La extrema derecha europea se conjura contra la Unión

ABC – 22/01/17

· Los populistas de todo el continente celebran una «cumbre» en el corazón de Alemania.

· Ecos de Estados Unidos Los ultraderechistas reivindican la figura de Donald Trump Nostalgia Marine Le Pen vaticina que 2017 será el año del regreso de la «Europa de las naciones».

Partidos populistas de toda Europa se reunieron ayer en la ciudad alemana de Coblenza para celebrar una «cumbre antieuropea» y establecer alianzas de apoyo de cara a las elecciones que se celebran este año en Francia, Alemania y Holanda. En un ambiente festivo y en medio de celebraciones por la llegada de Donald Trump al poder en EE.UU., todos sus representantes estuvieron de acuerdo en la necesidad de «repensar Europa» y de «desterrar a la vieja Europa», con la que identifican a los políticos tradicionales y a los partidos, medios de comunicación e instituciones que forman parte del «establishment».

Marine Le Pen, líder del partido ultraderechista Frente Nacional (FN) a la que Paris Match vaticina un 26,5% de los votos en las presidenciales francesas, defendió el regreso de la «Europa de las naciones»y anunció «el fin de una era y el nacimiento de una nueva», señalando que 2017 será «el año del despertar de los pueblos de Centroeuropa». «El tiempo en el que los nacionalistas en Europa eran grupos marginales se ha terminado», dijo, «ahora de lo que se trata es de lograr mayorías en las urnas». «Los políticos de los partidos establecidos quieren conducirnos hacia la islamización», denunció a su vez el líder del Partido por la Libertad (PVV) holandés, Geert Wilders, que lamentó que ahora en Europa las mujeres tengan «miedo de mostrar su pelo rubio». «Para hacer frente a esta tendencia Europa necesita a una Alemania orgullosa», pidió, antes de clamar por que, «hagamos de nuevo fuerte a Europa».

Esa fue una de las numerosas ocasiones en las que se parafraseó o imitó el discurso de Trump.

La noche anterior al encuentro, en la que los líderes de los partidos invitados se reunieron en una cena privada, la anfitriona y presidenta de Alternativa para Alemania (AfD), Frauke Petry, envió un telegrama al nuevo presidente de EE.UU. en el que expresaba la simpatía del grupo por sus planes en materia de política exterior.

«Como alemanes y europeos, seguimos con esperanza sus posiciones sobre política exterior porque difieren positivamente del curso que estas políticas han tomado en las últimas décadas», afirmó. «Trump ha indicado la salida de un callejón sin salida y eso mismo es lo que queremos hacer nosotros en Europa». Finalizó su discurso reivindicando «libertad para Europa» y llamando a las barricadas contra «los tecnócratas ingenieros sociales de la Unión Europea».

Todos estos discursos tenían lugar en un ambiente de euforia, una mezcla de declaración de guerra y salida del armario, y de cierto nivel de agresividad que se condensaba en torno a la figura de Angela Merkel. Petry acusó a la canciller alemana de haber «lavado el cerebro» a los ciudadanos y las intervenciones eran jaleadas y aplaudidas con gritos como «Merkel debe irse» y «¡Fuera la vieja Europa!», eslóganes habituales del movimiento racista y xenófobo Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida).

Las calles alrededor del Rhein-Mosel-Halle, en el que se celebraba el encuentro, así como las inmediaciones del cercano hotel Mercure, de cuatro estrellas, en el que se alojaba la mayoría de los participantes, fueron protegidas por un dispositivo especial de más de un millar de policías para evitar conflictos con las manifestaciones convocadas como protesta por el encuentro. Unas 5.000 personas mostraron su disconformidad con la celebración del evento y gritaron consignas a favor de una Europa abierta y alejada de políticas nacionalistas, racistas o que fomenten cualquier tipo de odio.

Beethoven como protesta

Los manifestantes, entre los que se encontraban destacados políticos alemanes y europeos como el vicecanciller alemán y líder del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), Sigmar Gabriel, o el ministro de Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn, entonaron el «Himno de la Alegría», interpretado por miembros de la Filarmónica del Rhin frente al edificio en el que tenía lugar la reunión.

Los partidos que se daban ayer cita en Coblenza forman parte del grupo político Europa de las Naciones y de la Libertad, ENF en sus siglas en inglés, con representación en el Parlamento Europeo. La alianza no está exenta de grietas y dentro del alemán AfD, por ejemplo, buena parte de la militancia ha protestado por la invitación a Le Pen, por considerar el Frente Nacional francés «demasiado a la derecha» y ajeno a posturas económicas que ellos defienden en Alemania. Pero en el encuentro prevalecieron las coincidencias y el acuerdo sobre un nuevo eje de influencia geopolítica global que une a Washington con Putin pasando por la línea europea que defienden estos partidos.

«Solo los ciegos no pueden verlo, es el surgimiento de un nuevo orden global en el que nosotros tenemos un papel destacado», sentenció Petry, que proclamó que «ya no nos someteremos más a la manipulación que amenaza la libertad del individuo en Europa, ha llegado la hora de que recuperemos el poder y saquemos de sus poltronas a la clase política que a través de los medios de comunicación ha logrado imponerse al sentido común y a la realidad de los ciudadanos de a pie».

La retórica ultranacionalista que ayer se escuchó en Coblenza se suma a las recientes declaraciones de Donald Trump, que se mostró esperanzado en que otros países sigan la estela del Brexit.

ABC – 22/01/17