a la fecha hay que señalar que pudiendo elegir cualquier otra han escogido el 1 de octubre, en el que durante 40 años en España se conmemoró el Día del Caudillo, un simbolismo que no ayuda evidentemente a sus designios.

En segundo lugar, tras una primera intervención de Oriol Junqueras reivindicando todo lo que se le ocurría, el presidente Puigdemont formuló una penosa exposición de las razones para realizar el referéndum. Sin entrar en detalles, el núcleo esencial de su discurso se basó en un argumento falaz o, como se dice ahora, en una posverdad. Según él, «hoy sabemos con más nitidez que no es cuestión de marcos legales. Lo sabe todo el mundo, que el marco legal no impedía atender la demanda catalana. Hoy todo el mundo sabe cuál es el problema real, porque lo ha oído del mismo presidente del Gobierno español: ‘No quiero…’».

Puigdemont no sabe lo que dice y falsea la realidad. Primero, porque la Constitución no permite un referéndum de esas características. Miquel Roca, que no es nada tonto, lo acaba de señalar así en el programa Fora de sèrie, afirmando que para celebrar ese referéndum sería necesario reformar la Carta Magna e incluso su marco territorial. Y segundo, porque la frase que dijo el presidente Rajoy fue literalmente «ni puedo, ni quiero, autorizar ese referéndum», Es decir, bastaba con el «no puedo», porque la Constitución no lo permite y si lo hiciese se le aplicaría el artículo 102 CE.

Y por último, algunas reflexiones sobre la pregunta: «¿Está usted de acuerdo con un Estado independiente en forma de República?», la cual vuelve a caer en los defectos de la que se hizo el 9-N. Como ya he señalado alguna vez, el constitucionalista británico J. F. S. Ross sostiene que una condición necesaria para que todo referéndum sea válido es la de plantear bien la pregunta que se somete al pueblo. Y añade que cualquier necio puede formularla, pero plantear la pregunta correcta y hacerlo de la forma más adecuada es otro cantar.

Me temo, pues, que la mente lúcida que ha elaborado esa pregunta, absurdamente compleja, entra en la categoría que denuncia Ross. En efecto, si se pregunta si se está de acuerdo con que Cataluña sea un Estado independiente, se cae en un pleonasmo, pues no hay Estados dependientes, ya que todo Estado es soberano, salvo que sea un Estado miembro de una federación o similar. Y, por otro lado, preguntar que si se quiere que ese Estado sea una república es una perogrullada, salvo que se quisiera convertir al antiguo principado en una monarquía con una dinastía propia.

En definitiva, como no es posible que se celebre ese ansiado referéndum de los separatistas, da igual que se pregunten esas bobadas. Por eso, aunque algún día muy cercano habrá que plantearse en serio qué salida racional se le da al llamado problema catalán, por el momento hay que decirle al presidente Puigdemont, imitándole en forma correcta, «O Constitución, o Constitución».

JORGE DE ESTEBAN – EL MUNDO – 10/06/17