Los enteraos

ABC 05/06/16
ANTONIO BURGOS

· Ni CIS ni encuestas: ellos son los que saben lo que va a pasar en las elecciones y en los pactos

EL artículo que tiene usted entre las manos, oh lector, me ha sido inspirado, como tantos, por el arte popular de la Cuna de la Libertad, vulgo Cádiz, alias Kichilandia. En estos días en que todo el mundo sabe tanto, pero tantísimo, sobre lo que va a ocurrir en las elecciones del 26 de junio y, sobre todo, lo que va a pasar antes del pacto, en el pacto y después del pacto, me he acordado de dos agrupaciones carnavalescas gaditanas de hace ya unos años: de un coro y de una chirigota. No se me vayan, por favor, no se me vayan todavía, que hasta la guitarra y la bandurria mías lloran si me dicen adiós, porque voy a explicarlo ahora mismito.

Como los pirandelianos seis personajes en busca de autor, España se nos ha llenado en estos días de expertísimos tertulianos en agraz en busca de micrófonos y de platós y de sociólogos de la Señorita Pepis. Que ni CIS, ni encuestas ni leches: ellos son los que de verdad saben lo que va a pasar en las elecciones y en los pactos. Un buen aficionado al Carnaval, y es lo que citaba al principio, diría que «esto ya ha salido». Estos que saben tan bien lo que va a pasar son los personajes que Quico Zamora retrató en 2004 en su coro «Los entendíos del racataplán»; o el tipo que clavó José Luis García Cossío «Selu» en su chirigota «Los enteraos» en 2009. Son los que están siempre al cabo de la calle, de vuelta de todo sin haber ido a ninguna parte, enteradísimos de cuanto ocurre y entendidísimos en lo que va a ocurrir. Los oyes y parece que los líderes de los partidos los llaman cada mañana para consultarles lo que han de decir, y que los sociólogos no rematan su labor de «chef» de la cocina de las encuestas sin hablar con ellos. Quizá así descritos a mogollón no los identifique, pero si los pongo a hablar verá cómo se da usted cuenta de que nos tienen rodeados. Se habla, por ejemplo, de lo que fue el conservador voto de castigo al PP en junio y el enterao, o sea, el entendío del racataplán, va y te suelta, en autoridad, muy suficiente:

—Tú échame cuenta a mí: cuando han endiquelado lo que está pasando con las locuras de los alcaldes del cambio o cómo Ciudadanos está tapando todas las corrupciones del partido de la que se casó con un tieso, todos esos votos que se le fueron al PP le volverán. Tú échame cuenta a mí…

Y si te ve cara de desconfianza, te saca de tu duda con otra frase pronunciada con plena seguridad: —¡Lo que yo te diga! Y si le sigue dudando en la cara del toro electoral, lo cual es peligrosísimo, y le dice que puede producirse el zarpazo del «sorpasso» y terminar los podemitas con el cuadro y, lo que es peor, en La Moncloa, el enterao va y le larga:

—Tú hazme caso a mí, que yo sé de esto tela, porque yo estuve en dos campañas electorales metiendo papeletas dentro de los sobres en la sede del PP. Y además, que el primo de una sobrina mía es novio de una muchacha que es mucho de Podemos y dicen que eso del zaparzo, o como se diga, es un cuento que se ha inventado el de la coleta para acojonar a los del PSOE.

Y como a usted no se le quita la descolgada carita de extrañeza, sigue el enterao aleccionándolo: —¡Tú acuérdate de lo que yo te digo! No le vaya a decir que va a votar a Ciudadanos. El entendido del racataplán le dirá inmediatamente:

—¡Ni se te ocurra! Eso es tirar tu voto a la calle. ¿Tú no ves que yo estuve una vez tomando café con Albert Rivera y sé mejor que nadie qué es Ciudadanos?

Así que, si me admiten el consejo sin que me lo pidan, no se den por enterados de lo que vaticinan los entendidos. Usted écheme cuenta a mí, que yo sé muchísimo de eso. ¿Usted no ve que yo estuve cincuenta y dos años militando en las Juventudes Socialistas y sé la marca de champú que no usa Pablo Iglesias?