La guerra sigue

EL MUNDO 03/10/16
SANTIAGO GONZÁLEZ

PEDRO SÁNCHEZ compareció ante los medios la víspera del Comité Federal en el que iba a perder su cabeza, vale decir la Secretaría General (ver DRAE, acepciones 22 y 23). Sleepy Hollow ya la había perdido en el ejercicio de su cargo (acepciones 10 y 11 del mismo DRAE). No admitió preguntas y al día siguiente no tuvo respuestas. En los ocho minutos y medio que duró la lectura de su comunicado pronunció diez veces el nombre del maligno: Mariano Rajoy.

Lo más sorprendente del sábado es que los dos bandos, (©sanchezcastejon), tenían al presidente en funciones como piedra angular de sus programas y sus obsesiones. ¿Puede alguien que aspira a la Presidencia del Gobierno tener como única guía, no la derrota, sino la negación del adversario? ¿Odiar de verdad al PP, como el Frente Popular de Judea de Monty Python a los romanos? ¿Puede un dirigente político negarse a asumir la responsabilidad del fracaso de su partido, especialmente cuando él como candidato ha obtenido el mínimo histórico dos veces consecutivamente?

Hay, además, una falacia. Los dos bandos de Sánchez odian a los romanos del PP. Él miente cuando dice que sus críticos quieren hacer presidente a Rajoy. Él no es quién para dar lecciones de sectarismo a Madina. Aún me produce desasosiego recordar aquel comentario en su blog sobre «la baba de Acebes», su «insoportable aliento sobrecargado, penetrante olor a vinagre caducado». No descarto que Madina se arrepintiera porque borró el comentario, pero comparado con Sánchez es cristiano viejo. López es un caso más curioso. Las dos veces que superó su nivel de incompetencia fue gracias al PP, que le hizo lehendakari en abril de 2009 y se abstuvo para hacerle presidente del Congreso en enero de 2016.

El más ardiente partidario de Sánchez fue Iceta, que ha bajado la representación del PSC de los 25 escaños de Chacón en 2008 a los 16 que sacó con él en 2015. Patxi e Idoia están con él a muerte. En ocho años han bajado al PSE de 25 escaños a nueve en el Parlamento vasco. Los perdedores reconocen en Sánchez a uno de los suyos. Los abajofirmantes habían llenado tres páginas de El País aclamando a Sánchez como presidente, apoyado por dos partidos que se consideran incompatibles. Yo tenía respeto a algunos de ellos, aunque me pregunto qué pensarán después del Comité Federal. Un hombre tan incapaz de gobernar su partido, ¿es el tipo adecuado para gobernar España? Vaya en disculpa de los firmantes que eran intelectuales cumpliendo a rajatabla el juicio de Woody Allen: «No hay que preocuparse por los intelectuales: son como la Mafia, sólo matan a los suyos». He ahí el cadáver de Pedro, que ya lo era en modo inconsciente desde hace semanas. Se empeñó en mortal partida al mus sin que nadie le hubiera enseñado algunas reglas básicas: «Nunca eches un órdago al juego contra la mano. Llevas las de perder» y un órdago aceptado nunca se resuelve en tablas.

Dos noticias: La buena es que el PSOE se ha librado del dirigente más inútil que ha tenido la democracia española en dura pugna con Antoñito Hernández Mancha. La mala es que van a seguir peleando sus dos almas: una la encarna César Luena y la otra, Verónica Pérez. ¡Virgensanta! La guerra no ha terminado. Es la primera vez que no hay un vasco en la dirección socialista. Ni López ni Mendia han querido incorporarse a la gestora, señal de que el difunto está insepulto y lamentablemente la bronca sigue. Como en toda guerra civil, la victoria de uno de los bandos no es el comienzo de la paz. Debe de ser verdad que es el partido que más se parece a España.