La policía teme que el IS use Libia ‘para atacar Al Andalus’

EL MUNDO 19/09/16

· Informes policiales consideran «un peligro potencial» la situación del país norteafricano
· El acoso a los yihadistas provoca que el 30% de los terroristas europeos en Siria regresen a sus países

 
Las Fuerzas de Seguridad han advertido en diversos informes de que el autodenominado Estado Islámico (IS) pretende la «reconquista de Al-Andalus» utilizando como «plataformas» para acometer sus ataques «Libia y el Magreb».

Los últimos informes de riesgo elaborados, a los que ha tenido acceso EL MUNDO, subrayan que la propaganda de la organización contempla ataques en España y el resto de Europa que podrían ser coordinados desde territorio libio, lugar en el que se está expandiendo el IS. No en vano, es el que se considera «más preocupante» en estos momentos tras la pérdida de terreno de la organización en Siria e Irak y ha sido fijado como «peligro potencial».

Junto a Libia, también destacan los investigadores que el Magreb constituye otro de los enclaves donde se está asentando el IS, del que recuerdan que «consolidar su califato es la estrategia a la que supeditarán todas las demás».

La pérdida de terreno del IS en Siria e Irak por la presión internacional podría tener así efectos secundarios que salpicarían de forma más directa y cercana a Europa y a España. O, al menos, esa es la hipótesis de riesgo con la que trabajan desde hace meses las Fuerzas de Seguridad del Estado.

Informes elaborados por la Policía Nacional y la Guardia Civil relativos a los peligros que acarrea el Estado Islámico advierten de que el Magreb, o de forma más concreta y actualizada, Libia, podría ser, tal y como sostiene la propia propaganda difundida por los terroristas islamistas y como viene recogido en dichos análisis, «una plataforma para la conquista de Al-Andalus y Europa».

No es que los investigadores asuman las amenazas propagandísticas del Estado Islámico como elementos incuestionables, al contrario. Según sostienen, «si hiciéramos caso de todo lo que dicen, estaríamos en vectores de riesgo brutales y no es así porque siempre hay que contextualizar».

Lo que ocurre es que, después de estudiar la situación, Libia es considerado el país «más preocupante», un «peligro potencial que no hay que perder de vista» por muchos motivos.

Esto es así porque tiene dos gobiernos y permanece desde hace tiempo en un equilibrio inestable cuya duración extraña a muchos expertos. Pero también porque posee petróleo, porque está en una situación estratégica inmejorable y porque, por este motivo, puede quedar en el camino de vuelta de algunos de los foreign terrorism fighters –terroristas extranjeros que están de regreso a sus países de origen– tras realizar su campaña en Siria e Irak.

No hay que olvidar que, según los expertos, en el IS recuperar los espacios perdidos es una necesidad perentoria. «Conviene recordar que el objetivo prioritario del Daesh es la consolidación de su califato», explican las Fuerzas de Seguridad. «A este propósito supedita todo lo demás y en torno a éste elabora su estrategia, que a grandes rasgos tiene tres áreas relacionadas entre sí: propaganda, expansión y enfrentamiento con Occidente». «Si como parece probable la tendencia actual continúa», prosiguen los análisis de riesgo, «el Daesh se verá sometido cada vez más a una mayor presión en Siria e Irak». «Ello le llevaría no sólo a la pérdida de iniciativa sobre el terreno, sino a tener que afrontar significativas pérdidas de territorio o en el mejor de los casos a un enorme desgaste para mantener la situación alcanzada».

«En estas condiciones», abundan los investigadores, «tendrá que redoblar sus esfuerzos en propaganda, expansión y enfrentamiento con Occidente como forma de intentar compensar sus dificultades en Siria e Irak». «Para el Daesh uno de los objetivos principales de su expansión internacional es contribuir a su máquina de propaganda y a compensar la falta de éxitos en su escenario principal».

«En consecuencia», indican, «es muy probable que, en el futuro, Al-Baghdadi –el alias empleado por el autoproclamado califa del IS– exija más actividad a sus provincias, lo que sin duda implicará una mayor amenaza para los intereses europeos en sus respectivas zonas de actividad».

Según los datos proporcionados por los servicios de inteligencia exteriores a las Fuerzas de Seguridad españolas, el repliegue del IS en Siria ha provocado que, desde hace tres o cuatro meses, el 30% de los combatientes que se unieron a las filas del terrorismo desde Occidente estén regresando a sus países de origen. Es un porcentaje considerado interesante, si tenemos en cuenta que, desde Francia, por ejemplo, salieron unas 2.000 personas a la zona de conflicto.

Entre esos datos y porcentajes, llama la atención que el caso español sea una excepción. La actualización de las cifras relacionadas con España indica que, al contrario del resto de los países europeos, desde aquí siguen saliendo todos los meses una media de tres o cuatro personas hacia territorios en guerra.

Ahora mismo hay en Siria 200 personas procedentes de España. Siguen saliendo en su mayoría desde Ceuta y, en algún caso, desde Cataluña. Un 60% son de origen marroquí con permiso de residencia y un 30% son españoles, en su mayor parte de primera generación. El 10% restante aglutina nacionalidades de lo más variopintas, desde brasileños a rumanos.

Se ha comprobado que realizan itinerarios cada vez más difusos, de difícil detección personal. Han dejado de viajar en avión para hacer los trayectos en coche y evitar así la sorpresa de ser detenidos en Turquía. Han decidido volver 30 de los que se marcharon inicialmente y, de estos, 15 están en prisión acusados de terrorismo.

No está claro el motivo por el que en España no ha revertido todavía la inercia de la marcha. Sí lo están las razones por las que hay un 30% de terroristas internacionales que regresan de la zona de conflicto. Entre ellas se encuentra el desánimo por «la dureza de las condiciones de vida» en Siria y el «incremento de los requisitos exigidos por parte del Daesh para ingresar en sus filas». No obstante, tampoco se descarta que el Estado Islámico envíe a algunos de los suyos a Europa con órdenes de atacar, como ya ha ocurrido en el pasado.

Hasta el momento, la mayor parte de ellos ha vuelto por la zona de Lesbos (Grecia), por el mismo lugar por el que terroristas de algunos de los atentados en Francia se colaron camuflados entre los refugiados. En alguna ocasión, por la negligencia de los controles policiales de varios países. Lo cual no implica que las diferentes policías europeas no teman que en algún momento el IS decida que sus yihadistas cambien de itinerario para centrarse en el norte de África.

Un informe policial de principios de año reconocía que «el Daesh ha demostrado tener la capacidad de alterar la vida normal en Europa» y sostenía que el año 2016 comenzaba con una amenaza «reforzada» que había logrado «situar el terrorismo en el centro del debate político». Entre los factores que podían determinar la evolución de la amenaza se encontraba la competencia que mantienen el Estado Islámico y Al Qaeda y que hacían temer que se embarcasen en una carrera por cometer «el atentado más impactante».

No se le concedía a Al Qaeda la pretensión de actuar en Europa, pero sí la intención de incrementar su presencia violenta en el Magreb y el Sahel para compensar su «hasta ahora pérdida de protagonismo frente al Daesh».

Respecto al IS, se realizaban varias reflexiones. Primero, el temor a que los yihadistas decidiesen abrir o reactivar nuevos escenarios. «En Pakistán, Afganistán, India, Bangladesh e Indonesia podrían surgir grupos a la estela del Daesh sin que necesariamente exista una vinculación formal u operativa», consta en el informe.

Otro de los elementos que se barajan es que el IS quiera establecerse en los Balcanes. «Podría ser objeto de interés, dado que en la zona se localizan países musulmanes o con importantes minorías de esa religión. No es probable que la organización de Al-Baghdadi sea capaz de alterar la situación de esta zona, pero sí existen algunas informaciones sobre el presunto interés del Daesh en este sentido», apunta.

Y finalmente, se ponía la atención en Libia. Según los análisis de las Fuerzas de Seguridad, dado que el Estado Islámico tiene como estrategia desarrollar tres elementos clave como la propaganda, la expansión y el enfrentamiento con Occidente, una mayor presión sobre Siria e Irak provocaría que tuviera que redoblar sus esfuerzos.

Los investigadores, aunque mitigan la existencia de un peligro inminente, añaden: «La [provincia] más preocupante es la de Libia debido a las buenas perspectivas que tiene de consolidarse en la región. De hecho, en uno de sus últimos vídeos de propaganda, el Daesh ya menciona el Magreb como la plataforma para la conquista de Al-Andalus y Europa».

Los atentados de Túnez, en uno de los cuales fueron asesinados 38 turistas y en otro 12 agentes, llevaron al vértigo a los entendidos, alertados de lo que podía avecinarse si una zona de un equilibrio tan frágil entraba en el caos.

Algunas de las previsiones de este informe se han cumplido y otras no, pero en las Fuerzas de Seguridad persiste la preocupación por Libia y se advierte a la comunidad internacional de que siga vigilante.