La ponencia política del PP de Cataluña da por muerto el procés

EL MUNDO – 11/03/17

· Reivindica el catalanismo defensor de las instituciones democráticas de Josep Tarradellas.

El PP de Cataluña defiende en la ponencia política que debatirá en su próximo congreso la muerte del proceso independentista, un proyecto que considera «agotado» y que abre una nueva etapa que denomina «post-procés», para la que plantean sustituir la hoja de ruta del secesionismo por una «agenda para el desarrollo» que aborde los «problemas de Cataluña» anulando la «realidad paralela y el discurso único del independentismo». Los populares llegan incluso a reivindicar la figura de Josep Tarradellas como artífice de la recuperación de las instituciones democráticas catalanas.

La ponencia, coordinada por el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, se divide en dos partes. La primera describe la situación política que se vive en Cataluña y los efectos que se han derivado del procés. La segunda– de carácter sectorial– desarrolla la agenda de futuro que propone el PP.

El texto describe el plan soberanista como un «trayecto permanente a ninguna parte». Y afirma que «con el discurso de la desconexión», lo único que han conseguido quienes lo enarbolan es «desconectarse de la Cataluña real».

Presentan el movimiento independentista como «la forma que ha adoptado el populismo en Cataluña» con tres características claras: «La invención de enemigos, el desprecio por la ley y la ruptura política y social». E incluso afirman que el nacionalismo catalán es «uno de los mayores focos de corrupción política de Europa».

Aseguran que los secesionistas, con sus pretensiones de salida de España, «aíslan a Cataluña de Europa» y al tener como «socio de referencia» a la CUP «pretenden hacer saltar por los aires un modelo de sociedad basado en los valores occidentales».

La ponencia incide en la estrategia y en la filosofía tantas veces expresada por el presidente del Gobierno y del partido. En definitiva: responder con «proporcionalidad y moderación, pero también con firmeza y legitimidad democrática».

«Cuando te acompañan la ley y la razón», afirma el texto, «no son necesarias ni las exageraciones ni las sobreactuaciones ni las trampas parlamentarias». En ningún momento se advierte de medidas drásticas ante la posibilidad de que la Generalitat lleve a término su órdago y convoque el referéndum secesionista, y ello pese a que el Gobierno tiene previstos todos los escenarios.

Los populares insisten en que el proceso «está agotado» y, además, «ha agotado la paciencia de una inmensa mayoría de catalanes, incluidos», aseguran, «muchos de los que en algún momento lo han podido apoyar». Destacan además que las promesas que se hacen se han demostrado «fallidas y fracasadas».

La ponencia da por hecho que en los próximos meses se asistirá a los «últimos episodios convocados por quienes saben que se acerca el final». Serán, avisan, «acciones desesperadas condenadas al fracaso». Frente a ellas, el PP catalán asegura estar dispuesto a ofrecer a los catalanes un programa «sensato, centrado y liberal» cuyo primer compromiso será garantizar la unidad de España, el modelo de Estado y la igualdad entre españoles; recuperar las instituciones para que vuelvan a ser de todos y obtengan de nuevo credibilidad dentro y fuera de España», además de una apuesta por la «economía competitiva y conectada».

Hablan, en definitiva, de «superar el discurso del enfrentamiento y el victimismo, y reconstruir la relación emocional entre catalanes y el resto de los españoles».

Lejos de abordar la posibilidad de una reforma constitucional como defiende el PSOE, el PP se muestra dispuesto a reivindicar los valores de la Carta Magna de 1978 que «puede volver a servir», dicen, «para restablecer la concordia entre los catalanes». «La cuestión», precisan, «no es cómo reconocer la singularidad catalana, sino cómo respetar la pluralidad de Cataluña dentro de una España que ha sido, es y seguirá siendo plural».

Concluyen que la España de hoy es aquella a la que «siempre había aspirado Cataluña», es decir, «democrática, descentralizada, moderna, europea y desarrollada». «Es la España», añaden, «a la que han contribuido un número muy importante de catalanes, incluidos los padres de la Constitución, o Josep Tarradellas, como uno de los artífices de la recuperación de las instituciones catalanas en democracia».

EL MUNDO – 11/03/17