Pablo el del bombo

EL MUNDO 09/06/17
F. JIMÉNEZ LOSANTOS

AL POPULARÍSIMO Manolo, que lleva cuatro décadas machacando tímpanos para animar a la antiguamente llamada Selección Nacional Española de Fútbol, ahora La Roja 2 (La Roja 1 es Chile) le robaron su famoso bombo en vísperas del partido contra Colombia, sumiendo en la depresión a Manolo y dejando a los chicos de Piquetegui al albur de algún fallo en su acreditada trayectoria como objetores de conciencia a tirar o disparar a gol, cuyo virtuoso ejemplo es Silva. Como Morata no necesita a Manolo, porque le suena continuamente en la cabeza el bombo de ese supersueldo del que nada quiere oír el Madrid, cazó un balón al vuelo, le metió un golazo al yerno de James y empató lo perdido. Los objetores nunca ganan guerras.

¿Pero quién robó el bombo? La Policía lo encontró en el sitio más ecuménico de Madrid, entre Cibeles y Neptuno, altares cívicos donde celebran sus éxitos el Madrid y el Atlético, junto al Cuartel de la Armada. Se supuso que el robo obedecía a los fines habituales del caco: secuestro-exprés, venta o machaque. ¿Por qué se devolvió? ¿Por qué alguien tan indiferente a Cibeles como a Neptuno okupó el modus vivendi de Manolo?

Yo creo que han sido Pablo Iglesias y su Reservoir Dogs, Banda del Empatarre o Charanga del Tío Pablo, que ayer ensayaron en la Asamblea de Madrid la función del martes. Con su habitual desprecio por la democracia, Pablo asumió el papel protagonista de la moción contra Cifuentes y azotó políticamente hasta sangrar a Lorena Ruiz-Huerta, su dizque candidata, que al ver al de verdad, Errejón, a la siniestra del César, alzó sumisa el puño ante el Palco de Autoridades. Dijo que quiere restaurar Sucesiones. ¡Y Errejón!

Lo que no preveían –devolvieron pronto el bombo– es que los del PP les atizaran en el ensayo como si fuera el estreno. ¡A quién se le ocurre, poner a VPO Espinar como martillo de corruptos! Encima, venían desatados los maricomplejines y ametrallaron el Palco de Autoridades. Cuando le espetaron a Errejón que era el becario más famoso desde Mónica Lewinsky, éste puso cara de «¿no habrá montado esto el Chepas para dejarme en ridículo?».

Al ver que seguían atizándole al evasor Monedero, al defraudador Echenique y al pagablack Pablo, se tranquilizó un poco, no demasiado. Seguramente pensó que, hasta para el autobombo, hay que ensayar.