Los países fundadores de la UE exigen una salida rápida y clara

ABC – 26/06/16

· Alemania, Francia, Italia, Luxemburgo, Holanda y Bélgica, por una Europa de dos velocidades.

El ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, recibió ayer en Berlín a sus homólogos de Francia, Italia, Holanda, Luxemburgo y Bélgica, todos ellos países fundadores de la UE, para comenzar a trabajar en un documento base de trabajo que servirá para la reunión de mañana de jefes de gobierno en Berlín, y para el Consejo Europeo que se celebrará en Bruselas el martes y el miércoles. Las palabras clave del boceto de ese documento son «celeridad y claridad», con el objetivo de «evitar un periodo de incertidumbre». «Ese proceso debe comenzar cuanto antes», insistió Steinmeier al término de la reunión en Villa Borsig, apuntando que la situación actual «no admite histeria ni parálisis». «Espero que no juguemos al ratón y al gato retrasando las negociaciones», coincidió el luxemburgués, Jean Asselborn, «porque si Londres no actúa con celeridad, puede abrirse un periodo de enorme inseguridad».

La aportación francesa a esta reunión de tanteo del núcleo duro europeísta fue la propuesta de –al tiempo que se ordena la salida de Reino Unido de la UE– introducir cambios en los tratados que permitan una Europa de dos velocidades, de forma que un grupo de países pueda avanzar conjuntamente hacia un mayor grado de integración política mientras que el resto de los socios se vaya sumando cada uno a su propio ritmo. Fuentes de Berlín señalan que también se ha mencionado en voz alta en la reunión la posibilidad de que todos los europeos voten en referéndum la permanencia de sus respectivos países en la UE, aunque no había consenso al respecto. Este será uno de los puntos sobre los que hoy trate Steinmeier con los ministros de Exteriores checo y eslovaco y del que sin duda hablarán también los jefes de gobierno de Francia e Italia, que junto a Donald Tusk ha convocado Merkel el lunes en la capital alemana. Se trata, en todo caso, de ideas muy vagas y sin argumentación legal ya elaborada.

Uno de los puntos sobre los que no hay el menor desacuerdo, sin embargo, es la necesidad de poner freno a los populismos. También hubo acuerdo sobre la necesidad de una nueva política de comunicación que permita transmitir a los ciudadanos «la importancia de la UE y que la UE es capaz de cumplir con su papel», dijo «dando respuesta a inquietudes como la crisis de los refugiados, la lucha contra el terrorismo o el paro juvenil».

Lo cierto es que Merkel ya ha puesto a su partido a trabajar sobre ello. La Unión Cristianodemócrata (CDU) y su hermana pequeña bávara, la Unión Socialcristiana (CSU), que tras meses de refriega interna por la política de refugiados parece haber enterrado el hacha de guerra y haber cerrado filas con la canciller alemana, han formado ya seis grupos de trabajo con el objetivo de establecer propuestas «atractivas y constructivas» sobre asuntos como el papel de Europa en el mundo», inmigración y refugiados, la lucha contra el terrorismo, el cambio demográfico, la creación de empleo y la integración. «Hemos de dar a entender a la gente que nos ocupamos de sus miedos y preocupaciones», asentía el líder de la CSU, Horst Seehofer.

La locomotora alemana

Una vez concluida la labor de los grupos de trabajo, los documentos resultantes serán contrastados en seis reuniones con las bases del partido y con ciudadanos interesados en los asuntos que tratan. Y hay un tema de trasfondo en los pasillos de Berlín que sin embargo no ha sido compartido con los socios europeos tanteados hasta el momento. Varios miembros del gobierno alemán desean que Alemania abandone el perfil de dominio en el seno de la UE. El problema es que no hay alternativa al papel de motor económico y político.

El plan de Cameron es permanecer en su cargo hasta octubre y después dejar que sea otro «el capitán» que tome el timón del divorcio de Europa, pero Angela Merkel no parece dispuesta a aceptar esos distendidos plazos. «Sinceramente, no tiene por qué durar una eternidad», dijo ayer tras una reunión de su partido celebrada en Hermannswerder, «aunque habría que evitar decisiones precipitadas». «Doy por hecho que es Reino Unido, el país que ha organizado el referéndum, el primer interesado en aplicar cuanto antes su resultado», deslizó la canciller alemana, que informó además que había hablado personalmente con el todavía jefe de gobierno británico para confirmar que mientras no se haya cumplido con el proceso que abre el artículo 50 del Tratado, el Reino Unido sigue siendo miembro de la UE con todos sus derechos y todas sus obligaciones.

Entre la ironía y el reproche, Merkel pedía a Londres que informe lo antes posible sobre los pasos que tiene pensado seguir para hacer efectivo el abandono de la UE y algún tipo de explicación a sus socios, si es que la tiene, sobre cómo se imagina su futura relación con el bloque, recalcando que las negociaciones no deben servir para dar tiempo a otros países miembro de celebrar posibles referéndums similares.

ABC – 26/06/16