Las cabras vuelan

ABC 06/05/16
LUIS VENTOSO

… Y Alberto Garzón es el político más valorado por los españoles

Apesar de que de chaval leí un divertido libro de ufología del profesor Jiménez del Oso, nunca he creído que los marcianos fuesen los arquitectos de las pirámides incas. Tampoco me inclino a dar por bueno cualquier milagro, pues falta el primer manco que haya retornado de Lourdes con una mano nueva. Mi escepticismo galaico me lleva incluso a sospechar que en España no puede haber realmente cuatro millones de parados (nos comeríamos; el pulso del país no concuerda con esos datos).

Aunque la demoscopia falla más que los chivatos de un coche italiano, las encuestas del CIS son muy respetables, porque disponen de dinero público para trabajar con las muestras más amplias. Pero en su último estudio el CIS ha concluido que el político español más valorado es… ¡Alberto Garzón! Ya. Y las cabras vuelan.

Garzón, de 30 años, ha convertido al honrado rústico Cayo Lara en un mago de las urnas. El venerable Cayo logró en 2011 ocho diputados, fruto de 1,6 millones de votos. El pasado diciembre, con «el político más valorado» como candidato, Izquierda Unida se fue al garete (solo dos diputados, y 670.000 votos menos). Pero don Alberto, de profesión apparatchik, en lugar de dimitir tras ser arrollado por Podemos y dejar a IU en gayumbos, nos da la brasa en todos los telediarios y se apresta a diluirse en la marca rival para seguir flotando (y chupando plató; y cobrando).

El «político más valorado por los españoles» tiene una relevante cualidad: desconoce lo que es trabajar en una empresa privada. En realidad solo ha currado unos meses fuera de la política, su medio de vida. Estudió Económicas y acabó en 2007. Después hizo un máster que lo mantuvo entretenido hasta 2010, y al año siguiente, con solo 26 años, ya era diputado en el Congreso. Y hasta hoy, y por mucho tiempo, pues de ahí viene su afán por emparentar con Iglesias.

Nuestro «político más valorado» se afilió al Partido Comunista a los 18. Es marxista y defiende la desobediencia civil para «derribar el régimen». Sostiene que IU debe ser «un eje de transformación social para superar el capitalismo» y aboga por un «proceso constituyente». Lo que propone don Alberto, aunque los españoles tienen el buen tino de no hacerle ni caso en las urnas, es simple y llanamente cepillarse nuestro modelo democrático y nuestras libertades económicas.

Pese a haberse licenciado en Economía, nuestro «político más valorado» no ha gestionado ni el jamón de una rifa escolar. En cuanto a sus ideas políticas, son arcaicas y reaccionarias: el comunismo, tras todos sus horrores del siglo XX. Una ideología que ha fracasado lesivamente allá donde se ha probado, dando pie además a algunos de los regímenes más criminales y fallidos que ha conocido la humanidad: Stalin (genocidios), la RDA (donde los hijos llegaban a espiar a sus padres por orden de la Stasi), Pol Pot (dos millones de muertos) o la miseria y represión de las actuales Venezuela y Corea del Norte.

Si Alberto Garzón es el político más valorado por los españoles, entonces nuestro pintor favorito actual no puede ser Barceló, Gordillo o Antonio López. Ha de ser indefectiblemente Cecilia Giménez Zueco, mano maestra del aclamado Ecce Homo de Borja.