La unión entre Iglesias y Garzón fracasa en su asalto al PSOE

EL MUNDO – 27/06/16

· Podemos e IU pierden alrededor de 1,1 millones de votos respecto al 20–D y queda en evidencia el empeño de sus líderes en la alianza / En cuestión, la campaña conservadora y de perfil bajo.

· Pablo Iglesias se estrelló anoche contra sus ansias de superar a toda costa al PSOE. La coalición Unidos Podemos buscaba el sorpasso al Partido Socialista –85 diputados– y se encontró con un rotundo fracaso electoral que le deja donde estaba –71 escaños: la suma de los 69 de Podemos y los dos de IU logrados ya el 20-D– y que le obliga, ahora sí, a rebajar sus exigencias sobre el programa para permitir la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.

El batacazo de Unidos Podemos no sólo es porque sus expectativas de hacer historia quedaran amargamente tiradas por los suelos, sino porque el recuento sentenció que la alianza electoral entre Podemos, Izquierda Unida y otras fuerzas progresistas ha terminado por ser un tormentoso y doloroso fiasco. Las caras de abatimiento de Iglesias, Alberto Garzón y otros candidatos de Unidos Podemos eran elocuentes.

La primera lectura de este descalabro tiene dos nombres propios: Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. El primero, secretario general de Podemos, por haberse convertido en el claro perdedor de la noche después de haber ejercido como el más firme defensor de la coalición con IU, incluso a costa de hacer saltar por los aires el tan estudiado discurso de la «transversalidad» para, a fin de cuentas, refundar la izquierda –Partido Comunista incluido– con un toque más sofisticado y mejor márketing político.

Por su parte, Íñigo Errejón emerge internamente como el triste ganador de la aciaga noche electoral. El secretario de Política de Podemos tuvo que asumir una alianza con IU que a priori no le gustaba pese a que venía advirtiendo de que hay sumas que «no multiplican» sino que «dividen». Y que «refundar la izquierda» era una vía que alejaba a muchos votantes moderados y les arrinconaba.

Pues bien. Hay una evidencia empírica con los resultados en la mano. Hay decenas de miles de votantes de Podemos y de IU que se han bajado de este tren. Todavía es pronto para saber el porqué del gatillazo electoral, pero lo han hecho. Y es que, lo que Podemos e IU consiguieron por separado en diciembre, que fue el sorpasso al PSOE por más de 581.000 votos, ahora yendo juntos no han podido repetirlo. Ni siquiera se han quedado cerca. Unidos Podemos pierde respecto a esa cita del 20-D alrededor de 1,1 millones de votos, mientras que los socialistas aguantan el tipo.

El descalabro respecto a las encuestas, que auguraban en su mayoría el sorpasso tanto en votos como en escaños, deja una dolorosa resaca que también pone en cuestión el propio planteamiento estratégico de la campaña electoral. Los sondeos eran tan favorables y se confiaba tanto en la suma matemática de Podemos e IU que la coalición planteó una campaña de perfil bajo, muy conservadora y que polarizara con el PP para aglutinar el voto de la izquierda. Si fuera una eliminatoria de fútbol, se diría que Iglesias salió a buscar el 0-0, porque le valía ese resultado por creerse por delante. Pues bien, el PSOE ha logrado remontar, retener más fuerzas y marcar el gol de la victoria, dejando en el aire la pregunta de por qué no se arriesgó más para ganar cuando, parece, tenía equipo y banquillo para ello.

Todavía es pronto para saber qué ha podido fallar, pero el vaivén ideológico de estos meses, de ser una izquierda rupturista a ser la «nueva socialdemocracia», puede estar entre las causas de esa huída de votantes. Sean antiguos socialistas o de IU.

Por territorios, parece que Unidos Podemos ha tocado techo en sus dos grandes bastiones electorales: Cataluña y Comunidad Valenciana, donde pese a las expectativas de subir, las confluencias de En Comú Podem y Podemos-Compromís han repetido los mismos resultados de diciembre –12 y nueve escaños–. Un varapalo porque se aspiraba a lograr cuatro o cinco más entre ambos

También se ha encajado un duro golpe en la Comunidad de Madrid. Podemos tenía ocho diputados e IU otros dos, es decir, 10. Ahora justos se estancan en ocho, dos menos. Igual de mal que en Galicia, donde En Marea pierde un escaño.

Como ya resultara en diciembre, la tumba de Unidos Podemos ha estado en Andalucía, donde la alianza ha acarreado sólo un escaño más, pero dejándoles a nueve del PSOE. Logra acta de diputado Diego Cañamero y vuelve a quedarse fuera el ex Jemad, Julio Rodríguez. También se fracasa en las dos Castillas.

La única alegría ha estado en el País Vasco, donde se ha logrado el histórico resultado de superar al PNV en escaños.

Por su parte, IU pasará de tener dos representantes a cuatro: Madrid, Málaga, Sevilla y Guipúzcoa.

IGLESIAS: «RESULTADOS NO SATISFACTORIOS»

«Expectativas diferentes». Con mala cara y tono serio. Decepción en Pablo Iglesias, Alberto Garzón e Íñigo Errejón. En su primera valoración de los resultados electorales, el líder de Podemos no ocultó su decepción: «Los resultados no son satisfactorios», concedió, aunque reafirmó que la alianza con Izquierda Unida «va a continuar». «Teníamos unas expectativas diferentes», insistió, a la vez que mostró preocupación por la «pérdida de apoyos del bloque progresista». Se lamentó por el «ascenso del bloque conservador» y afirmó que ahora llega un «momento de reflexionar y de que prime el diálogo».

EL MUNDO – 27/06/16