Nadajoy y Esquizosánchez

EL MUNDO 07/07/17
F. JIMÉNEZ LOSANTOS

DESDE que Flaubert alumbrara las figuras de Bouvard y Pécuchet, dos tontos de remate con ínfulas de sabios, no veía Europa en la realidad ni en la ficción una cumbre de necedad como la protagonizada ayer por el presidente del Gobierno y el líder de la oposición, que ante el reto separatista catalán han llegado al acuerdo de que el Gobierno no hará nada y la oposición, si quisiera hacerlo, se lo impediría. Falta el fulminante de un muerto, un tonto suicida o una provocación calculada, para que el odio contra todo lo español, sembrado concienzudamente durante décadas, se convierta en un incendio ingobernable. Pues bien, Rajoy –o Nadajoy, porque el presidente es el Hombre Nada, un Hombre Bala sin cañón– ha anunciado que, ante la inminencia de un incendio en Cataluña, licencia a los bomberos. Hay que evitar ante todo que el fuego, como suele, se haga la víctima. Psicológicamente descubierto y confundido, él sólo se apagará.

Su contertulio es un esquizo que parece diseñado por Deleuze y Guattari, capaz de decir dos cosas opuestas no en un día o un discurso sino en una misma frase. Pedronono, ahora Sisinono o Esquizosánchez, dijo que está bien que Nadajoy no haga nada pero que debe hacer algo, o sea, nada. Margarita Robles, secretaria de Estado de Interior con Tigrekán (que pide la aplicación del artículo 155 de la Constitución) y portavoz de un partido enajenado al que, lógicamente, no pertenece, confirmó que van a cuidarse de que Nadajoy eso: nada. Pero, desechado el hecho, no se echa la siesta. Duerme con un ojo abierto. Mariano, a pierna suelta.

La prensa adicta, que le llama cariñosamente Na’joy, confirmó ayer que el encuentro de la Nada con el Sí-No satisfizo gratamente al Jefe del Ejecutivo, que aunque nunca pensó ejecutar nada, se confirmó en su decisión de no aplicar (contempla todos los escenarios, menos éste) lo que tantos y tan tontamente le piden.

¡Qué imprudencia sería aplicar el primer tramo del artículo 155, que consiste en avisar al funcionario o empleado público que ha anunciado una ilegalidad de que, si no se retracta, será suspendido en sus funciones y afrontará las consecuencias penales de sus actos! ¡Si sólo son malversación de fondos públicos, sedición, rebelión y atentado contra el interés general! Nada hará Nadajoy. Y Esquizosánchez aplaudirá. Y silbará.