La furcia está de nuevo en celo

ABC 19/04/16
RAMÓN PÉREZ-MAURA

· Sólo le faltó apostillar que la culpa de los asesinatos de ETA era de las víctimas

ATRESMEDIA es ese grupo de medios de comunicación en el que algunas de las personas que cuentan con más favores en La Moncloa tienen una posición de altísima responsabilidad. Supongo que no es necesario recordar cómo el Gobierno Rajoy permitió la salvación de La Sexta (que estaba quebrada) y, no contento con eso, aceptó la entrega de la línea editorial del grupo de Lara a la izquierda postzapaterista. Es inevitable evocar dónde está este grupo mediático después de ver a posteriori (y por obligación, no haya lugar a equívoco) la entrevista hagiográfica que se emitió el domingo en primetime con Arnaldo Otegui. Su autor, Jordi Évole, ha descalificado las críticas recibidas por parte de personas que no habían visto el programa. Que no me incluya en ese número. Haciendo un enorme esfuerzo me he bajado en la tableta la jabonosa conversación que tiene la habilidad de todos conocida en Évole: Plantear algunas preguntas que podrían parecer incómodas, pero a las que Otegui responde como si supiera desde la víspera exactamente qué le iban a preguntar. Porque nada había que pudiera sorprenderle o incomodarle.

El programa se graba junto a la chimenea en el acogedor Caserío de Txillarre, donde tantas veces se reunieron Otegui y Jesús Eguiguren. Eguiguren fue aquel presidente del socialismo vasco que denunció la última detención y condena de Otegui y que ahora es reivindicado por el propio Otegui, lo que dice mucho de en qué manos ha estado el socilismo vasco durante décadas.

Évole da a Otegui la posibilidad de reivindicar su actuación y pensamiento. Es increíble escuchar a alguien a estas alturas ensalzar la vía vietnamita, la argelina o la cubana sin que el periodista le pregunte a qué han llevado esos regímenes políticos más que a la miseria total. Es vomitivo que Otegui hable de que lamenta el atentado de Hipercor «porque murió gente trabajadora». O sea, que si hubieran matado gente «no trabajadora» –sea lo que sea lo que eso signifique– no le parecería mal. Y, por lo demás, ¿a quién esperaban que matara una bomba en Hipercor? ¿A una concentración de multimillonarios jugando a hacer un poco de economía en su compra semanal? Como todo eso no basta, Otegui se permite decir a todos los españoles que el Estado preferiría que ETA siga matando. Sólo le faltó apostillar que en realidad la culpa de los asesinatos de ETA era de las víctimas. Y aunque no lo dijo, se entendió. ¿Qué objetivo editorial tiene por parte de Atresmedia esta iniciativa? ¿Creen que ante la decadencia de los batasunos en las encuestas hay que relanzar ese partido? ¿No le basta a este grupo mediático con haber engendrado a Podemos desde sus pantallas? ¿De verdad necesita Planeta ser protagonista de la salvación de los batasunos? Como decía Bertol Brecht en su «La resistible ascensión de Arturo Ui», la furcia que parió a la bestia está de nuevo en celo.