Negociar con inteligencia y realismo

ABC 11/08/16
EDITORIAL

· Los populares pueden decir que han logrado dejar la cabeza de su líder en su sitio y transformar la abstención de Ciudadanos en un más que probable «sí» a su investidura

EL presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, ha aplicado el reglamento de la negociación política, que prohíbe precipitarse ante una oferta irrechazable y recomienda tramitarla sin prisas ni pausas. Rajoy recibió ayer de Albert Rivera la propuesta de Ciudadanos con las seis condiciones para iniciar el proceso de negociación de la investidura presidencial y la remitió a la Ejecutiva del Partido Popular, convocada para el próximo miércoles, que la debatirá y en la que se fijará la fecha del pleno de investidura. Ni demasiado fácil para Ciudadanos, ni demasiado difícil para el PP. Puro Rajoy.

El PP tiene que encajar con realismo una situación para la que no estaba preparado: la de pactar con el partido que le ha hecho un drenaje de votos con un discurso de cohesión y unidad nacional. Sin embargo, los populares pueden decir que han logrado dejar la cabeza de Rajoy en su sitio y transformar la abstención de Ciudadanos en un más que probable «sí» a su investidura. A partir de estas premisas, la Ejecutiva del PP no tendría que sufrir para aceptar la oferta de Rivera. Ciudadanos no va a recibir reproches por sus rectificaciones ante Rajoy y el PP, porque la previsible aceptación de sus condiciones por los populares consolidará su razón de ser como partido reformista y renovador. Con inteligencia práctica por ambas partes, esta negociación puede ser un éxito compartido, sin vencedores ni vencidos.

Es cierto que el acuerdo con Ciudadanos no está cerrado, al menos públicamente, y que un pacto de investidura será muy exigente para el PP, no solo a la hora de acordarlo, sino también para mantenerlo en este nuevo mandato, dada la fragilidad parlamentaria de los populares. Ciudadanos quiere aplicar a Rajoy el esquema que está funcionando en Madrid con Cristina Cifuentes. Tomen nota los populares de que en la Asamblea madrileña, el gobierno de Cifuentes se ha quedado en minoría en varias ocasiones. Ciudadanos nunca extenderá un cheque en blanco porque tendrá que demostrar que su apoyo a Rajoy tiene un precio. Lo complicado será la convivencia parlamentaria entre unos y otros, pero ahí corresponde también a Rivera demostrar que el paso iniciado este martes busca en serio la estabilidad de España, y no solo rédito político.

El PSOE es el que tiene que sumarse ahora a la corriente pragmática, si es que la patriótica no le basta. Para Sánchez ninguna opción es buena, pero entre formar un gobierno frentepopulista o condenar al país a unas terceras elecciones, la abstención en la investidura de Rajoy es la menos mala para el PSOE –cierra un año electoral nefasto y puede empezar a renovarse– y, sin duda, la mejor para España..