La educación como gran problema

LIBERTAD DIGITAL 19/05/17
EDITORIAL

· El nacionalismo y la izquierda han tomado la educación como un ámbito de su propiedad en el que tienen derecho a hacer lo que les venga en gana.

Ya son más de treinta años de manipulación intensiva nacionalista en los sistemas educativos de regiones como Cataluña, Galicia, el País Vasco o la Comunidad Valenciana; y también y no menos importante, de manipulación izquierdista en esas mismas comunidades y en todas las demás.

Llama poderosamente la atención, por tanto, la sorpresa que parece haber generado un nuevo informe que nos dice lo que ya todos sabíamos: que los libros de texto en Cataluña están llenos de incorrecciones y mentiras sobre la historia, enfocadas siempre a generar en los estudiantes una concepción completamente errónea de los procesos históricos que nos han llevado a la actual España y, por supuesto, generando cuanto menos el desprecio y en no pocas ocasiones el odio hacia la Nación española.

Tanto el nacionalismo como la izquierda han tomado la educación como un ámbito de su propiedad en el que tienen derecho a hacer lo que les venga en gana. Y lo que les ha venido en gana ha sido la imposición de un proyecto político a la que se ha subordinado todo lo demás.

No ha sido la única, pero probablemente ésta si ha sido la principal causa del evidente desplome de la educación en España, que lleva décadas retrocediendo en todo aquello que define un buen sistema educativo: la adquisición de conocimientos y capacidades, la preparación para la vida laboral y para la vida en libertad de los jóvenes y, muy especialmente, su capacidad para funcionar como ascensor social para los más desfavorecidos.

En este contexto, aunque no podemos negar que es positivo que el gobierno anuncie medidas para corregir el sesgo de esos libros de texto, tampoco debemos llamarnos a engaño: si durante los últimos lustros no ha habido voluntad política alguna para afrontar la cuestión no parece muy probable que vaya a haberla ahora.

Pero tampoco conviene perder la perspectiva: incluso una medida que está claro que Rajoy no va a tomar como sería recuperar las competencias ahora en manos de las comunidades autónomas tampoco sería la solución a los problemas, porque la única solución es devolverle a la sociedad lo que sin ningún motivo prácticamente monopoliza el Estado.

Y en este sentido el panorama no puede ser más sombrío, ya que la tendencia dominante y lo que reclama la ultraizquierda que tanto poder tiene en este ámbito educativo es, precisamente, machacar los pocos espacios en la Educación en los que el poder estatal no es absoluto: ahí están los intentos en Aragón o la Comunidad Valenciana por acabar con la concertada.

La Educación es, como la Justicia, uno de los grandes problemas de España y, lamentablemente, en ambos casos parece que los cambios más probables no apuntan a una mejoría sino más bien a un agravamiento de los males.