«Las decisiones se van a tomar en el Congreso, no en el Gobierno»

ABC 14/08/16
ENTREVISTA MIGUEL GUTIÉRREZ SECRETARIO GRAL. GRUPO C’s CONGRESO

· El diputado naranja defiende la capacidad de su partido para ceder en pos del acuerdo, pero sigue mostrándose muy crítico con Mariano Rajoy: «No nos gusta. Jamás será de nuestra confianza»

El papel de Sánchez «El PSOE se ha abstenido de presentarse a solucionar un problema a todos los españoles»

Es uno de los hombres que más influencia y poder ha ganado en Ciudadanos en los últimos meses. Como secretario general de su Grupo en el Congreso asume las tareas de coportavoz y es el encargado de mantener el contacto y las negociaciones con el resto de grupos. En esta entrevista con ABC critica la gestión de Pedro Sánchez, pero no oculta que aceptar a Rajoy es una pesada digestión para su partido.

P—¿Qué ha cambiado para estar dispuestos ahora a apoyar a Rajoy?
R—Tiene que ver con lo que otros partidos no han hecho. Con el bloqueo y la constatación de que PP y PSOE son incapaces de hablar entre ellos. Las excusas por parte de ambos conducían a las terceras elecciones. Si nosotros votamos que sí, después de todas las condiciones que vamos a poner, todavía faltarán votos como para que se tenga éxito. Pero había que hacer algo que forzara la situación. Ahora se ha visualizado el enrocamiento del PSOE, que consiste en desaparecer de la escena. Sánchez no está asumiendo la responsabilidad del momento histórico en el que nos encontramos.

P—¿Fue un error su rechazo a Rajoy tras los resultados del 26-J?
R—Yo creo que no. Rajoy no es un candidato del gusto de Ciudadanos por muchas razones. Por su inmovilismo político. Y lógicamente, como responsable político de todos los casos que rodean al PP. No ha actuado frente a esa responsabilidad política que tenía, bien por falta de vigilancia, bien por falta de medidas. La realidad es que eso sucede y a nosotros nos hace pensar que jamás será un candidato de nuestra confianza. Y por tanto no creo que nos equivocáramos. Fíjese lo que pasa incluso con la propia designación real como candidato, ante la que él plantea un «sí pero no». No se puede jugar con estas cosas. Por eso una de las condiciones que ponemos es que de forma inmediata debe decir que va a la investidura y debe haber fecha.

P—¿Cambiar tanto de criterio no perjudica su imagen?
R—Hay que hacer un poco de pedagogía democrática. En España somos muy de la trinchera. Y pensar que jamás en la vida… quiero recordar lo de Sánchez y el “no es no”. Hay que hacer pedagogía con los electores de que la política es el arte de hacer lo posible. Las posiciones maximalistas y cerradas nunca son planteables porque entonces no habría más que bloqueo. Si el interés de todos los españoles es llegar a un acuerdo habrá que ser capaz de ceder para llegar a un acuerdo. Eso es algo que el PP y el PSOE no han entendido.

P—¿Por qué tanto vaivén estratégico y no pasar al sí directamente?
R—Si se interpreta así igual no lo hemos explicado bien, o a lo mejor no se entienden los momentos políticos distintos. Entendíamos que la abstención era suficiente, pero viendo el enrocamiento de las fuerzas políticas donde ningún partido fue capaz de posicionarse de forma distinta al no… había que dar un nuevo paso. En una clara irresponsabilidad del PSOE, que se ha abstenido de presentarse a solucionar un problema a todos los españoles. Esperamos que el PSOE sea capaz de abstenerse y haya un Gobierno. Entendemos que con los escaños que tiene el PP al final lo importante es que las decisiones se va a tomar en el Congreso y no en el Consejo de Ministros.

P—Incluso tras el cambio de postura, Rivera ha dicho palabras muy gruesas sobre Rajoy. ¿Ciudadanos habría estado más cómodo en el pacto con Sánchez?
R—Nosotros hicimos un acuerdo con Sánchez porque era el candidato a la investidura. Con quien hay que acordar es con quien toma ese testigo…

P—Pero con Rajoy se toman unas prevenciones y se imponen unos límites que no se tomaron con Sánchez.
R—Las responsabilidades de Rajoy en el PP son distintas a las de Sánchez en el PSOE. Por el tiempo que llevan uno y otro al frente. No son iguales las cosas que han pasado en ese partido mientras uno y otro han sido presidente y secretario general, y por tanto nuestra falta de confianza tiene que ver con eso. Sánchez era una persona que llevaba poco tiempo al frente de la secretaría general. Es una persona nueva, elegida dentro de un proceso de primarias en su partido. Sin ánimo de entrar en comparaciones de otro estilo. Las responsabilidades políticas que arrastra Rajoy no son las mismas que Sánchez. Ese «Luis sé fuerte» no se lo hemos visto al señor Sánchez. Esto hace que las confianzas no puedan ser iguales.

P—¿Entrar en el Gobierno no es la mejor manera de garantizar las reformas? Así se aceptó cuando en el caso del PSOE sí veían posible entrar en ese Gobierno.
R—Sí, correcto. Pero vuelvo a lo mismo. Al final la persona que está liderando ese Gobierno tiene mucho que ver con la forma de ejercer la política de ese Gobierno. La manera de entender la política del señor Rajoy es distinta a la que tiene el señor Sánchez de entenderla. Rajoy practica una política de inmovilismo, una política de dejar que los asuntos se solucionen solos o se pudran. Nosotros entendemos un papel mucho más activo. No nos sentimos cómodos con alguien que desarrolla su política en base a no hacer nada.

P—¿Cuáles van a ser las líneas de la negociación?
R—No entrará en el grado de detalle que se cerró en el acuerdo con el PSOE. Pero habrá muchos puntos comunes. Habrá un eje de la regeneración democrática, otro que tendrá que ver con la educación, y luego la parte económica y laboral. Esos son ejes básicos, y luego otro muy importante que tendrá que ver con la propia administración. Ahí estará el Senado, las diputaciones y la burbuja administrativa.

P—¿Cómo vigilarán el cumplimiento?
R—Es un tema que hay que consensuar con el PP, pero nuestra idea es una auditoría. Ya veremos cada cuánto tiempo, pero seis meses parece un tiempo razonable. Donde veamos si la acción de Gobierno del PP está frenando las cosas que se va a comprometer a firmar o si lo está impulsando.