Merkel encara al populismo

EL MUNDO 24/11/16

· La canciller pide a los alemanes que no se dejen arrastrar por los partidos extremistas «en aumento en las democracias occidentales»
· «Nunca nos ha ido mejor que ahora», defiende

 
Si la canciller alemana Angela Merkel no se toma en serio los efectos que generan sus políticas, «vamos a tener un Donald Trump en el Parlamento alemán». La cita es de la portavoz del grupo parlamentario La Izquierda, Sahra Wagenknecht, y anticipa que el populismo también estará presente en las elecciones generales que se celebran en este país el año próximo.

La campaña ya ha comenzado, sin esperar a que la ley electoral permita dar el pistoletazo de salida. Ha bastado el anuncio de que Merkel optará a una cuarta legislatura concurriendo como cabeza de lista por la Unión Cristianodemócrata (CDU) para que se levante la veda. Y ninguna ocasión mejor para hacerlo que su comparecencia ayer en el Parlamento, la primera desde que el domingo anunciara su candidatura.

Wagenknecht, versión moderna de la Pasionaria y encargada de abrir el debate, arrancó fuerte. Acusó a Merkel de impulsar políticas que generan desigualdad y la responsabilizó por ello de favorecer a partidos populistas de derechas. Se refería a Alternativa para Alemania (AfD), formación anti-migración y euroescéptica que ha batido la crisis de los refugiados alcanzando el punto de nieve en todos los comicios regionales celebrados este año y que, a tenor de los sondeos, entrará por vez primera en el Parlamento federal el año próximo con hasta un 12% de votos. A costa de la CDU, pero también de todos los partidos de «la casta» y eso incluye a Los Verdes, a los socialdemócratas del SPD y La Izquierda. «Alemania está más aislada que nunca en Europa y por si eso no fuera suficiente, la canciller ha elegido como compañero de viaje a un dictador turco que mete en la cárcel a periodistas y a miembros de la oposición», criticó Wagenknecht en referencia al presidente Erdogan, contraparte de la Unión Europea en un acuerdo impulsado por Merkel con la finalidad de reducir la entrada de refugiados en su territorio.

Wagenlknecht culpó al gobierno Merkel de todo los males habidos y por haber y remató su alegato de izquierda radical con un «Trump entiende más de política económica que los representantes de la gran coalición alemana. Al menos Trump quiere defender los puestos de trabajo de la industria en lugar de entregarse a la globalización».

Respondió al desatino que confirma que el populismo no tiene barreras ideológicas, el líder del grupo parlamentario del Partido Socialdemócrata (SPD), Thomas Oppermann. La acusó con todas las letras de hacer causa común con los populistas de derechas. «Antes su lema era ‘proletarios de todos los países, uníos’. Ahora llama a la unión de todos los populistas», le espetó Oppermann. La intervención de la canciller Merkel fue más pausada pero muy crítica con la demagogia del populismo. «El extremismo político está en aumento en las democracias occidentales», dijo, pidiendo a los alemanes que no se dejen arrastrar por esos partidos. Criticó la decisión de Trump de sacar a su país del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) porque esa decisión «no beneficia a nadie».

Merkel defendió por alusiones el pacto con Turquía y, a sabiendas de que la inmigración está en el agua del pozo donde el populismo acude a beber, destacó lo positivo de la crisis de los refugiados expresando su «orgullo por la solidaridad mostrada por la mayor parte de la población alemana».

«A los alemanes nunca les ha ido mejor que ahora», recordó la canciller y como advertencia contra el canto de sirenas del populismo en Alemania, Europa, Estados Unidos y el resto del mundo. «El actual panorama internacional y nacional es más complicado que el de hace unos años y muchos ciudadanos tienen miedo cuando los principios que eran obvios en las sociedades democráticas occidentales son cuestionados», dijo.

Pidió unidad, más agilidad en la toma de decisiones, incluida la UE, y reglas que hagan más transparente lo que el populismo ha convertido en su gran aliado, Internet, una plataforma de comunicación convertida en peligrosa herramienta de creación de opinión: «Hoy hay páginas web falsas, bots, trolls y algoritmos que pueden falsear la formación de opinión», aseguró Merkel, para quien lograr una mayor transparencia en la red sigue siendo una cuenta pendiente.

Hace unas semanas, Merkel hizo una declaración inusual. Advirtió del peligro de que Rusia intente interferir en las elecciones generales de 2017 recurriendo a ataques cibernéticos como los detectados por las agencias de seguridad de Estados Unidos en la carrera a la Casa Blanca a favor de Trump.

«No hay soluciones simples a problemas complejos y globales lo mismo que tampoco hay un solo país o una sola persona con poder de resolver los problemas del mundo», subrayó Merkel, que considera «grotesco y absurdo» que ella sea, como afirmó el presidente Obama en su gira de despedida por Europa «el ultimo baluarte de los valores de Occidente». Sólo en la Unión Europea hay Veintiocho.


FICO LLAMA A LOS PERIODISTAS ‘PROSTITUTAS ANTIESLOVACAS’
El primer ministro eslovaco, Robert Fico, se refirió ayer a un grupo de periodistas como «prostitutas antieslovacas» cuando uno de ellos le preguntó sobre un informe de la observadora Zuzana Hlavkova y la ONG Transparencia Internacional sobre la corrupción de su Gobierno. En dicha conferencia de prensa, escenario de la presentación de las citas culturales durante su presidencia de turno de la Unión Europea, el mandatario, visiblemente enfadado, llamó también «sucios» a los informadores presentes. Hlavkova formó parte de la comisión del ministro de Exteriores eslovaco para preparar los actos de la presidencia europea, incluida la ceremonia que se celebrará el próximo mes de febrero. Hlavkova acusó a sus superiores de eludir un concurso público para contratar empresas y elegir en cambio a una agencia cercana al partido izquierdista Smer de Robert Fico. También alegó que todos los costes de la presidencia de turno de la Unión Europea se han disparado sin razón alguna. Transparencia Internacional acusó al Gobierno de Fico de «crimen económico» al incumplir las cláusulas antimonopolio del país y favorecer el nepotismo y la corrupción. El ministro de Exteriores, sentado junto al primer ministro, negó todas las acusaciones: «Todo está conforme a la ley y el presupuesto asignado ni siquiera se gastará en su totalidad».